Espejito,
espejito, ¿quién el que más suena, o la que más suena en
Izquierda Unida después de Julio Anguita, el más conocido o la
más conocida? Pues estando ahí Rosa Aguilar en Córdoba,
parece que al espejito de la sucesión del Califa le ha
respondido directamente la madrastra de Blancanieves, y han
puesto como sustituto a Paco Frutos, conocidísimo en su casa a
la hora de comer. Si medio me han leído alguna vez, habrán
visto que nunca he ocultado mis simpatías por Izquierda Unida,
la verdadera izquierda, la de pata negra, la de cinco jotas, la
que por muchos ayuntamientos que haya gobernado, nunca tuvo en
su puchero garbanzos negros que metieran la mano en el cajón y
la cuchara en la manteca. Y si simpatías tengo ahora por
Izquierda Unida, más las sentí en su momento, cuando los
tiempos duros de la negra noche, hacia el que entonces era
"El Partido" por antonomasia. No había que decir más
que "El Partido" para que los que estábamos por la
libertad y contra la dictadura supiéramos que nos estábamos
refiriendo al Partido Comunista... aunque nos tomaran por sus
compañeros de viaje, en frase de aquel tiempo. Como la
transición, como siempre ocurre con la Historia, la han escrito
los vencedores, parece que aquí no hubo más oposición a la
dictadura que la de los socialistas y poco menos que el régimen
de Franco fue derribado en Suresnes, vamos, como si el PSOE
fuera Pavón el derribista...
Mantengo
que por vivir en Andalucía hay que pagar un IVA, que significa
"Impuesto por Vivir en Andalucía". A la vista está
con la sucesión de Anguita. Creo que nadie tiene en IU mejor
cartel que Rosa Aguilar. Además, es mujer, con lo de moda que
están las cuotas femeninas en las listas, más que las pasminas
y los chatunes... Pero Rosa Aguilar, ay, es andaluza. Pero Rosa
Aguilar, ay, vive en Córdoba. Significa que no está en los
fogones de Madrid donde se cuecen esos guisos, y más en una
organización como la de los antiguos comunistas, casi nadie al
aparato... al aparato del partido. Y como Rosa Aguilar no estaba
en Madrid cuando Anguita estaba en la UVI, pues colocaron al
primero que pasaba por la puerta, que es este Paco Frutos.
Tiempo le faltó para anunciarlo a ese Víctor Ríos que siempre
me parece el albaceas testamentario de las barbas de chivo de
Valle Inclán.
Se
ve que la sucesión del andaluz Anguita no la han resuelto
andaluces. Los andaluces, de derechas, de izquierda, de centro o
de todo lo contrario, saben guardar las formas del modo que
aquí no se ha guardado. Estaba el pobre de Julio todavía en la
enfermería, y ya estaban los apoderados discutiendo quién lo
iba a sustituir como cabecera de cartel. Eso aquí no se hace
así. Eso aquí se hace de otra forma. No sé si el nombramiento
de Frutos, desde el punto de vista político, es un acierto o un
error. Pero desde el punto de vista de la importancia de las
formas, los modos y las maneras, es una absoluta falta de
educación, una completa ordinariez, esto de coger a Anguita con
la anestesia y en el quirófano para darle la boleta, quitarle
el sillón y sentar a otro en su lugar.
Por
todo ello, yo quiero mandar este artículo, como si fuera una
rosa, a Rosa Aguilar. Mejor Rosa Aguilar que esa marchita rosa
felipista que muchos parece que quieren meter con calzador
dentro del honrado, viejo, noble, libre, luchador puño cerrado
del Partido Comunista de España.