Digitales K@rmele y Los@ntos

"Karmele, que no es liberal profesional, defiende más la libertad.
Federico no tiene insultarium en su página"

Pues habrá que ir pensando en escribir siempre Epoc@, con la arroba que sin arrobo se está adueñando de nuestras vidas, que son ya casi realidades virtuales. Digo esto porque no he visto una revista más digital que Epoc@. Aparte de ser la primera en su género, número y caso que en el Reino de España accedió a poner semanalmente sus contenidos en Internet, gran parte de sus colaboradores son militantes activos de la Red, y me acuso, padre, de que fui el primero...

-¿Cuántas veces, hijo?

Pues las que sean necesarias para ponerse a la altura de los tiempos, que todo esto de que el Gobierno de José María Aznar quiere potenciar el uso del Internet y la informatización de España es porque aquí, por mucha digitalización que parezca que hay, todavía estamos a niveles tercermundistas en estas materias, si se nos compara con Suecia.

La semana pasada Karmele Marchante (perdón, K@rmele March@nte) invitaba a sus lectores a que visitaran su página en Internet y le dejaran mensajitos. Y daba su dirección, que repito: www.line-pro.es/karmele. Esto de dar las direcciones de Internet es un nuevo uso social muy divertido. Aparte de que los ejecutivos, agresivos o no, ponen todos ya en sus tarjetas de visita las señas de su buzón del correo electrónico, junto al teléfono y al fax, los que tienen web te invitan a algo tan decadente y decimonónico como la visita. Ya no charlamos en el café y se ha perdido el arte de la conversación, pero los tertulianos discuten por nosotros en la radio. Ya no vamos de visita a casa de conocidos o parientes lejanos, ni tenemos que aguantar en un salón isabelino el coñazo de la niña, que ha estudiando Piano como asignatura de adorno y ejecuta el Para Elisa sentido penal de la palabra. Pero vamos todos los días de visita a las páginas de Internet de los amigos, que, como en el caso de K@rmele, hasta te ponen allí el libro de honor para que firmes en recuerdo de tu paso por la casa. Entra en la página y K@rmele es como la señora de la casa que sale a recibirte, y te dice: "Hola amiga/o. Repito las gracias por visitar mi página, que como verás es bastante reciente, y no excesivamente sofisticada. Sencilla y clarita, que no se pretende otra cosa. Más adelante, veremos. En principio, se trata de iniciar un nuevo canal de comunicación entre nosotros, y más directo, pues-to que los programas de televisión, generalmente, sólo funcionan en un sentido. Me encantará leer vuestros comentarios y sugerencias, que intentaré trasladar al ámbito televisivo. Por ahí veréis un enlace a una página donde podéis escribir lo que queráis (sin barbarismos, por favor). Y al mismo tiempo, intentaré ir actualizando esta página, insertando comentarios y respuestas a todo (o casi todo) lo que preguntéis."

La página de Karmele está muy bien, porque la descubrimos bastante más que leyéndola en EPOCA o viéndola en Tómbola interrogar a los sospechosos de haber cobrado por ir al programa. K@rmele, que deja in puribus a tantos pseudofamosos (¿famosos de qué, por qué?) con sus preguntas, se desnuda ella misma en la autopresentación que hace a sus visitantes. Y sabemos de sus fobias. Algunas, absolutamente compatibles, como la gente que chilla, Cristina Tárrega, el heavy metal o Kavafis. Y sabemos de sus filias, algunas absolutamente incomprensibles, como Gwyneth Paltrow, Djuna Barnes, el agua de Vichy o la comida light.

Pero sobre todo la página está muy bien porque el lector o telespectador tiene en ella sus cinco minutos de venganza. He leído lo que los visitantes de la página ponen a K@rmele, y menos bonita le llaman de todo. ¿Quiénes serán? ¿Los pseudofamosos hechos quedar como quienes son en Tómbola? ¿Las que quisieran tener tan cerca al cubano o indio currador de hembras o de transexuales de guardia, que le tienen envidia? ¿Los que sencillamente también quieren ser famosos por su arte de insultar?

Por eso hace muy bien en su página Federico Jiménez Losantos (vamos, Los@ntos), que es otro navegante de Internet de esta muy digital EPOCA. Federico acaba de estrenar un diario virtual que se titula Libertad Digital (www.libertaddigital.com) y que estrena una fórmula genial: cada noticia lleva su correspondiente comentario a pie de obra, en plan aquí te pillo y aquí te mato, a bote pronto y a veces en vivo y en directo. Todo lo mejor de los liberales está allí, y no cito nombres para que no se me olvide ninguno y se me enfade, porque los liberales son muy suyos. Tan suyos, que en Libertad Digital no existe la mínima libertad digital de disponer de un buzón de correo electrónico para hacer como en la página de K@rmele, esto es, para que el lector pueda decir cuantas barbaridades se le ocurran, del mismo modo que los liberales redactores dicen sus opiniones en libertad absoluta sobre las noticias que comentan. Al menos cuando escribo este apunte, el diario virtual de Federico no tiene ese buzón casi de reglamento en Internet. Nada, Karmele, que no es liberal profesional, defiende más la libertad que Federico. Federico no tiene insultarium en su página. Karmele, sí. *


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