El Recuadro

Jueves , 12 de marzo  de 1998

Suárez, Macarena de Conde

 

Ya lo decía Cervantes, y si no lo decía lo pudo decir: que las prisiones nublan la vista y destemplan el ánimo de los que en ellas la esperanza pierden. Por eso comprendo que Mario Conde se haya obnubilado y, olvidándose de sus andaluzas horas de Los Carrizos, de sus noches de sevillanas y de sus tardes de cantes de Utrera, haya confundido a Adolfo Suárez con la Macarena. Tiene una cierta explicación. Adolfo Suárez obró el milagro de la santa transición: que los falangistones abrazaran la fe de la democracia sin abjurar de los Principios Fundamentales del Movimiento, que es algo así como demostrar la cuadratura del círculo, del Círculo José Antonio naturalmente. Por eso Mario Conde, como suprema exculpación de sus posibles delitos, ha citado a Adolfo Suárez. Cuando, en verdad, quería decir como Aníbal Palacios y Luis Cepero, los dos reclusos fugados de la cárcel del Sevilla-2, que dijeron que se descolgaron con la sábana de la celda y se dieron el juannajela de levante para ir a ver la Macarena. Por lo que ahora, hasta el mismo arzobispo pide clemencia para ellos: "¿qué fuga ni que fuga?, devoción grandísima a la Macarena", dice Amigo Vallejo.

Qué memoria la suya, don Mario... Sin trincar, me meto a su defensor y digo que lo que quiso usted decir es que los 300 millones se los dio a la Macarena, ay, Macarena de sus amigos Los del Rio. Ahí está ahora la mejor línea de defensa. Diga, don Mario, que los 300 millones eran para un manto nuevo de la Macarena, verá cómo hasta el arzobispo pide clemencia. ¿No paga Ruiz de Lopera mantos para la Virgen del Gran Poder? Pues usted, para la Macarena. Aunque no crea que la Macarena es tan milagrosa. El Sevilla F.C. mismo va a pedirle suerte a comienzo de temporada y mire dónde está el Sevilla., don Mario...


diariomundo.gif (800 bytes)El Mundo, edición íntegra en Internet

 

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