La editorial
Planeta, en su colección "Documentos", acaba de publicar "Reloj, no
marques las horas", un libro donde Antonio Burgos recoge la segunda serie de sus
"Memorias de Andalucía", como continuación de la obra "Mirando al mar
soñé , publicada el pasado año por la misma editorial. -
Prólogo
Reloj, no marques las horas
Reloj, no marques las horas, reloj Dogma,
reloj Cauny Prima, reloj que te trajeron de Tánger, reloj de pedida, reloj de aprobar la
Reválida, reloj de aprobar COU, primer reloj sumergible, reloj de Ceuta, viejo reloj de
pared que estaba en el comedor de casa de tu madre, reloj de Andorra, reloj siempre parado
del descansillo de la escalera, reloj del ayuntamiento aquella Nochevieja que fuisteis a
tomar las uvas, doce para las doce, reloj de arena de la playa donde viste que el cielo se
ponía rojo sobre las torres de la Catedral de Cádiz, reloj de pulsera de material, reloj
de pulsera de plexiglás, más baratos que en Tánger, reloj de pulsera flexible, reloj
Tissot, es su reloj, la hora F es la hora del reloj Festina, reloj de Enrique Busián,
cuando ha sonado el despertador del colegio mayor y en Radio Intercontinental, Madrid, la
campanita que marca el frío de la Ciudad Universitaria y del autobús F que lleva hasta
Cuatro Caminos, reloj por soleares de las Tendillas de Córdoba que suena por Radio
Peninsular en las tardes de amor y de tristeza, moliendo café, cuanta pena de amor,
cuánta tristeza, por la otra cara del disco viene lo de Brigitte Bardot, Bardot, tu
estilo triunfó, triunfó, por ti la nueva ola de la moda, no, es mejor moliendo café,
cafés La Estrella, por su aroma se conocen, vamos, chicos, al tostadero, vamos, chicos,
anda que no tenemos encima horas de anuncios de este televisor Askar, enchufa el Askar, la
frase preferida en el hogar, cuando lo sepa usted también dirá enchufa el Askar en
blanco y negro que se rompe a cada instante y que saca la manta de Guadalcanal, la manta
de Guadarrama, La Bola del Mundo, el mundo es una bola cuando da las noticias Jesús
Alvarez en el telediario, con su bigotito de retransmitir el desfile de la Victoria,
cuando se rompen todos los televisores en el momento justo en que está saliendo la
Perrita Marilin, y salen todas las mantas de todos los montes donde ahora están los
repetidores y a los que pusieron nombre aquellos moros que pusieron Sierra Morena a esta
serranía, morena, la del bordado mantón, la de la alegre guitarra, la del clavel
reventón de la tuna de Medicina, becas amarillas, de la inauguración de curso en el
viejo Casón de San Bernardo, donde todavía van a clase los de Económicas, con
Castañeda, acaban de separar Económicas de Políticas, Políticas, lagarto, lagarto,
hijo, no te metas en política, usted haga como yo, no se meta en política, pero nos
metemos en política, hay que reformar el SEU, dice Ramón Cercós, y nos declaramos en
huelga, y si no hubieran ya quitado los tranvías y hubieran puesto los autobuses Pegaso,
saldríamos a la calle a tumbar tranvías, Franco quitó los tranvías, XXV años de paz,
para que no los tumbaran los estudiantes que llevamos estos relojes de Tánger, Cauny
Prima, Dogma, Tissot, la hora F es la hora del reloj Festina, anda que no tenemos encima
anuncios de radio, y para su hijito, Desenfriolito, Desenfriol para estos fríos del
examen de repesca de febrero, febrero, día del Estudiante Caído, han matado en Madrid a
un falangista y lo está diciendo Radio Nacional, y han metido en la cárcel a un montón
de comunistas, enemigos de España, porque todavía no es hora de que los defensores de la
Patria llevan la bandera roja y gualda en el reloj, con una pegatina, y los Guerrilleros
de Cristo Rey rompan las lunas de los escaparates, no, no ha sonado esa hora, reloj, no
