Cada vez habrá menos Humanidades en los planes de estudio y cada vez el idioma extraño y sincopado de los SMS hará que los chavales sepan menos ortografía y menos gramática, pero hay que reconocer que en el arte de no llamar a las cosas por su nombre bajo ningún concepto vamos ganando bastante más que puntos sube la predicción del PIB, lagarto, lagarto. Ahora nos hemos sacado de la manga lo de la «gestión de la crisis». ¿Qué es la crisis? Pues, según la frasecita de marras, algo que siempre se gestiona mal. Del chapapote a esta parte no he oído a ningún político nacional, autonómico, provincial o local que diga:

-Han gestionado la crisis de puta mare...

La gestión de la puñetera crisis siempre es un desastre. Aquí la crisis, en cuanto aparece por la puerta de toriles pegando cornadas, es inmediatamente mal gestionada. El caballo regalado al que no hemos mirado el diente debe de ser de lo peorcito que se despacha. Porque dicen por Jerez una frase campera que debería ser todo un programa de gobierno ante las adversidades:

-Los caballos buenos se ven en los resbalones.

Aquí, en los resbalones, al caballo que va de punta en esta economía a la media potencia, se le ven todos los malos resabios de su hierro. En cuanto hay el menor inconveniente en el camino, el caballo no sólo se resbala, sino que no hay quien lo levante.

Ahora que hablamos de la necesidad de preparación, experiencia y competencia de los ministros, sean hombres, sean mujeres, deberíamos plantearnos una cuestión previa: ¿han hecho un Master en Gestión de Crisis? Evidentemente, no. Crisis que se presenta, petardo que pegan. Los primeros tapones nunca dan Catunambú del bueno, sino zurrapas de recuelo, como las que dicen que las hermanas de la Cruz toman por café en su voto de pobreza. Recién constituido el Gobierno, los dos taponazos en forma de petardo en la gestión de crisis han sido sonados. Como para echarlos a pelear. ¿Quién ha quedado peor, quién ha superado a Cagancho en Almagro? ¿Moratinos con el atunero apresado por los piratas de la pata de palo, o Bernat Soria con esa colza sin bichito que si se cae de la mesa se mata que ha sido el aceite de girasol?

No es que gestionan mal la crisis. Es que da la impresión de que no gestionan nada, por querer gestionarlo todo. ¿Es que en los Ministerios no quedan funcionarios de toda la vida, los que se saben las formas de actuar de la casa, los que saben en qué cajón han encerrado cada problema? Por lo que más desconfío de Bernat Soria es porque no haya dejado el asunto del aceite de girasol en manos de los que saben, que son los funcionarios que toda la vida de Dios habrán arreglado problemas siete mil millones de veces más graves, pero que como se solucionaron perfectamente sin darle cuartos al pregonero, pues ni nos enteramos de que habían existido.

En cuanto a la gestión del atunero apresado por los piratas, lo que más me sorprende es que de la noche a la mañana resulte que iba tripulado por españoles, y que por eso todo dinero público que se haya pagado por rescatado está bien empleado. Ya saben, la demagogia de a cuánto está el kilo de vida humana (excepto a efectos de la eutanasia y el aborto, claro). Me sorprende que ahora, cuando hemos negociado con los piratas como si fuera la ETA mismo, y cuando hemos pagado la morterada que nadie conoce, y cuando hemos mandado de crucero, como de vacaciones en el mar, a la fragata «Méndez Núñez», los marineros rescatados resulta que de golpe son españoles. Porque cuando los capturaron decían que en el barco iban cinco vascos y ocho gallegos, la palabra «español» no salía por parte ninguna. Sería, claro, por la famosa gestión de la crisis.

Lo de la gestión de activos lo sé, y la gestión inmobiliaria, y la gestión de empresas, pero ¿dónde se estudia el Master en Gestión de Crisis? ¿Dónde aprenden los integrantes de esa reunión de pastores cada vez que hay una oveja muerta, y a la que llaman Gabinete de Crisis?

Aunque todo esto que pienso debe de ser antipatriotismo. La crisis se gestiona siempre mal porque la crisis, como se han hartado de explicarnos, no existe. No es crisis, es desaceleración. Bueno, pues aunque sea desaceleración: menudo petardo han pegado con la desaceleración del aceite de girasol y con la desaceleración del barco apresado por los piratas...