Si usted me concede las señaladas mercedes de la lectura, sabrá que servidor cada vez comprende menos a esta contradictoria Sevilla que casi es ya Düsseldorf con tambores y cornetas. Muchos tambores y muchas cornetas. ¡Venga bandas para el magno desfile de hoy! Que tiene el recorrido del tranvía, pero con música de Escámez en vez del muñidor de La Mortaja. El Metro repite el recorrido del deseo llamado tranvía, y el chundarata del catapún chinchín del desfile de las bandas, el itinerario del tranvía: de La Pasarela a la Plaza Nueva. O dicho como los imbéciles que suprimen los artículos para ser más modernos, «de Pasarela a Plaza Nueva».

Y hablando del trayecto de La Pasarela a la Plaza Nueva y hablando de bandas, digo que cada vez entiendo menos a esta contradictoria Sevilla porque nos vendieron como la suprema modernez la peatonalización de la calle San Fernando y de la Avenida y no hay tal. Ninguna de las dos han sido nunca peatonales, como me hace ver Pilar Bores, la valiente vecina de Santa Cruz que movilizó al barrio para defender el nombre de la Plaza de la Alianza. Pilar Bores me sugiere que mire en el Diccionario qué significa «peatonal»: «Perteneciente o relativo al peatón». Y el ejemplo que pone el DRAE del uso de este adjetivo: «Calle Peatonal».

Será que Sevilla enriquece la lengua, pero la Avenida no es peatonal. Al menos es tan peatonal como tranviaria, que es lo «perteneciente o relativo a los tranvías». Y tan tranviaria como ciclística, que es lo «perteneciente o relativo al ciclismo». La suprema demostración de que ni la Avenida es peatonal ni la calle San Fernando es peatonal es que ahora, encima, el Ayuntamiento pintará un carril bici en el suelo. Es decir, que por fin van a hacer lo que proponía el ex alcalde Luis Uruñuela: que si es por carril bici, vamos a dejarnos de cuentos y de derroches, vamos a coger ese cubo de pintura y esa brocha gorda, vamos a pintarlo en el suelo como en las ciudades europeas que catetamente queremos copiar, y vamos a dejarnos de despilfarrar el dinero y de hacer la vida imposible a los coches. (Aunque no haya el final de Sevilla Film Commission).

Esto de pintar en el suelo un carril bici por las presuntamente peatonales San Fernando y Avenida lo considero yo de otra forma. Es que como no se jartan, quieren aplicar la Máquina de Estrechar Calles incluso a las que han diseñado ellos mismos, en su programa de cargarse a Sevilla. A efectos de los peatones, la Avenida y la calle San Fernando serán más estrechas. Todavía. Sume el ancho de las vías del tranvía y el ancho del carril bici, pintado como las rayas de los picadores en el pisoplaza:

—¿Y por dónde caminamos los peatones?

—Eso digo yo, después del pastón que se gastaron demagógicamente en hacer peatonal la Avenida.

Me encontré el otro día a Don Zoido en la puerta de Antares y le pedí que el PP echara unas cuentas y nos las dijera a todos los sevillanos que sufrimos este desastre de ciudad que ya se han cargado. Le dije a Don Zoido que miraran en los papeles del Ayuntamiento y nos dijeran:

1.- Cuántos millones se han gastado en peatonalizaciones, en estrechar calles y en la obsesión del carril bici.

2.- Cuántos miles de plazas de aparcamientos en superficie se han cargado con estas tonterías.

3.- Cuántos cientos de kilómetros de calzadas para los coches han desaparecido con la Máquina de Estrechar Calles, y hasta dónde llegarían las calzadas suprimidas puestas en línea recta, si hasta Paterna o hasta Escacena.

Ojalá Don Zoido deje de papafreír bancos en Bellavista y saque esos datos demostrativos del mamoneo que se traen con nosotros los peatones y los conductores. Y ojalá la ciudad entera, al leerlos, se sume a Las Dos T. Las únicas que aquí le plantan cara a los que se han cargado a Sevilla: Trianeros y Taxistas.