Y quien dice Nicaragua, dice Cuba. O Venezuela, donde un Chávez con zeta trata de conseguir lo que aquí logró hace ya lustrosos lustros ilustres un Chaves con ese: implantar un régimen, aplastar a la oposición y comprar a medio mundo a base de subvenciones.

Yo quiero ser Cuba, Bolivia, Nicaragua. Cualquier país de esos donde mandamos brigadistas y morteradas de dinero.

Lo he pensado paseando por mi barrio, por las alambradas de Guantánamo que cercan una plaza de Rafael Salgado que dejaron sin árboles y abandonada, esperando el santo advenimiento de un aparcamiento subterráneo que nunca llega. Paseando por lo que la asociación Bami Unido está harta de denunciar: una jungla de coches aparcados en doble fila, donde ejercen su extorsión unos gorrillas a los que nadie se atreve a aplicar el papel mojado de la ordenanza antivandálica. Lo he pensado viendo que talaron los árboles de medio barrio o los aserraron por las raíces, sin que haya perspectiva de que vuelvan a replantarlos, hasta los alcorques están cerrando y enlosando para que no quede rastro.

Si en vez de Bami esto fuera Nicaragua, aquí estaría todo de dulce. Los brigadistas vendrían como las antiguas catequistas iban al suburbio de Valdezorras, repartiendo gloria bendita. Tendríamos ya aparcamiento subterráneo, esto no sería un nido de gorrillas enganchados a la droga, los árboles lucirían hermosos, la Guardia Municipal no permitiría que un solo votante del PSOE de los pueblos dejara su coche en doble fila mientras visita a un pariente en el Virgen del Rocío. Que esta es la clave de la doble fila en Bami: ¿cómo van a multar a los coches de sus fieles votantes de los pueblos?

Y si en esta Palmera de los Pobres que es Bami queremos ser Nicaragua, ni les cuento cómo estarían Los Remedios si en vez de Los Remedios fuese Cuba. Más que poner en los balcones y en los escaparates los letreros contra la calle Asunción peatonal, los vecinos de Los Remedios deberían colgar a la entrada de dicha calle Asunción, donde el bingo, una pancarta de acera a acera, como la de los capirotes de la Puerta Carmona, que dijera: «Queremos ser Cuba». Los vecinos de Los Remedios tienen mucho ganado con respecto a su reconversión en Cuba, más que nosotros los palmeranos pobres de Bami. Aquí no hay nada que tenga relación con Nicaragua. Pero la que da entrada al barrio de Los Remedios se llama Plaza de Cuba. Deben insistir las asociaciones cívicas de Los Remedios ante el Ayuntamiento en que esa Cuba de la plaza de ídem es la del mismísimo Fidel Castro, el amigo de Lolo. Porque en el Ayuntamiento desconfían tanto de Los Remedios porque creen que la Plaza de Cuba se llama en recuerdo de los tiempos de Fulgencio Batista. A juzgar por los hechos, para el Ayuntamiento, Los Remedios es la Cuba de Batista, no la Cuba de Castro, donde mandamos brigadistas y dinerales.

Y como la moda son las 24 horas (¿no, Zoido?), los vecinos de los barrios maltratados deberíamos dar 24 horas al Ayuntamiento para que por lo menos nos consideren Nicaragua o Cuba.

Sevilla, Industria Rosa. Por el Correo de la Guasa (redcuadro@yahoo.es ), nos dice don Jacobo Yzaguirre:«Comentaba usted la estrecha relación entre Sevilla y el mundo del corazón. Llama la atención que hasta el hospital de los famosos se llame Sagrado Corazón, muchísimo antes de la invasión de este mundo de exclusivas y Cantizanos. Premonitorio a tope. Pero que la sede oficial del presidente Chaves se llame la Casa Rosa, ¿no es ya la prueba del algodón de lo que usted comentaba? Aunque me queda la duda si el Rosa de la casa de Chaves es por lo del corazón o porque sus moradores siempre son los mismos, los del Puño y la Rosa.»