marques las horas, reloj de la tienda de la larga calle de los casinos con los sillones de
mimbre a la puerta, reloj de las cuatro esferas del chaflán que hace la larga sierpe de
los rumores y los pregones de las loteras, reloj de las cuatro esferas iguales, las cuatro
señalando la misma hora, ni meridiano de Tokio, ni meridiano de Nueva York, a nosotros
¿qué nos importa la hora que ahora mismito es en Nueva Delhi?, si son tierras y horas
que ya quedaron en las cabezas de los negritos de las huchas del Domund, en las cabezas de
los chinitos de las huchas del Domund, en las cabezas de los indios de las huchas del
Domund, pero no indios de la India, sino indios de las películas de indios y combois, asaltos
al fuerte Comansi entre los sonidos de los paquetes de pipas de girasol, todos los relojes
marcan la misma hora en la larga sierpe de la calle del mimbre de los sillones de los
casinos porque no hay más hora que esta hora, así que detén el tiempo en tus brazos,
como dice la Epístola Moral a Fabio en el último verso que estamos estudiando por si
sale mañana en el examen de Preu, ¿pero cómo va a salir la Epístola Moral a Fabio, si
lo que hemos dado en Preu han sido los Concilios, y la Geografía Agrícola de España y
El Quijote?, bueno, puede salir, porque, total, los boleros, lo que nos gusta esta niña,
la Epístola Moral a Fabio, los jaramagos de Itálica, la canción de Rodrigo Caro, la
esquina de la calle Rodrigo Caro por donde pasamos con ella cogidos de la mano, todo es lo
mismo, detén el tiempo en tus brazos, reloj, como dice la Epístola, antes que el tiempo
muera en nuestros brazos, que eso no es un verso, he escrito en el comentario de textos y
,me han puesto un 10, y el profesor de Literatura lo ha leído en clase, eso no es un
verso, he escrito, eso es la Pietá de Miguel Angel metida en el mármol de un
endecasílabo, es una Virgen dolorosa que pasa con un Cristo en brazos entre olores de
cera y de incienso, cuando nos duelen los zapatos de tanto corretear la ciudad buscando
las cofradías por las esquinas y los callejones, un bolero, total, es igual que un poema,
es un poema que canta, y que dice lo que nos pasa a todos, es el canto común, aprende,
Gabriel Celaya, los andaluces no movemos tanto el culo como dices en la Rapsodia Euskera,
mamón, qué bien te ha respondido Manolo Mantero, el bolero sí que es poesía social, no
hay más poesía social que la que llega al corazón, la que marca las horas, como un
reloj, la que detiene el tiempo antes que la vida nazca en nuestros brazos, porque ya van
a ser las cinco ya, haz esta tarde perpetua, mira, que la niña con la que estamos
saliendo no sale del internado, porque un domingo más la estamos esperando frente al
colegio, para ir al cine a las cinco, que a las diez tienen que estar de vuelta, salen
todas juntas, entre risas, y cada una se va con el niño que la está esperando, y me
estoy fumando un Chester, 18 pesetas el paquete,, porque hoy está tardando más de la
cuenta, reloj, no marques las horas, ¿será que la han castigado y no la dejan salir?, y
allí en la esquina está ése que estudia Derecho y que nunca habla con ninguno de los
otros que estamos por aquí esperando a las niñas, ellas le dicen El Feo Maravilloso,
sale con Conchita Romero, es uno de los del Club de Derecho, que organizan conferencias,
como el Aula de Cultura nuestra, pero sin tener nada que ver con Don Juan de Borbón, ni
con Estoril, y éste Feo Maravilloso también debe de estar igual de nervioso que todos,
porque Conchita tampoco sale, a lo mejor también la han castigado, y la película empieza
a las cinco, y ya a las siete, primero que es numerada y después que no da tiempo volver
a las diez al colegio, hombre, habrá que darse una vueltecita por la avenida, digo yo, no
