Pemán en su tiempo, en su espacio

La exposición se llama "Pemán en su tiempo". Tiene más claves de las que pudiera pensarse, como la dedicatoria que Rafael Alberti le puso a Pemán cuando le mandó un libro suyo, y que el Rey, al leerla cuando inauguraba las salas en los claustros isabelinos de la Diputación, es que se tiraba de risa, con lo que le gusta un cachondeíto gaditano a Su Majestad: "Al obispo de Jerez de la Frontera, del reverendo padre Rafael Alberti". En las vitrinas están aquellos boletines del Consejo del Conde de Barcelona que repartíamos de tapadillo por la Universidad y que nos había dado Fernando, el hijo de Pepe Acedo, el miembro del Consejo Privado del Rey que llevaba la secretaría de aquella Comisión de Organización Regional y Provincial del juanismo que fue la única que presidió Pemán en Estoril.

El Rey estaba rodeado de toda la pemanería. El Rey se hacía fotos con nietos y bisnietos. Reencuentro de familias. El Juanito de los Borbón de Estoril con los Pemanes de Cádiz: "Sí, bisnieto ya sé que eres, ¿pero nieto de quién?". Se paraba luego a ver una carta, un retrato: "Anda, si está aquí esto..." Era como un álbum de familia que el Cádiz de Pemán le enseñaba a Su Majestad. Y como quiera que estaba allí en una vitrina la partitura del tanguillo de "La viudita naviera", y Antonio Martín me había dicho al verla:; "Eso es de Carnaval, seguro"; y comprobamos que sí, que era el original del maestro Montorio para la comparsa de Paco Alba en aquella obra de teatro, pensé que "Pemán en su tiempo" es como poner un inmenso papel de fumar para coger la inabarcable figura del polígrafo gaditano. ¿No era don Marcelino Menéndez Pelayo el polígrafo montañés, por qué no va a ser don José el polígrafo gaditano, aunque eso de polígrafo suene a papelería y objetos de escritorio, joé? Y como quiera que en los discursos del salón de plenos del Ayuntamiento, con Fernando Quiñones muy en su sitio bajo el cristal veneciano-gaditano de las lámparas, se había insistido demasiado en lo de "Pemán en su tiempo" y "Pemán, hijo de su tiempo", como disculpándolo de cómo dio la cara por la Monarquía y por España, pues pensé que sí, vale, don Carlos Bousoño: "Pemán, hijo de su tiempo". Pero también "Pemán, padre de su espacio": refundador literario de Cádiz. Y me lo dice la camarera que está por ahí repartiendo caña de lomo de la sierra gaditana a la pemanería, que va vestida de personaje de Pemán, de piconera, como Rocío Jurado se siente ahora más Lola la Piconera que cuando se fue a los puertos de la película o dio el pregón del Carnaval.

Bousoño explica en su clase fuera de cacho que alguien dijo que Unamuno fue en su tiempo el gran poeta del XIX que le faltó a España. Miro todo Cádiz, la Catedral, la Viña y el Mentidero que hay en estas vitrinas y fotografías de Pemán y llego a la conclusión de que don José María fue el gran pensador que le faltó al XVIII gaditano, el gran liberal del XIX del Cádiz de las Cortes. Don José escribió "Cuando las Cortes de Cádiz" porque ese "cuando", en el liberalismo enciclopédico de su vida y su obra, era para él un "todavía". Y en esto que me vienen para que salude a la Reina, y Doña Sofía me dice que está encantada con Cádiz y con la exposición de Pemán:

--- Señora: es que Pemán no sólo era "hijo de su tiempo", sino "padre de su espacio", que es Cádiz...

--- Eso es muy bueno, Antonio, ¿quién lo ha escrito?

--- Se me acaba de ocurrir, Señora...

--- Dame la mano, que te felicite, enhorabuena...

Y por los claustros de la Diputación pude oír entonces la voz del Séneca, que le iba diciendo al Pemán del retrato del toisón de oro en su butaca de la plaza de San Antonio que le ha hecho el niño de don Antonio Cortés, su médico:

--- Hay que ver, don José, que Cádiz se quedó sin Expo porque todo se lo llevan a Sevilla, y que si no llega a ser por usted, no vienen los Reyes para inaugurar una Expo en Cádiz...

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