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 El fútbol será sin goles

ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Sevilla se valencianiza

Si en la mañana de Reyes yo estuviera escribiendo este artículo hace los años que cumplió el Rey, setenta, pondría que el almanaque, con la edad en la boca del año nuevo, se ha vuelto majara, y que en pleno mes de enero, con la rasca que hace, con el color losa de Tarifa que tiene el cielo, van a salir las carretas de Triana.
Lo digo por la dichosa moda de los cohetes.
Si no supiera cómo están cambiando las cosas en Sevilla, yo ahora, oyendo correr tanta pólvora a hora de misa de romeros, diría que el almanaque majarón cantaba las viejas sevillanas rocieras de Triana: «Cohetitos van y vienen,/que la Virgen va a salir.»
Pero ya no hace falta que salga la Virgen del Rocío para que los cohetitos vengan y vayan, y te revienten los tímpanos, y te asusten a los niños chicos. Ni que sea el día de la Virgen de las Nieves en el muy cohetero Benacazón del muy polvorista Aljarafe. Tampoco hace falta que Emilio Muñoz corte dos orejas en Bilbao para que tiren sendos cohetes en Triana, o Curro Romero las dos y un rabo en Jerez para que disparen tres cohetes en Camas. Ni hace falta que marquen un gol el Betis o el Sevilla, para que suban cohetes al marcador del cielo. Sevilla se ha vuelto cohetera para todas sus fiestas.
Sé lo que pensaría Joaquín Romero Murube de todo esto, porque lo dejó escrito en 1950, en el «Discurso de los toreros que tanta desventura acarreó a su autor», incluido en «Los famosos memoriales» acabaditos de salir del perol de los facsímiles sevillanos necesarios. Para que vean que no es manía mía contra los cohetes, he aquí lo que dejó escrito el liberal conservador del Alcázar, el estrellero de los cielos que perdimos, a propósito de los cohetes que tiraban por La Trinidad cada vez que Manolo González cortaba una oreja en Sevilla: «Cuidado, a mí no me molesta que tiren cohetes y hagan consumo de pólvora en todos los lugares del mundo. Pero en la plaza de Sevilla no cabe más ruido que el de las ovaciones magistrales...o el repique de las campanas de esa torre única que parece querer asomarse a su redondel».<TB><TB><TB>
Romero Murube no sospechaba que Sevilla se iba a valencianizar hasta el punto de que el 6 de enero iban a sonar cohetes en vez de panderetas y zambombas de los Reyes por El Arenal. Zambombas de importación jerezana, por cierto, que ésta es otra. Hemos cambiado los campanilleros de Bormujos, de Castilleja y de Mairena del Alcor por las zambombas de Jerez, para que luego digan que Sevilla tiene mucha personalidad en sus cosas...por las que hilan.
Unos queriendo que Sevilla se mire en el espejo de Venecia, y los más reflejándola en Valencia: ¡vengan cohetes! Mientras escribo siguen sonando cohetes en las decenas de cabalgatas de los barrios, que son a la del Ateneo como las hermandades de vísperas a la Semana Santa. Por Reyes, las de vísperas de los barrios salen después de la fiesta grande. Vamos, es como si Manuel Román cortara por lo sano y dijera que la Cofradía del Polígono cuando tiene que salir es el Lunes de Pascua.
Y con la citada obra de Romero Murube en la mano, como si fuera un libro de reglas, me pregunto: ¿se será que Sevilla se ha avalencianado o valencianizado? Ojo, que se empieza por los petardos en Nochebuena y los fuegos artificiales en Nochevieja, se sigue con los cohetes en la mañana de Reyes y se acaba plantando una Falla por San José. Bien mirado, las esculturas extrañas que plantan en la Plaza Nueva o en la Alameda son como fallas. Ojalá las catenarias y el tranvía fueran una falla, para que les pudiéramos meter mecha. Porque el Puerto Perico de la Alfalfa es, evidentemente, una falla infantil, Mira, podíamos hacer fallera infantil de La Alfalfa a la nieta de Chaves, ahora que este otro Donmanué ha roto en abuelo (será por fidelidad a Pablo Iglesias, a quien en su partido llamaban El Abuelo).
Si es por parecerse a Valencia, digo yo que en vez de los dichosos cohetitos y los puñeteros petardos, mejor que la copiáramos en ser la tercera ciudad de España, en la creación de riqueza, en el impulso ciudadano. Claro que entonces tendríamos aquí de alcaldesa a Rita Barberá y no a este... (Lo del petardo lo piensa usted, a mí que me registren: yo estoy en la ocasional cohetería de Reyes, no en los petardos que tenemos que aguantar aquí todo el año...).
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