ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


El Prado: tirar dinero y árboles

LA máquina del poder a cuya manivela le dan los socialistas por voluntad mayoritaria es perfecta. Enhorabuena, tíos. Reciben cada día unas consignas que cumplen con una disciplina que, vamos, ni en el Tercio Duque de Alba de la Legión. Y luego me imagino que les llegan los argumentarios que desarrollan las consignas recibidas y los repiten con exactitud e intensidad sorprendente, a babor y estribor. Como los carniceros con su guante de cota de mallas, nunca se cortan. Cuando tenían que negar la crisis, la negaban con tal tozudez que desafiaban la realidad de las cifras. Ahora que han tenido que hocicar y aceptarla, aplican las consignas para justificarse y culpar a otros. Han repetido tantas veces que de la crisis tienen la culpa Bush y Aznar, que muchos ya se lo creen. ¡Artistas! Son unos artistas para convertir en verdad una mentira muchas veces repetida. Frente a ellos, los del PP parecen más torpes cada día, incapaces de encarnar las fatiguitas negras que pasan los españoles con las duquelas de la crisis.

El otro día publicaron las últimas cifras del paro. Las de julio. Terribles. En el mes que más se contrataban temporeros de los servicios, camareros de fortuna en los bares de las playas, empleados de ocasión en los hoteles, jornaleros de la siega del turismo, este año las cifras dan el mayor paro de la historia contemporánea. Y por vez primera desde 1996 ha descendido el número de afiliados a la Seguridad Social. Es decir, que cada vez hay menos gente que paga la Seguridad Social y más gente que cobra de ella la prestación por desempleo. Díganme dónde conduce esto, sino a la quiebra del Estado, tal como se lo dejó González a Aznar.

Bueno, pues este panorama, que difícilmente supo explicar la Cospedal en su comparecencia en la guardia que ha dejado Rajoy en la calle Génova, lo cogió la Leire Pajín y le dio la vuelta. Dándole a la manivela de la máquina del poder dijo que cómo va a haber paro, que ni hablar, que al revés: que hay más gente trabajando que nunca. Dijo «más trabajadores y trabajadoras», que es lo que se lleva, con la dichosa paridad aplicada a la incorrección lingüística. Y le siguen dando a la manivela de la máquina del poder y repiten todos como loritos la consigna de que menos mal que están ellos en el Gobierno, porque si estuviera la derecha, habrían acabado con los gastos sociales mediante un decretazo. Y se quedan tan panchos. Y la gente se lo cree.

¿Gastos sociales? Yo no he visto una forma de tirar el dinero que no es suyo, sino nuestro, como la que tienen estos artistas, en lujeríos y caprichos. Por ejemplo, las vacaciones que todos los años le pagamos a la Fernández de la Vega y a sus amigas, en avión oficial de gañote, por varias naciones de Hispanoamérica. ¿Es gasto social acaso el dineral que nos cuestan las vacaciones de esta señora? No, son las propinas de la señorita, su ejercicio de la caridad con dinero ajeno. ¿Saben que para sanear la Bahía de Acapulco, sí, de Acapulco, la Vega ha dejado en México una propina de 35 millones de dólares? ¿Usted se imagina la de tragedias familiares de parados españoles que se podrían arreglar con 35 millones de dólares? Pero es que en la República Dominicana ha dejado otra propina de 15 millones de euros para sus caridades. Y ahora está en Haití: a ver qué millonada deja allí a los negritos. Así acabaron con el superávit, ¿no van a acabar? Ante este dispendio de los gastos suntuarios y propagandísticos no hay superávit que resista.

Pero es que aquí en Sevilla seguimos tirando el dinero igual. Aparte del crimen de leso medio ambiente al cargarse 229 árboles, ¿era tan urgente la Biblioteca del Prado como para hacerla en plena crisis? ¿Y empezar las obras asesinando árboles y con alevosía y estivalidad, ahora en pleno agosto, cuando no hay nadie que proteste? ¿No basta con la Biblioteca Infanta Elena, que está allí al lado? Y allí al lado también, ¿tan urgente era derribar el Equipo Quirúrgico para gastarse otra millonada en un ambulatorio nuevo? ¿Y tan urgente era poner la Ronda en un solo sentido y gastarnos otra morterada en su acondicionamiento? ¿Y la calle Asunción? ¿Qué falta hace peatonalizar Asunción? Pero como son unos artistas dándole a la manivela de las consignas, ya sabe usted: los que nos atrevemos a plantear estas cuestiones sí que somos unos fachas.

 

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