vas a salir con la niña, la vas a llevar al cine y de vuelta otra vez, así no hay forma
de que nunca vayan contigo a bailar a la parrilla una tarde, a tomar media combinación y
a cogerle quizá, la mano, así que yo creo que ninguna de las dos va a salir, porque no
quieren que Conchita salga con El Feo Maravilloso, las niñas están todas enamoradas de
él, le han puesto maravilloso porque les gusta mucho, sí, estudia Derecho, creo yo que
se llama Felipe Fernández o Felipe González o una cosa así, Felipe desde luego es el
nombre, el apellido no lo sé muy bien, como él es de Derecho y yo estoy todavía aquí
mirando el reloj, que van a dar las cinco e Isabel que no sale, ni sale Marichu, ni sale
María Dolores, ¿qué les habrá pasado?, pues le habrá pasado que el tiempo ahora se
detiene, puedes pararlo, templarlo y mandarlo, como una becerra que meta la cara en la
muleta, como aquellas becerras que solaron cuando en Rota debutó Pico Paco, el que
vendía papas fritas por la playa y querìa ser torero, todos hemos querido ser toreros,
pero ya no queremos, ya han venido los americanos, ya tenemos todos unas gafas Amor porque
desde Tercero de Bachillerato el oculista nos encontró astigmatismo, ¿no nos iba a
encontrar astigmatismo?, astigmatismo, miopía, de todo, con estas bombillas tan tristes
que hasta ahora han alumbrado las noches de nuestras vidas, las tardes de nuestros
bachilleratos, las tardes de veranos de etapas contra reloj de la Vuelta a Francia, donde
los nuestros que eran tan buenos en la Montaña, Loroño, Bahamontes, perdían siempre,
como siempre perdíamos nosotros frente a los del Tercer Bloque del Retiro Obrero aquellas
tardes de partidos de fútbol con una pelota de goma o en el mejor de los casos un balón
de badana, la bombilla del flexo, niño, abre el balcón, no estudies con luz, que te vas
a dejar los ojos en ese libro de poemas que estás leyendo, es de Juan Ramón Jiménez,
ah, sí, el que estaba en Puerto Rico y se murió de pena pensando en Moguer, lo han
traído a la Universidad de cuerpo presente y el padre Ortiz, el profesor de Literatura,
el que leyó tu escrito sobre el verso final de la Epístola Moral a Fabio te ha llevado a
verlo, solo muertos los deja venir Franco, sólo dentro de una caja de pino, y tenemos que
leer a escondidas, en el flexo del rincón del cuarto, la Antología de García Lorca con
las tapas grises, todo es gris, que nos ha vendido con cargo a la cuenta L de librería
Guerrero el de Aguilar, que es medio republicano, o republicano del todo, hay que ver las
cosas que se atreve a decir este hombre de Franco, un día le va a costar un disgusto, y
ha prometido que nos va a traer las Obras Completas de Federico, le llaman Lorca, pero
nosotros le decimos Federico, y un libro de Miguel Hernández donde viene Viento del
Pueblo, vientos del pueblo los llevan, vientos del pueblo los traerán luego, cuando cante
Jarcha, cuando ya hayan pasado las horas en este reloj que ahora queremos detener en la
esquina del internado, adonde el cosario llega con las talegas de ropa limpia que traen un
olor de hogar, Ese lava limpio, limpio, limpísimo, ¿o es Omo el que lava blanco,
blanquísimo?, no sé, es el tigre de Tervilor, o de Terlenka, o es el caballo de Terry
con Lady Godiva desnuda junto a una botella de la malla dorada de Carrusel Deportivo,
empate en La Condomina, Anís la Asturiana, su presencia siempre agrada, y cuando van
transcurridos ya siete minutos de juego del partido que ha comenzado a las cinco en punto
de la tarde, no se han producido novedades en el marcador de La Romareda, conectamos con
el Sánchez Pizjuán donde parece que sí hay novedades, adelante, Juan Tribuna, y van a
ser las cinco e Isabel no sale, y nos vamos a perder la película, se llama El verano
