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El Recuadro

 Antonio Burgos

El Mundo de Andalucía, martes 16 de mayo del 2000


Jurado y Pantoja

 

Sevilla iba a ser escenario de un abrazo de paz como no se había producido otro en mucho tiempo. Para encontrar algo parecido habría que remontarse al abrazo de Vergara, al armisticio de Corea. Era cuestión de la copla. Paco Cervantes se había metido a misionero, para llevar el santo Evangelio y la fraternidad cristiana al mundo de la copla. Porque hasta ahora Isabel Pantoja y Rocío Jurado no podían ir juntas a misa. ¿Qué digo yo?, a misa de 12 en el santuario de Regla en Chipiona, de donde es feligresa la Jurado, o a misa de 1 en la Esperanza de Triana, de donde es feligresa la Pantoja. Porque llegado el momento de la paz, decía el padre cura:

-- Dos fraternalmente la paz...

Y ahí venía el problema. Eso sí que hubiera sido una situación real para romper los audímetros del share de TV, y no El Gran Hermano. Esa Jurado y esa Pantoja juntas en misa, ese cura diciendo que se den fraternalmente la paz, y las dos largando por lo bajini:

-- Cuidao el cura éste, las ideítas que tiene. Esto es lo más grande del globo terráqueo... ¿Pues no quiere que le dé la paz a ésta?

Y la otra:

-- No sé por qué me da usted la mano, si no tengo el gusto de conocerla...

Todo esto quería remediarlo Cervantes, con la paz octaviana de la copla, poniendo a cantar juntas a las dos reinas actuales de sus dos hemisferios, con el pretexto superior del homenaje póstumo a Juanita Reina. Juanita, la verdad, iba de cascos azules de la ONU en este Kosovo de la copla, en esta Sierra Leona de las dos leonas de la canción andaluza. Iban a hacer la paz las dos grandes de las grandes y también sus partidarios. Las cabras locas que siguen a la Jurado ya estaban dispuestas a darles besos en la boca a las cabras locas que siguen a la Pantoja. Si hacer la paz entre las dos monstruas era difícil, nada digo de los impedimentos que había para que depusieran las armas sus correspondientes bandos contendientes. Yo mismo, que soy juradista profeso, con los cuatro votos perpetuos, hasta fui la otra noche a ver el triunfo de Isabel en el Lope de Vega, y verán hasta qué punto estaba convertido al nuevo ecumenismo pacifico de la copla que hasta le llamo Isabel a secas a la Pantoja.

Parece que Paco Cervantes le hubiera encargado el guión de la Gala de la Paz en el Alcázar a Gil Robles, porque el título que hoy por hoy tiene ese espectáculo es "No fue posible la paz". El Alcázar no se rinde, y la guerra sigue. Lo cual creo que debe ser entendido como un problema de Estado, para que Javier González Ferrari tome cartas en el asunto, diga que adelante con los faroles pase lo que pase y cueste lo que cueste, y se firme esa paz. Hombre, Ferrari, demasiado tenemos con la guerra del Norte entre nacionalistas y no nacionalistas como para que encima sigamos con la guerra del Sur entre juradistas y pantojistas. Lo que pensaba organizar Paco Cervantes no era una gala, era algo así como Gesto por la Paz con música del maestro Quiroga y letra de Rafael de León o de Manuel Alejandro.

Con gala o sin gala, esa paz debe firmarse. ¿No están igualados Betis y Sevilla por la desgracia de la Segunda? ¿Por qué no han de estar unidas Jurado y Pantoja por la gracia de ser, las dos y ex-aequo, las primeras?

ABEL INFANZON "LA ESE 30"

PUNTAS DEL DIAMANTE


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