Feria del Toro en
Sevilla. ¿Dónde va a ser? ¿Va a ser en San Feliú de
Guixols? En Sevilla o en Jerez, no hay que darle más vueltas.
En Sevilla con mucho Jerez, que es como desde hace tres años
se está haciendo la Feria Mundial del Toro, a la que me
parece que le sobra lo de "mundial", es una
hipérbole: si es del toro y es en Sevilla, que es la capital
del toreo universal, a la fuerza tiene que ser mundial.
Cuanto llevo
escrito es lo que escribiría un catalán si ellos tuvieran
paladar para la fiesta y para el arte y se celebrara en
Barcelona una cosa por el estilo y demás. Solemos los
andaluces avergonzarnos de nuestras capitalidades, y a los
anuncios de campaña de Teófila Martínez me remito, donde
dice que todos somos capitales, como queriendo pedir perdón
del pecado venial del enfrentamiento entre provincias. Sevilla
es la capital del toro, del mundo de toro, del taurinismo, y
lo malo es que no sólo los sevillanos, sino los propios
taurinos no están muy convencidos de ello. Por el propio
abandono de nuestras cosas. ¿Habrá toreros andaluces?
¿Habrá ganaderías? ¿Habrá gente de plata, picadores?
¿Habrá escuelas taurinas? ¿Habrá muchachos que están
empezando y que sueñan con la gloria de ser toreros? Bueno,
pues para que un torero andaluz se haga un vestido, de momento
tiene que sacarse un billete del Ave e irse a Madrid. Aquella
inmensa tradición de arte que fue Manfredi, el sastre de los
toreros, se ha roto, y ya nadie cose de luces en Sevilla,
vamos que aquí no se puede uno encargar ni las bandas de una
taleguilla.
Y quien dice los
vestidos de torear dice los avíos, con la importancia ritual
que le da la gente andaluza del toro a los avíos. Los capotes
vienen de Madrid como los niños vienen de París, aunque
aquí las cigüeñas sean los vencejos del Arenal que las
tardes de mayo bajan hasta el albero de la plaza de los toros
para ver cómo coge el capote y cómo la muleta ese novillero
que va de primera comunión y oro y que está debutando.
El mundo del toro
mueve muchos millones, y que se lo pregunten, si no, al
profesor doctor don Miguel Criado, mi catedrático de
Gramática Parda en la Universidad de la Puertalarená. Y por
muchos millones del toro que se muevan y se amasen en Sevilla,
no sabemos que aquí está la Wall Street del toreo, y que el
Indice Nikei y el Ibex 35 de las cotizaciones de los toreros y
de las ganaderías para cada temporada se fijan precisamente
aquí, en los carteles del abono de abril, con farolillos o
sin ellos. He dicho Wall Street y he debido decir Calle Reyes
Católicos, Calle Adriano, Calle Canalejas, Bar Donald, Los
Tres Reyes, Cafetería El Cairo, Hotel Colón, Hotel Bécquer,
Hotel Puerta de Triana, que son el parqué de cotizaciones y
la lonja de contratación de un negocio peculiarísimo de
España, más que el fútbol americano de la Super Bowl en
Estados Unidos, más que las carreras de caballos en
Inglaterra al que no le echamos la menor cuenta, y donde todo
se va en intervencionismo del Estado y de la Junta de
Andalucía, el control de la dictadura que contrasta en una
actividad económica que, estando donde estamos y en la
economía que estamos, debería regirse por las supremas leyes
del mercado y de los que pagan por verla o de los que viven de
la fiesta. El toro está de feria porque el toro es un negocio
español que tiene su capital económica en Sevilla. ¿Pasa
algo?