pasado en Marienbad, y nadie en la Facultad ha sabido explicarme si es el verano
pasado, el verano del año pasado, en Marienbad, o si es el verano pasado, el verano
transcurrido en Marienbad, bueno, da lo mismo, otro día iremos a ver la película de
Alain Robbe Grillet, el que viene en la colección Biblioteca Breve, Ultimas Tardes con
Teresa, Carlson McCuller, Reloj sin manecillas, siempre el reloj, no importa, Las
afueras, Cabeza rapada, todos estos libros los tengo, los he comprado en la Librería
Internacional, donde cuando entro está don Ramón Carande haciendo tertulia, no importa,
nos tomaremos una cocacola con un bocadillo de calamares cuando lleguemos a estudiar al
colegio mayor de Madrid y vayamos en el tranvía de la Ciudad Universitaria hasta Moncloa,
que para delante de la librería del SEU, todos tememos carné del SEU, verdecito,
obligatorio, con el águila de Cisneros y un escudo ajedrezado como el que llevan en su
escudo de esmalte los que se van a hacer las milicias a Robledo con los cordones celestes
de Filosofía y Letras, sección Románicas, no Románticas, no, Románticas son estas
canciones que nos siguen emocionando, aunque ahora lo que se lleve sea Paco Ibáñez, sea
Carlos Puebla y Los Tradicionales, la reforma agraria va, de todas maneras va, yo
también, yo también pertenezco al comité, con OEA o sin OEA dicen que lo que se lleva
es la poesía social, pero yo me cago en los muertos de Gabriel Celaya por lo que ha
puesto de que los andaluces meneamos el culo, sí, el culo, a ver cuándo saben ellos
abrir el compás como Antonio Ordóñez, que ahora es empresa en Madrid y nos ha regalado
dos andanadas para llevar a Isabel el domingo, la calle de la Victoria es como Sierpes,
tiene hasta las mismas loteras, y está allí Antonio Ordóñez en la Contaduría, no
saben lo que tienen en esa plaza donde hay un reloj que dice que lo han puesto en 1930 y
que estpà desde 1930 viendo toros, viendo a Manolete, a Paquito Muñoz, al Andaluz, al
Estudiante, a Manolo González, viendo al Cordobés, a Paco Camino, a Jaime Ostos, ¿qué
sabe Gabriel Celaya de Antonio Ordóñez?, y a ver cuándo por ahí arriba nace una
Generación del 27 entera, que leemos los libros a la luz de este flexo del cuarto del
colegio mayor, conferencia con Sevilla, y bajamos corriendo, ay, en las conferencias sí
que corre el reloj, niño, cuelga ya, que luego no veas cómo es el recibo, pero no
podemos hablar con Cazalla, Cazalla tiene demora, cuelgue, que le avisaremos, ¿qué
población desea?, deseamos una tierra llamada libertad, que será el día en que todos,
al levantar la vista, veremos una tierra llamada libertad, pero hasta entonces tiene que
llover a cántaros, pero hasta entonces nos avisan siempre que es peligroso asomarse al
exterior en las ventanillas del tren que nos trae de regreso a casa para las vacaciones de
Semana Santa, pero nos asomamos en las hojas de Cuadernos para el Diálogo, en los
artículos de Juan Aldebarán en Triunfo, que éste sí que hace metáforas bonitas, anda,
que se quite la Epístola Moral, éstas sí que son epístolas morales, que está
escribiendo de Italia y se ve que es una larga fábula sobre Franco, a ti te lo debemos,
dice siempre una voz cuando habla por el telediario en blanco y negro de Franz Johan y de
los amigos del lunes, ¿qué te debemos?, no es la voz a ti debida de Pedro Salinas, que
tuvo que irse, y que lo viste enterrado en el mármol del cementerio de La Perla de San
Juan de Puerto Rico, La Perla, San Juan tiene un cementerio con nombre de café
republicano, de pastelería de postguerra, a ti, Caudillo de España por la gracia de Dios
que dicen las pesetas rubias, ¿qué te debemos?, ¿acaso esta tristeza, estas barricas de
sardinas arenques, estos trozos de bacalao que cortan con una cizalla en la tienda de
