No es que me haya vuelto loco, pero me quito el sombrero ante
Almunia. Como se quita uno el sombrero cuando pasa un entierro, una cosa así; pero me lo
quito. Acusar a Almunia de buscar escándalos es vano empeño. Son como Picasso: no
buscan, encuentran. Y una vez encontrados los escándalos, de verdad o de plastilina,
auténticos o sucedáneos, son capaces de sacar leche de una alcuza. Montan unas campañas
con todas sus divisiones y cuerpos de ejército que lo de Napoleón en Rusia era una
pachanguita comparado con esto. El
PP, un poner, hace el desembarco en Normandía, ¿no? Bueno, pues yo no sé cómo se las
avían sus adversarios postfelipistas, que en un periquete hacen creer a España entera
que eso no es el desembarco de Normandía, sino que estamos ante la retirada de Dunkerke.
Cómo saben dar en cada instante en el trigémino exacto de la opinión, cómo saben
manipular, engañar, mentir, calumniar, es un misterio insondable que debe de estar en
algún Libro Gordo de Petete con el operativo que tendrán todos. Me recuerdan al
mecánico que cobró cinco mil duros a un conductor que había quedado tirado en la
carretera con el coche. Llegó el mecánico, le dijo al conductor que abriera el capó,
sacó un destornillador, apretó muy decidido un tornillo y resuelto le ordenó:
-- A ver, póngalo en marcha...
Y aquello salió andando como un reloj.
Preguntó el conductor a su salvador cuánto le debía y le dijo que cinco mil duros.
-- ¿Cinco mil duros nada más que por
apretar un tornillo?
-- No, por apretar un tornillo son sólo
mil pesetas. Las veinticuatro mil restantes son por saber qué tornillo es el que hay que
apretar.
Saben el tornillo que hay que apretar.
Llegan con el destornillador de Corcuera y, zas, ponen en marcha la máquina de volver
calcetines. Eso es lo que creo que tienen: una máquina de volver calcetines, de
transformar lo blanco en negro. Son capaces de tener éxito en un circo afeitando a la
mujer barbuda, de ganar la Liga de Baloncesto alineando a Los Enanitos Toreros. Con las
acciones de Telefónica hemos visto cómo ha funcionado la máquina de volver calcetines.
Ni una palabra más del escándalo de Sanlúcar, todo Telefónica. Calcetín vuelto.
Gracias a la máquina de volver calcetines, ahora hasta va a resultar que quien ha puesto
la economía de dulce ha sido Almunia. |