Era
la última cenita simpática en la ciudad, antes de que todos nos
fuéramos de veraneo. Era en la terraza de la casa, y para las
señoras no había el menor problema indumentario. Pero a los
invitados se nos plante� la terrible duda de etiqueta del verano:
si ir de traje oscuro y corbata; si con chaqueta blazier de
veranito, ya saben, sin corbata y con pantalones colorados; o si
en mangas mallorquinas o marbellíes de camisa. Como los señores
tenemos la mala costumbre de no llamarnos unos a otros ante tales
dilemas con el "¿t� qu� te vas a poner?", cada cual
acudi� como pudo. No falt� una sola de las posibilidades
descritas, e incluso hubo quien se present� de camisa polo y
vaqueros.
Conforme íbamos llegando,
la señora de la casa, como suele ocurrir en estos casos, empez�
a recibir. No a recibir invitados, sino a recibir mil perdones:
-- Perdona que venga en
mangas de camisa, me creía que era una cena informal-- decían
los deschaquetados, viendo a los que, de traje oscuro y corbata,
ya estábamos all�.
-- Perdona que venga con
traje, pero no sabía que era una cena informal --habíamos dicho
antes los enchaquetados, viendo a los militantes de las mangas de
camisa que llegaron antes.
Hasta que lleg� el
galerista Pepe Cobo y no tuvo que pedir perdones de ninguna clase,
sino que recibir toda suerte de plácemes y felicitaciones de los
señores:
-- As� es como teníamos
que venir todos, Pepe, y dejarnos de cuentos.
¿Cómo iba Pepe Cobo? Pues
como García Márquez cuando acudi� a recibir el Nobel de
Literatura o como Hemingway cuando por La Habana coleccionaba
mojitos y daiquiris: con guayabera. Una guayabera preciosa, de
Miami, muy bien cortada y ajustada al cuerpo, de mangas largas.
Pepe Cobo, aunque moderno de toda modernidad y divulgador de
vanguardias, de Luis Gordillo a Espali�, de Juan Muñoz a MP&MP
Rosado, en el vestir es un clásico. Por eso defiende activamente
para el verano el uso de esta clásica prenda hecha a la medida
del calor del mundo hispánico. La guayabera, aqu� llamada
también "cubana", es prenda de etiqueta en la América
hispana, gala de caballeros en el Miami del exilio cubano, gloria
de los sastres mexicanos de la Mérida yucateca. Te pones tu
guayabera y, como en la copla por guajiras, pareces "un
millonario rico de la población".
Prenda que es tradición
naci� en Sancti Spíritus, en la Cuba central. All� lleg� de
emigrante en tiempos de la colonia un alfarero granadino al que
llamaban Joselillo. Quien recibi� un día de su tierra andaluza
el regalo de unas piezas de tela de hilo. Y se le ocurri� pedir a
su mujer que las aprovechara para hacerle camisas cómodas y
frescas, con largos faldones para dejarlos por fuera del
pantalón. Luci� Joselillo su camisa y pronto se populariz�
entre los campesinos de la zona, que le añadieron bolsillos donde
llevar las pertenencias y los avíos para liar tabaco. Y por
usarse entre los guajiros de la región que baña el río Yayabo,
a la nueva chamarreta dieron en llamar "yayabera". Se
generaliz� luego la prenda entre los campesinos de la zona, que
acostumbraban a acopiar guayabas y a cargarlas en los bolsillos de
la "yayabera", por lo que pronto su nombre cambi� a
"guayabera", como se conoce hoy en todo el mundo, aunque
en España la llamemos también "cubana". Añade la
leyenda que las aberturas laterales de la guayabera simbolizan la
independencia cubana. Que los jinetes mambises, en su guerra
emancipadora, le hicieron esas rajas a los lados para mejor
desenfundar el machete guajiro en sus cargas contra los soldados
de España.
Del campo pas� la guayabera
a la ciudad; de los guajiros, a los burgueses de La Habana o del
Yucatán; y tal éxito social tuvo, que hoy es prenda que, con la
solemnidad de la manga larga, entra de gala en los salones, del
Río Grande a la Tierra de Fuego, como hispánico "smoking"
tropical que ojal� Pepe Cobo consiga poner de moda. Porque no
saben cómo envidiábamos su fresquita y elegante guayabera
"made in Miami" sudando la gota gorda con nuestros
trajes nada tropicales, en la calor equinoccial de la cenita
simpática...

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