comestibles?, ay, si el reloj marcara las horas más deprisa, ya no tendríamos esta
oscuridad de la bombilla del flexo, ya no habría que pedir una recomendación para que te
adjudicaran un Seat 1200, ya podríamos llamar a Madrid sin poner conferencia, sin que
nadie te dijera, niño, cuelga, ¿tú no ves que es conferencia?, pero el tiempo va
muriendo siempre en nuestros brazos, al son de un bolero, la yenka, la yenka, derecha,
derecha, izquierda, izquierda, delante, detrás, un, dos, tres, la yenka suena en el
guateque, la yenka, la trenka, el Monki, están hablando de Monki, no estamos hablando de
la yenka, del madison, que suena en la feria de pueblo, suena en la orquestilla que los
domingos por la tarde toca en el Tenis Club mientras nos tomamos medias combinaciones,
pero la emoción del tiempo está siempre en un bolero, es la historia de un amor como no
hay otra igual, acércateás, como si fuera esta noche la última vez, si tu me dices ven,
lo dejo todo, mira que eres linda, muñequita linda de cabellos de oro y dientes de perla,
porque ha perdido una perla llora una concha en el mar, y porque con el sol ya se han
ocultado aquellos ojos verdes, serenos como un lago, verdes como la albahaca, dicen que la
distancia es el olvido, eso dicen, y dicen que fue por un hombre, se dice que si es por
dos, pero la verdad del cuento de por qué están tardando tanto hoy en salir no la
sabemos, solamente una vez amé en la vida, somos diferentes, diferentes, al resto de la
gente que siempre conocí, qué frío hace en esta esquina, un día hasta vamos a tener
que traernos la copa de cisco picón, antes de que tus labios me confirmaran que me
querías ya lo sabía, ya lo sabía, y como tarden tanto, o hacer una candelá con maderas
viejas de las barricas de sardinas arenques, o tomarnos una copita de aguardiente de
hierro desde la cañita a morro de una botella, como en los amaneceres de los albañiles
que van al trabajo en sus bicicletas, con el canasto del almuerzo amarrado en el
transportín con guitas o con tomizas, todavía la distancia no es el olvido de estas
penurias, de estas tristezas, que siempre marca un reloj, van a dar las diez de la noche
en el reloj de la Puerta del Sol, dice siempre Radio Nacional de España, conectamos con
Radio Nacional de España para que escuchen el diario hablado de las diez de la noche, la
Puerta del Sol, que es la puerta de las sombras de esos sótanos de la Dirección General
de Seguridad donde han llevado a los que han detenido en los incidentes del aniversario de
Matías Montero, el día de Matías Montero no hay clase, como tampoco la hay el Día de
Santo Tomás de Aquino, y el chiste de Aquí No, ¿de dónde entonces es este Santo
Tomás?, no es el que metía el dedo en la llaga en Religión de Segundo, ahora esas cosas
no las estudiamos, la Religión es una de las Marías, Religión, Política y Gimnasia, a
uno del colegio mayor le han aprobado la Gimnasia por escrito, ¿tendrá poca vergüenza?,
dice Fernando Aguirre, que es de Ecija y anima al Marmolillo a que cojamos su 600 y nos
vayamos a Sevilla a ver los toros, cuando en el salón del Aquinas han puesto el televisor
en blanco y negro y sale Lozano Sevilla retransmitiendo la corrida de feria, con El
Cordobés y con Antonio Ordóñez, quillo, ¿qué hacemos nosotros aquí?, vamos a coger
tu coche y ya estamos en Sevilla, pagamos la gasolina entre todos, porque el reloj no
marca las horas, que escuche mañana Rita la Calentera el anuncio de la relojería de
Busián en Radio Intercontinental Madrid, porque el despertador no sonará, no marcará
las horas de entrar de guardia en el cuartel, la hora de ir a hacer la matrícula de
ingreso en la Escuela Oficial de Periodismo, la hora en que vestido de chaqué tienes que
estar en la puerta de la iglesia para casarte, la hora en que te dice el médico que ha
