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                  La guerra civil fue terrible, duró tres años, terminó hace sesenta,
                pero gracias a Dios está olvidada y superada. Peor tuvo que ser esa guerra civil
                española a lo bestia a la que llaman Reconquista, pues habiendo terminado hace 507 años,
                sus efectos los sufrimos todavía. Con decir que en Tarrasa y en Bañolas todavía no ha
                terminado la Reconquista...
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                    | Si los moros estuvieran en la Alhambra de Granada
                    seríamos tan tolerantes como en Tarrasa o Bañolas |  Si todo crea hábito, imagínense siete
                siglos echando moros, venga a echar moros, venga Navas de Tolosa, el pedazo de adicción
                de caballo blanco de Santiago que da eso. A quien veneramos en su nada constitucional
                advocación de Santiago Matamoros. Vamos mejorando bastante. A los moros ya no los matamos
                para que los pinte Casado de Alisal: los devolvemos a Marruecos si los cogemos en la misma
                patera de Tarik y Muza. La inquina española contra la patera viene de esos siete siglos
                de genes matamoros que los españoles llevamos en la masa de la sangre. Vemos llegar la
                patera y decimos como en el chiste del vasco y la bicicleta: -- Venga, paisa, a Marruecos, que uno como
                tú llegó aquí una vez en la patera y nos conquistó esto durante siete siglos... Nos dejaron espléndido monumentos, eso
                sí, que son patrimonio de la Humanidad y símbolos de España. Mucho matar moros, pero
                por las islas del Guadalquivir, donde se fueron los moros que no se quisieron ir, los
                compadres de Aberchán y de Delkader nos dejaron la Giralda, la Mezquita, la Alhambra.
                Ahora las ponemos como símbolo de cuanto nos falta, dime de qué presumes... La almohade
                Giralda, la califal Mezquita y la nazarí Alhambra son presentadas como monumentos de
                concordia, de tolerancia. Sobre las que se añade el topicazo de las tres culturas, más
                falso que las alhajas de Marujita Díaz. Y alardeamos tanto de tolerancia porque la
                Giralda tiene campanas, la Mezquita es Catedral y la Alhambra, del Patronato. Si hubiera
                un almuédano en la Giralda, un imán en la Mezquita y un Boabdil en la Alhambra, pasaría
                como en Tarrasa y en Bañolas. A la Alhambra llegaron una vez unos moros, y eso que no
                eran moros, sino árabes ( decía Beni de Cádiz que los moros ricos no son moros, son
                árabes). Berbel los dejó acampar en sus jaimas de aire acondicionado y caviar, y no vean
                la que les liaron... Si la Mezquita de Córdoba estuviera llena de moros arrodillados
                mirando hacia la Meca, recogerían firmas para echarlos, e incluso los pliegos los
                pasaría Anguita, porque los comunistas de la antigua observancia son muy abajofirmantes.
                Y si en Sevilla se subiera a la Giralda un muecín a invitar a la oración, madre, ni les
                cuento la que le liaban los capillitas meapilas al reverendo de la chilaba... Así que con los rabitos de pasas de la
                Historia no me sorprende nada lo de Melilla, Tarrasa o Bañolas. Señores guardias
                civiles, aquí pasó lo de siempre: las fiestas de moros y cristianos. Donde por cierto
                ganan siempre los cristianos, nunca los moros. ¿Qué va a esperarse de una nación que
                presume de tolerancia, de concordia y de Constitución, pero que cuando recomienda
                precaución o cautela sigue diciendo que hay moros en la costa? |