ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


El pregón de la lengua española

Si mantener una amistad a lo largo de los años es cultivo de primor, ni les cuento si el amigo se dedica, como uno, al oficio de la escritura. Por las cuñas de la misma madera, no suele ser extraño que la amistad se enfríe o rompa por las literarias disputas, que peor que fías y porfías y cuestión con cofradías son riñas y zapatetas con escritores y poetas. Por eso es como raya en el agua la vieja amistad, nunca rota, antes al contrario, más anudada conforme pasan los años, que conservo con José Antonio Gómez Marín.

Lo conozco desde que ambos escribíamos en la revista «Triunfo», servidor desde Sevilla, él desde Madrid, donde era discípulo de José Antonio Maravall, profesor universitario de Historia de las Religiones y técnico del Estado en las publicaciones del Ministerio de Agricultura. En 1972, Gómez Marín me envió su libro «Bandolerismo, santidad y otros temas españoles». Me deslumbró tanto su visión de los bandoleros, que la cité como desmitificadora en mi libro «Andalucía, ¿Tercer Mundo?». Desde entonces anudamos una relación nunca rota, en la que Gómez Marín me demostró ser el raro amigo cierto de las más inciertas horas de mi carrera profesional, con un paisaje de plaza de los toros al fondo, por darles alguna pista de un hoyo en el albero de los maestrantes.

Gómez Marín, que andaba por aquellos Madriles donde no se nos había perdido nada a los andaluces que soñábamos la utopía meridional, decidió un día igualar con la vida el pensamiento del fandango de su Huelva natal: «Nunca está mejor el árbol/que en tierra donde se cría». Y se vino a Sevilla, de aquello ya tan nostálgico de comienzos de la autonomía: de funcionario transferido. Y aunque pieza fundamental en el gabinete del presidente Borbolla, supo bajarse a tiempo del tranvía de la función pública para dedicarse a su libre vocación de la escritura y del pensamiento, primero en «Diario 16» y en los programas de Encarna Sánchez o Luis del Olmo, ahora en «El Mundo» y con Carlos Herrera. Pero no crean que Gómez Marín es sólo lo que se entiende por un comunicador. Es ni más ni menos que un intelectual comprometido con su tiempo, que aplica a la comunicación todos sus saberes, que son tantos que para mí que no caben ni en el Espasa ni en el Larousse juntos. Y con valentía. Por su forma de cantar las verdades al Régimen socialista en Andalucía desde hace tanto tiempo, suelo decirle a Gómez Marín, hombre de izquierda de toda la vida:

—Tu problema es que eres de derechas y no lo sabes...

Pero no es de derechas ni de izquierdas. Es de la verdad radical y del pensamiento libre. De los que sin movernos un milímetro de donde estábamos en 1972 a favor de la libertad y de la democracia hemos pasado directamente de rojos a fachas para nuestros enemigos. Hablo de todo esto porque el domingo, en nuestra querida Academia de Buenas Letras que lo recibía como numerario, Gómez Marín dio un hermoso pregón sobre la grandeza de la lengua y la universalidad de los saberes, con su discurso de ingreso sobre su admirado «Tesoro de la Lengua Castellana» de Sebastián de Covarrubias, que me regaló unas Pascuas en la vieja edición de Martín de Riquer. Junto a los naranjos del patio de la Academia anunciadores de la primavera, Gómez Marín hablaba apasionadamente de Covarrubias, pero a mí aquello me sonaba a su propio autorretrato: «Conoce a los clásicos griegos y romanos, conoce la cultura bíblica, conoce a los filósofos de la Edad Media y conoce a los modernos, tanto a italianos y españoles como a franceses, alemanes, británicos u holandeses. Y todo ello con una profundidad nada desdeñable...» Así justamente es Gómez Marín. Que me parecía redondeaba su autorretrato cuando citaba el juicio de Angelo Poliziano sobre Covarrubias: «¿Qué puede ser más útil y fructífero para todos los conciudadanos que persuadir mediante la palabra?». A eso ha dedicado Gómez Marín su vida: a persuadir a sus conciudadanos andaluces mediante la palabra en libertad.

 

Articulos de días anteriores

Ir a página principal (Inicio) de www.antonioburgos.com

 

Para buscar dentro de El RedCuadro

 
    

 

Correo Correo

Clic para ir a la portada

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio