Nos
vamos civilizando, no somos tan bárbaros ni tan inhumanos. Lo
digo por el aprecio a los animales. Si el mítico y legendario
Ratón Pérez ya tiene una placa en una calle de Madrid, en
Cádiz van a llegar a más: le pondrán a una calle el nombre de
un perro. Pero no un perro legendario, de cuento o de tebeo,
como Pluto o como los ciento un dálmatas, sino a un perro de
verdad. Un perro que con su vida nos dio ejemplo a los hombres:
Canelo.
Canelo era un chucho gaditano,
noble y leal como los títulos oficiales del escudo de la ciudad
trimilenaria. Me parece que Canelo era de la ilustre y
distinguida raza del "canis viator gadirensis", esto
es, perro callejero gaditano. Para su dueño, como si fuera un
"golden retriver" con los que sus dueños presumen,
diciendo siempre que son primos o hijos, o nietos de los perros
de Don Juan Carlos. Los regios perros de la Zarzuela, desde
luego, deben de ser de una fecundidad impresionantes, las perras
deben de estar siempre embarazadas y los machos, cubriéndolas.
Porque no he visto mayor cantidad de gente que presuma de perro
diciéndote que su "golden" es primo del que tiene Su
Majestad. Debe de pasar con esto de los perros lo mismo que con
el sastre del Rey. Si fuera verdad que el sastre del Rey les
cose a todos aquellos petimetres de la nueva corte del dinero y
del poder que alardean de tener al mismo alfayate que Su
Majestad, el artista de la aguja es que no podría el hombre ni
dormir, haciendo tantísimos trajes iguales a los que usa Don
Juan Carlos.
Sin linaje regio, Canelo era
para su dueño compaña, cariño, antídoto contra la soledad y
pretexto para pasear todos los días las calles gaditanas
sacándolo a hacer sus cosas. Cuentan que el dueño de Canelo
era enfermo renal, y que debía ir cada semana a someterse a
diálisis, siempre acompañado por Canelo, que se quedaba a la
puerta de la residencia hospitalaria esperando a que le
renovaran la sangre a su amo. Hasta que un día, agravada la
dolencia, el dueño de Canelo tuvo que ser ingresado. El perro,
como solía en las visitas ambulatorias de la diálisis,
permaneció en la puerta del hospital, esperando a su dueño.
Pero el dueño nunca salió. Al menos por aquella puerta. El
dueño de Canelo, ay, salió muerto camino del cementerio, por
esa secreta puerta de los tanatorios que suelen tener los
hospitales. Como Canelo era noble y leal y los perros no se
resisten a aceptar (les pasa como a los humanos) la idea de la
muerte de los seres queridos, ¿qué hizo? ¿Volverse a su casa,
a la comida segura y al techo en caliente? No. Permaneció en la
puerta del hospital, esperando a que saliera su dueño. Pero no
un día ni dos, ni semanas, ni meses. Los vecinos de la Avenida
y los trabajadores de la residencia sanitaria, sabedores de la
lealtad y nobleza del perro, lo adoptaron colectivamente, y el
uno le llevaba comida, y el otro le ponía agua, y el otro le
daba las caricias del amo que le faltaban. Canelo se hizo
popular en Cádiz, salió en el "Diario", vinieron los
ingleses de la BBC a hacerle un reportaje y llegó a formar
parte, como un personaje popular perruno, de la galería
riquísima de los locos gaditanos del viento de levante. Las
asociaciones ecologistas lo protegían y hasta una vez lo
libraron de la muerte sanitaria y administrativa, pagando un
rescate administrativo cuando los laceros se lo llevaron a la
perrera municipal, confundiéndolo con un chucho callejero y
desconociendo su lealtad ejemplar.
Quince años se ha llevado
Canelo viviendo en las cercanías del hospital, siempre
esperando a su dueño, hasta que en el pasado mes de diciembre
le llegó la misma muerte que a su amo. A Canelo lo atropelló
un coche. Naturalmente que el coche de un turista. Ningún
conductor de Cádiz, conociendo a Canelo, hubiera dejado de
parar su coche para ceder el paso a un ejemplo de sentimientos
en forma de perro. La muerte de Canelo fue llorada por todo
Cádiz, y hasta el coro "Cine Caleta" le dedicó un
tango memorial y memorable, en la solemnidad carnavalesca del
Gran Teatro Falla. Ahora, el Ayuntamiento, por iniciativa de
grupos vecinales y ecologistas, ha acordado dedicar a Canelo una
calle. No una calle cualquiera camino de cualquier parte, sino
el mismo callejón cercano al Hospital Puertas del Mar donde se
llevó quince años esperando a su amo. Dando ejemplo a los
humanos. ¿No se dedican las calles a los héroes, a los
personajes ilustres? ¿Por qué no van a ser dedicadas a estos
heroicos, ilustres y nobles perros, como Canelo? Poner una calle
al perro Canelo es una forma de perpetuar un ejemplo que
debería ser imitado por los hombres.
