Andalucía
iba a ser la California del Sur de Europa en tiempos de Borbolla
(mis saludos y mis memorias, don José) y se va a quedar en el
mejor de los casos en la Liberia del Norte de Africa. Ea,
Marruecos va a abrir un consulado general en Sevilla. Menos mal,
respiren tranquilos. Ya tiene Nicolás Valero otro cónsul más
que invitar a sus cenitas del cuerpo diplomático ad honorem.
Sin salir del CD (que no es en este caso compact disc,
sino Cuerpo Diplomático), con sólo ver los abrires y cerrares
de consulados sabemos por dónde van los tiros en Andalucía.
Estados Unidos cierra su consulado en Sevilla y lo abre
Marruecos. A este paso, a Pepe Torres le llevarán el trabajo a
casa: quiero decir las pateras a la ría de la Plaza de España,
cabe la torre de la Delegación del Gobierno.
Pienso en
el triste panorama andaluz en este mundo globalizado. Aquí
también tenemos una sociedad globalizada. No vean la cantidad
de globos que en estos días se están vendiendo en la feria de
Jerez, ¿será por globos?, paraíso de ese globo cautivo que es
Pedro Pacheco. Prueba de que Andalucía es una sociedad
globalizada es que el que más sabe de globos en el mundo es un
andaluz, Jesús González Green. Aquí en Andalucía no nos
falta de nada: montamos en globo y de darnos por salva sea la
parte, pues ya te contaré.
El muevo
señor de horca virtual y cuchillo digital de España, Juan
Villalonga (ese que dice que Aznar mandará en el llano de los
papeles del BOE, que en la sierra de Internet mando yo) ha
puesto unas nuevas fronteras españolas que hunden a Andalucía
aún más en ese Tercer Mundo del que no nos sacó la
autonomía, como algunos ilusos pensábamos. En la nueva
sociedad global de los ordenatas y los interneses, España
limita al Norte con Massachusetts, que como decía Cándido se
escribe Missouri y se pronuncia Mississipi. Y al Sur, sigue
limitando con las pateras y con las costas de la Andalucía
profunda, encantada de haberse conocido en el papel turístico
que le adjudicó Europa en el casting mundial. Pienso en
lo que pudo haber sido y no fue. Pienso en Arrakis. En 1992,
cuando conectados a Internet en España estábamos por lo menos
quince o dieciséis loquitos, que navegábamos con el programa
Mosaic para leer la edición fax del New York Times que
te daban en formato Adobe Acrobat, Sevilla era una potencia en
Internet. Utilizando la fibra óptica y los restos del naufragio
de la Expo, unos Bill Gates a la española habían fundado aquí
Arrakis, que fue pionera en dar conexión al invento, por lo que
gozosamente los quince o dieciséis pioneros nos dimos de baja
de la americana Compuserve y dejamos de entramparnos con el nodo
telefónico que estaba como muy cerca en Madrid.
Si aquí
hubiera habido un poco de esa modernidad y progreso de boquilla
de que tanto presumen Chaves y los catetos de la Junta, ya que
teníamos a Arrakis, la hubiéramos abrigado y tapado para que
no se resfriara y la comprara la BT, como ocurrió. Quién sabe
si quizá Arrakis hubiera podido ser como Lycos o como Yahoo,
sólo porque la veteranía es un grado, ya que entonces no
existían ni Terra, ni Retemail, ni Iddeo, ni nada por el
estilo. En esa ucronía, Villalonga hubiera comprado Arrakis y
Andalucía sería ese sueño en que aún anhelamos cuatro locos,
y no como ahora, que en la Facultad de Informática de la
Hispalense hay 40 ordenadores para 4.000 alumnos.
ABEL INFANZON "LA ESE 30"
PUNTAS
DEL DIAMANTE