Miedo me ha dado La Palmera cortada en sentido Campo del Betis por las obras del túnel (absolutamente prescindible) de Bueno Monreal. Al pobre cardenal, por cierto, se le va a acabar quedando nombre de paso subterráneo. Que no es lo mismo que el paso del Subterráneo, Virgen a la que deberían declarar Patrona de los túneles urbanos. Miedo me ha dado La Palmera cortada, porque como estos tíos la vean así más veces, seguro que la ponen de sentido único, como pusieron la calle Oriente, la avenida de Eduardo Dato, la Ronda de Capuchinos y todo lo que les echen. Ante la falta de sentido de tantas acciones de gobierno, lo más cómodo es el sentido único.

Pasa con La Palmera como con la Ronda. ¿Usted no ve esa cíclica pamplina de Ciclovida, que cortan la Ronda para que los hijos de los camaradas del Tío de la Mariscada vayan con los patines y la gente se dedique a hacer tonterías como jugar al dominó, hacer taichí (qué gilipollez) o ponerse a remar en unas barcas de mentirijillas? Pues a lo tonto, a lo tonto, con esto de cortar la Ronda cada dos por tres, lo que a lo mejor persiguen es hacerla peatonal también, ¡hala!, como quieren convertir a toda la Sevilla intramuros, sin contar con sus vecinos y comerciantes.

Y en la Ronda que cortan cuando les viene en gana, el solar donde los del PP se encontraron el domingo con los rojos de la chuminada del Ciclovida: el derribo del Equipo Quirúrgico. Dijo Zoido que para ese Hospital de Alta Resolución, como los magníficos que hay por los pueblos, que anunciaron que iban a levantar allí no hay todavía ni consignación presupuestaria. ¿Por qué entonces aquellas prisas en derribar el Equipo Quirúrgico, con el gran servicio que prestaba para las urgencias? Niño chocado que iba al Equipo era un paciente menos saturando las urgencias de Traumatología. Y señora con un dolor aquí en el lado, muy fuerte, doctor, era una paciente menos en las colapsadas urgencias del Virgen del Rocío. Como las extintas Casas de Socorro, el Equipo Quirúrgico prestaba un maravilloso servicio, del que he hablado aquí muchas veces, atendido por un magnífico cuadro de médicos y enfermeros que habían ganado sus oposiciones y tenían toda la experiencia del mundo en solventar urgencias. Sin saber por qué y sin ser sustituidas por nada, el Ayuntamiento suprimió su red de casas de socorro y la central de todas ellas, que era el Equipo Quirúrgico. Todo eso pasó a la Junta. Y la Junta, ¡hala!, en vez de mantener un Centro de Urgencias en el antiguo Equipo, tuvo una prisa horrorosa por derribarlo. ¿Por qué se derribó el Equipo Quirúrgico, si aquellos quirófanos y salas de urgencias estaban perfectamente? ¿A que sí, doctor López Cancho? ¿Dónde fue a parar todo el material sanitario tras el derribo? ¿A Cuba, para los camaradas del Tío de la Mariscada, como dicen los mal pensados y alguien debería comprobar?

El caso es que el solar del Equipo Quirúrgico está allí muerto de risa, como una acusación a un modo de gobernar que consiste fundamentalmente en tirar el dinero. Como eso otro, que chorrea sangre, de tener infrautilizado y cayéndose el Auditorio Rocío Jurado de La Cartuja y autorizar en cambio que la SGAE se gaste la burrada de 60 millones de euros (que son 10.000 millones de pesetas) de nosotros los autores en construir de nueva planta otro auditorio más en La Cartuja. En La Cartuja vamos a tener los auditorios repes. ¿No hubiera sido mejor que la SGAE pusiera en regadío el Auditorio, lo hubiera techado y le hubiese dado utilidad a la Colina de los Jaramagos?