Gatos,
perros y otros maravillosos animales: un especial de El
RedCuadro
Sobre el perro Canelo, en El
RedCuadro
- Tango para el perro Canelo
- "Canelo",
el perro del pueblo
- Objetores
Canelo
Sobre Canelo, en Internet:
Canelo de Cai
Una interesante página con vídeos sobre el perro y la historia
de su triste muerte
La
muerte de Canelo en Canal Sur TV (noticia con vídeo)
Cádiz.-
Muere Canelo, el perro que estuvo 12 años esperando en la
puerta del hospital de Cádiz a su dueño
(Europa Press)
Canelo
en Antena 3 NOTICIAS
Räddade
djur (reportaje sobre
Canelo, en lengua "guiri")
Canelo
en el reportaje de Antena 3 |
    |
Agaden
expresa su pesar por ‘Canelo’
El entrañable perro murió atropellado por un vehículo el
pasado lunes
Diario "Cádiz Información",
11 diciembre 2002
El fallecimiento del perro Canelo,
atropellado el lunes por un vehículo a la altura del Hotel
Playa Victoria, ha supuesto un gran pesar entre quienes conocían
su entrañable historia de fidelidad hacia su amo, que un día
hace doce años entró en el Hospital Puerta del Mar y ordenó
al can esperarle fuera. El dueño murió en el centro
hospitalario y desde entonces Canelo vagaba por las
inmediaciones del Puerta del Mar esperando la salida de su amo.
El colectivo ecologista Agaden mostraba ayer su pesar recordando
que Canelo fue protagonista de no pocos reportajes en prensa
escrita y televisiva a nivel incluso internacional. Agaden señala
que el perro “ha sido el máximo exponente de fidelidad y amor
hacia su amo, valores estos que muchos humanos desconocen”.
Durante su prolongada vida en los alrededores del hospital,
varias personas quisieron cuidarlo y llevárselo a sus casas,
pero siempre volvía al Puerta del Mar para esperar la salida
del amo. Incluso la perrera se lo llevó una vez, pero tras
diversas gestiones de Agaden se consiguió sacarlo y que esta
asociación apareciese como su dueño, evitando así su muerte
segura.
Agaden hace hincapié también en la altruista labor
desarrollada por una mujer llamada Pepi, que se encargó de
cuidarlo.
Muestra de lo conocido que era Canelo fue cuando desde Estados
Unidos se envió una caseta al Ayuntamiento de Cádiz para que
la colocase cerca del aparcamiento del hospital. Según Agaden,
“el Consistorio se negó”.
Los ecologistas afirman que se han recogido firmas para erigir
un monumento a la figura del perro, lo que Agaden apoya como
forma de perpetuar el recuerdo a tal muestra de amor y
fidelidad.
Canelo
tendrá una calle junto al Hospital Puerta del Mar
El Ayuntamiento y las organizaciones
vecinales y ecologistas promueven la iniciativa, que incluirá
un pequeño monumento del perro
(Diario de Cádiz, 27 marzo 2003)
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LA
MIRADA DE CANELO. Imagen retrospectiva del legendario
perro gaditano, que pasará a la posteridad
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Enrique
Alcina.
Canelo es de todos. El legendario perro
gaditano, que murió atropellado el día 9 de diciembre frente
al Hospital Puerta del Mar, tendrá una calle con su nombre.
Mejor dicho, será inmortalizado en el callejón que frecuentaba
a diario, paralelo a la calle Fernández Ballesteros.
Así lo decidieron ayer, por iniciativa de Agaden, esta
organización, el Ayuntamiento, la asociación protectora de
animales y las federaciones de vecinos 5 de Abril y Cadice,
quienes celebraron un cónclave para tal menester.
El concejal Francisco Vivas aceptó las propuestas y,
definitivamente, será dicha calle peatonal, todavía no
incluida en el Nomenclátor de la ciudad, la que adopte el
nombre del perro más querido. La Comisión de Gobierno y la
Comisión del Nomenclátor tendrán la última palabra. A ver
quién dice que "no".
En el mismo callejón se grabará una placa conmemorativa y una
pequeña escultura de Canelo, así como un texto alegórico
sobre las andanzas del perro que permaneció quince años frente
al Puerta del Mar esperando a su dueño. Su dueño murió y él
continuó en el lugar, mimado por celadores y ciudadanos en todo
momento.
Vivas señaló que hará gestiones con el Servicio Andaluz de
Salud y la dirección de la clínica para colocar otra placa en
el lugar donde descansaba el perro. Y también contactará con
los gestores del Cementerio Mancomunado, en su calidad de
presidente, para que dicho organismo cubra los gastos del
homenaje.
Vecinos, defensores de los animales y ecologistas coinciden en
señalar que Cádiz no puede olvidar las lecciones que Canelo
dio al ser humano. "El ejemplo dado por Canelo no puede
caer en el olvido, sino todo lo contrario, perdurar en nuestro
recuerdo como testimonio de valores no materiales como la
lealtad, el amor y la esperanza".
Nadie olvida, asimismo, las apariciones de Canelo en
televisiones como la BBC, que vino a Cádiz a realizar un
reportaje exclusivo, o la movilización que originó su captura
por parte de una empresa. Un miembro de Agaden, precisamente,
evitó su muerte haciéndose con la responsabilidad del animal más
humano de Cádiz, que ahora vuelve a protagonizar un emotivo
momento, un caso insólito en el planeta, una historia tan
novelera como sentimental que se ha quedado grabada en el corazón
de muchos gaditanos. Canelo vuelve a su callejón.