LO importante es cambiar por cambiar. Que sea para bien o para mal es lo de menos. Lo importante es poder gastar el dinero. ¿Cuánto nos va a costar el caprichito del sentido único de circulación en la Ronda de Capuchinos? A ver si Don Zoido le mete el lápiz a los gastos de asfalto, pintura, separadores, semáforos y horas extras de los guardias. Un dinero. Ya antes le cambiaron el nombre a la Ronda de Capuchinos. El Ayuntamiento de toda la vida es ahora el Consistorio, que nadie sabe en qué consiste y que es muy poco consistente como no sea con los 25.772 votos de la dictadura comunista que padece Sevilla. Que esto no salga de las Cuatro Esquinas de San José, pero el alcalde está igualito, igualito, igualito que China: bajo una dictadura comunista, y encima sin Olimpiada y sin poder pegarles mordiscos a las medallas. Y al igual que el Ayuntamiento es ahora el Consistorio, la Ronda de Capuchinos de toda la vida es la Ronda Histórica. ¡Qué perra con lo de Histórica! En cuanto a Tomás le pegan el puntazo del día, es una faena histórica. En cuanto el Betis se equivoca y le gana a un equipo espárrin chungalé en la pretemporada, ha hecho un partido histórico. En cuanto Maleni habla como debiera, ha dado un discurso histórico. Por no hablar de la Memoria Histórica, que consiste precisamente en todo lo contrario: en borrar la memoria de la Historia que no interesa.

Ahora a la Ronda de Capuchinos le han puesto el mote de Ronda Histórica. Lo que entra dentro de la Memoria Histórica: con ese nombre no hay que mentar a María Auxiliadora, que va contra el laicismo; ni a Menéndez Pelayo, que no era de los nuestros; ni a los Capuchinos, que son un fraile, dos frailes, tres frailes, José Antonio Viera el que no baile.

Acepto, empero, que llamar Ronda Histórica a la de Capuchinos no está del todo malamente desde el domingo. El follón de circulación que han conseguido organizar allí con tanto esfuerzo, dinero y medios humanos y materiales es ciertamente Histórico. La inutilidad de la medida también es totalmente Histórica.

Pero con el sentido único, la Ronda Histórica tiene una errata: no es Ronda Histórica; es Ronda Histérica.

Histérico es como se pone uno cuando llega a la Carretera de Carmona y este Ayuntamiento tan poco andalucista te obliga a rendir homenaje a Blas Infante: ¡hala, todos los coches para el kilómetro 4 de la Carretera de Carmona, donde mataron al Padre de la Patria Andaluza y de mi querida María de los Ángeles Infante!

Histérico es como se pone uno cuando, una vez en esa fábrica de atascos y embotellamientos de la marcha hacia Torneo, nueva versión de Calle Baños sin Cortinglés, ve lo absurdo del rodeo para acabar todos como los paparazis del tomateo del cotilleo: hablando de la Duquesa de Alba, en su versión glorieta de la Barqueta.

Histéricos es como se habrán puesto los GPS desfasados, que se han quedado más antiguos que la braga náutica de Mark Spitz en la piscina olímpica de la China.

Y hablando de nombres, de esto de la Ronda Histérica: ¿no iban a quitarle el nombre de su calle a Pío XII? Pues ahora, en términos irónicos, hay que decir que le van a borrar el nombre, pero de tanto utilizarlo. La circulación que va de la Carretera de Carmona a la Ducal Glorieta de la Barqueta se desvía por calles que ni sabíamos que existían. ¿Usted sabía que existía la Avenida de Llanes? Yo, ni idea. Ahora estaremos todo el día por la Carretera de Carmona revirando la izquierda alante y la derecha atrás hacia la Avenida de Llanes. Para seguir por el proscrito Pío XII, ¡toma Papa Pacelli, Torrijos, tú que querías quitarlo! Y por dos sabios doctores ya popularísimos: el muy torero y sevillista Doctor Leal Castaños y el Doctor Marañón, el que dijo que el sevillano Don Juan Tenorio era mondrigón, que ligaba tanto para despistar, pero que le gustaba un bombero bastante más que una monja Doña Inés.

Aunque para Histérico, Histérico, este Ayuntamiento que se dedica a cambiar por cambiar. Que sea para bien o para mal es lo de menos. Lo importante es poder gastar el dinero. Como lo regalan y nadamos en la abundancia, No Passssa Nada.