SIN
citarlo, Talavante ha usado una frase rotunda de
Rafael el Gallo. De quien podría hacerse un
Diccionario de Citas como los repertorios que
existen sobre las genialidades de Oscar Wilde.
Cuando me hablan del filósofo Ortega no pienso en
don José, sino en don Rafael. Un Ortega que echaba
el Gómez por delante, como el otro Ortega se ponía
el Gasset por detrás. Con sólo dos frases de este
filósofo Ortega podría hacerse un Tratado de
Estética. Con su definición de lo clásico:
«Clásico es lo que no se pué hasé mejón». Con su
concepto de la perfección artística: «Perfecto es
lo que está bien arramatao». Y con su modo de
contar, un Tratado de Narrativa. Antes del
teléfono, los toreros dictaban a su mozo de
espadas un telegrama al término de la corrida,
para decir a la familia cómo habían estado. Una
tarde de espantá horrorosa, El Gallo puso a su
madre la Señá Gabriela el siguiente telegrama: «En
el primero, gran bronca; en el otro, ya te contaré
cuando lleguemos a Sevilla.»
Ciudad que estaba
donde tenía que estar, según otra genialidad de El
Gallo. Ya la conocen: le iban a dar un improvisado
homenaje sus partidarios de La Coruña y se excusó
diciendo que tenía que volver inmediatamente a
Sevilla.
-¿Y a Sevilla se va
a ir usted ahora, maestro? -trataron de
convencerle-. Con lo lejos que está Sevilla...
A lo que nuestro
filósofo replicó:
-No, Sevilla está
donde tiene que estar. Lo que está lejos es esto.
La referida frase de
El Gallo que comentar quiero, porque la he leído
en boca de Alejandro Talavante, es auténtica. Con
veracidad certificada por otro filósofo popular
español contemporáneo; don Francisco Romero López,
autor de todo un sistema de entendimiento de la
vida. Curro Romero suele certificar que es del
mismo pensamiento que Rafael el Gallo en lo
referente a la alabanza de Corte y menosprecio de
aldea en cuestión de plazas de toros: «Nada más
que se puede torear donde hay tranvías». Curro
Romero amplía la frase con una apostilla personal.
Añade: «En los pueblos no se puede torear, porque
en los pueblos nada más que hay polvo y moscas...»
Bueno, pues en los
pueblos es donde los toreros actuales suman
corridas para escalar el Tourmalet del escalafón y
donde cortan a docenas orejitas fáciles, tiradas a
pelón. Como en Madrid ya no hay tranvías, los
toreros actúan cada vez más en los pueblos, donde
hay como tómbolas de orejas, donde también regalan
a los toros la fácil chochona de la vuelta al
ruedo e incluso del indulto. Y donde parece que
está siempre de presidente el fiscal de la
Audiencia Nacional, pues casi todos los diestros
salen como Otegui: por la puerta grande.
No sé qué ha leído
Alejandro Talavante, si la biografía de Curro, «La
esencia», donde Romero cita los tranvías de El
Gallo, o si la novela de Manuel Vicent, «Tranvía a
la Malvarrosa», O quizá los dos libros. Porque
parafraseando a El Gallo y a Curro, tras su
triunfo en Valencia ha declarado a ABC desde el
tranvía de la Malvarrosa: «El zambombazo de Fallas
viene a decir que mi toreo es de sitios donde haya
tranvía».
¡Ahora me lo explico
todo! No comprendía por qué demonios el alcalde de
Sevilla se había empeñado en gastarse una
millonada en hacer un tranvía absurdo, inútil y
ridículo, de sólo 1.200 metros de recorrido, del
Prado a la Plaza Nueva, que parece el Tren de los
Escobazos de la Calle del Infierno. Yo creía que
el tranvía de Sevilla era con vistas a las
elecciones municipales de mayo, para buscar votos.
Estaba completamente equivocado, y Alejandro
Talavante me ha sacado de mi error: es con vistas
a las corridas de la Feria de abril. El alcalde de
Sevilla se ha gastado esa millonada en un tranvía
meramente testimonial para que el Giraldillo se le
ponga de cara a Alejandro Talavante cuando desde
el albero de la plaza del Arenal vea su perfil en
la tarde del 21 de abril. Para esa fecha, el
tranvía ya estará terminado. En Sevilla están
haciendo un tranvía para que esta Feria todos
salgamos toreando por el Paseo Colón. Alejandro
Talavante, en la estela de El Gallo y de Curro, lo
ha dicho bien clarito (y bien cañabate) en
Valencia: «Mi toreo es de sitios donde haya
tranvía». En Sevilla ya tenemos tranvía. Sólo nos
falta ahora que no nos falle el toreo de Talavante.