sido niño, y que ahora te lo traerá para que lo veas, y te lo traen, con las manitas tan
frías, la hora que no puedes ver, porque hay estado de excepción y en comisaría, es
sólo para unas diligencias, te han quitado el reloj, y los cordones de los zapatos, y la
correa del pantalón, y las gafas, y la corbata, cuando te han metido en el calabozo,
ahora le llamarán para cumplimentar las diligencias y se podrá usted marchar, reloj, no
marques las horas, que lo menos tienen que ser ya las tres de la madrugada, y este
gitanito de la celda de al lado sigue cantando unos cantes que barruntan que son de
cárcel, las carceleras ahora suenan por el Camarón, pero el Camarón está todavía por
nacer en la Isla, o está con Manolo Caracol en Los Canasteros, la noche del aguayano yo
le dije a mi Lola, Caracol tiene en el cuadro de su casa a una niña de Chipiona que se
llama Rocío Mohedano, con ese nombre no se puede ser artista, El Choni dice que se llame
mejor Rocío Jurado, Jurado como la madre, que canta divinamente por la Piquer, todas las
madres cantan divinamente por la Piquer, sigue en la memoria siempre nuestra madre
cantando, tan guapa, frente al espejo, por la Piquer, los tientos del reloj, de este reloj
que no tiene que marcar las horas, hay sitios donde se marcan otras horas, en Chile marcan
las horas de las largas alamedas, en Cuba llegó el comandante y mandó parar, aquí
también llegó un comandante y mandó parar, y se paró hasta el reloj que he dejado en
el mostrador, donde un guardia vestido de gris, con el barbuquejo de la gorra en el
mentón, porque está de servicio, lo ha metido dentro de un sobre como del papel de
estraza con el que partíamos las sardinas arenques en el quicio de una puerta, en el
quicio de la puerta estamos su madre y yo con lágrimas en los ojos de la primera
comunión, en el quicio de la mancebía veíamos encenderse las luces de mayo en los
discos de Concha Piquer que escuchábamos secretamente, porque si se enteraban que Pepe
Francés oía a Concha Piquer en vez de a Paco Ibáñez y a Manolo Gerena, lo echaban del
Partido donde lo hemos metido nosotros, Junta Democrática de España, Radio París, el
reloj de Radio París no es como el reloj de Enrique Busián en los amaneceres de Radio
Intercontinental, el reloj de Radio París son las señales horarias, aquella sí que es
de verdad de la Puerta del Sol, no esta puerta de las sombras que marca nuestras vida,
reloj Cauny, reloj Dogma, sí, el tiempo es como un dogma que impone que te quiten el
reloj de Ceuta, tiene hasta calendario ya, con una lupita en el cristal para que se vea
mejor el día que vives, el día que sueñas, el día que me quieras no habrás que
alegría, son solamente tres palabras mis angustias, mientras el tiempo se muere en
nuestros brazos, detén el tiempo en tus brazos, mientras te detienen en este calabocito
tan oscuro con España, con este jergón tan de plástico como los Planes de Desarrollo,
con estas paredes tiznadas de blasfemias, de vómitos y sangre, como la historia, donde te
dieron de almorzar el puchero que hacen unas monjas, donde ahora medio duermes, medio
sueñas en la libertad imposible, mientras el gitanito de la celda de al lado, que no lo
ves, pero lo oyes, pero hasta ves los churretes negros de su cara, y los moratones que le
habrán hecho al pobrecito cuando lo trajeron de arriba, canta seguiriyas de pena y de
hambre, y siempre suenan los tientos del reloj,no marques las horas, porque me dan en vilo
la una y las dos, y se me están clavando como dos puñales las dos manecillas que tiene
el reloj.
Sevilla, día del Corpus de 1998
(Muchos de los capítulos del libro
puede encontrarlos el lector en las secciones "Memoria de Andalucía" y "Antología"
de esta publicación electrónica)