Clic para ir a ¡HOLA! en Internet

Ir a "¡Hola!" en Internet

De rosa y oro 

                                            por Antonio Burgos


Num. 2998 - 24 de enero del 2002                                    Ir a "¡Hola!" en Internet
Clic para ir a la página principal

Página principal-Inicio


Clic

 
"Jazmines en el ojal", editorial La Esfera de los Libros, prólogo de María Dolores Pradera   

"JAZMINES EN EL OJAL", nuevo libro de Antonio Burgos

 

Artículos anteriores en ¡HOLA!
Recuadros
BUENOS TRATOS  Artículos anteriores en ¡HOLA!
 

Todos empezamos a hartarnos de tanto exhibicionismo de malos tratos por parte de las que ya no los sufren y estuvieron, además, en condiciones de poder librarse de ellos. Por que nos acordamos de tantas mujeres que calladamente han de seguir aguantándolos. Las famosas habrán estado maltratadas, pero a nosotros nos tienen rodeados. Como la longitud de la falda o los colores de las colecciones de primavera, en esto de exhibirse hay modas. Antes se llevaban mucho las bodas exóticas, ora marroquíes, ora hindúes, ora zulúes; esta temporada la tendencia señala hacia los malos tratos. Como en el Tenorio, hasta ponen a los pobres muertos en danza, con un dudoso buen gusto. Maltratadas de lujo exhiben sus ojos morados ante la perplejidad de tantísimas señoras anónimas que sí que saben lo que es padecer la violencia de un marido que viene bebido, pero que como de verdad se preocupan por sus hijos, callan y sufren en silencio unas lágrimas que se tragan ellas solitas. Con esta tendencia de las maltratadas VIP, puede parecer que España es una sociedad de talibanes agresivos, donde las mujeres están en su casa con el "burka" y la pata quebrada de una paliza.

Como se corre el riesgo de tomar la parte por el todo, propongo urgentemente, que, vale, que se sigan exhibiendo. Pero que en paralelo se emprenda como compensación una campaña nacional de difusión y valoración de los buenos tratos. De hecho, en estas páginas de ¡HOLA! hay cada semana una admirable campaña de divulgación de los buenos tratos. Sin tirar de hemeroteca, en las más recientes imágenes, Kelsey Grammer mima a su mujer Camille con un casoplón en Malibu. Tom Cruise hace feliz a Penélope Cruz, cómo la tiene: de amor y lujo. Montserrat Caballé está tan perfecta en su reaparición en el Liceo porque su primer admirador es su marido. A Carmen Martínez-Bordiú se le ve en la cara que esa felicidad de tener al lado la delicadeza de Roberto Federici no sólo es cuestión de la calma campera de Cazalla de la Sierra, sino que llegado el caso se repite hasta en el Machu-Picchu si hace falta. Genoveva Casanova está encantada con Cayetano Martínez de Irujo a caballo, a pie o en coche. Como tantas de las que nadie dice nada en cuanto bien tratadas. Comentan que a Rocío Jurado le piden no sé cuántos euros por haber hablado de ciertos malos tratos, en la paradoja de que a ella le quieren hacer pagar precisamente por lo mismo con lo que otras se hartan de cobrar. Pero de los buenos tratos a Rocío Jurado nadie habla. ¿No es buen trato ese José Ortega Cano con las bolsas de las compras en las rebajas por las escaleras mecánicas de la gran superficie comercial? Todas las mujeres quisieran tener un marido que les diera tan buen trato como José a Rocío: que no solamente vaya con ellas a las rebajas, sino que además cargue con los bolsones de las gangas.

Mucho hablar de los homenajes donde se les ve juntos, pero nadie dice que Carmen Tello está encantada con el buen trato que le da Curro Romero, porque eso no vende. Como tampoco vende una escoba el buen trato que le da Javier Conde a Estrella Morente. Estuve con ellos la otra noche en una entrega de premios de Canal Sur Radio y a treinta leguas se olía el buen trato que la cantaora recibe del torero. O, por seguir con toreros, el buen trato que le da Enrique Ponce a Paloma Cuevas. Si Paloma es tan elegante, aparte de su belleza y armonía personal, es porque detrás tiene a un marido que no protesta ni una sola factura del modisto, ¿no es eso la sublimación del buen trato?

Me encantaría que igual que ahora este campeonato de moratones, de pronto empezaran a salir en todos los medios, una detrás de otra, señoras famosas que compitieran en la exhibición de regalos y delicadezas de sus maridos, de cariñosos recuerdos de aniversario y de billetes de amor debajo de la almohada: "Mira qué solitario con un brillante de tres kilates me ha regalado", "Mira a qué viaje más maravilloso me va llevar..." Y que pronto, en esa maratón de los buenos tratos, proclamemos campeón a Jaime de Marichalar. Qué buen trato no le dará Marichalar a Doña Elena, que aunque está casado con una Infanta, la tiene como a una reina.

Clic


Clic para ir a ¡HOLA! en Internet

Indice de artículos de Antonio Burgos en "¡Hola!"

Volver a la portada de El RedCuadroClic para ir a la página principal