Esto
es terrible. Yo que el alcalde de Sevilla, cogía una depresión
de caballo. O de Zarrías. Así que el PSOE encarga una encuesta
a medida para decir que el alcalde es el mejor de los nacidos, y
sale que lo que piensa la gente es que es muy buena persona.
Terrible. Y más horroroso que se lo digan en vida. Eso de la
bondad se dice habitualmente de los que acaban de palmarla:
-- El pobrecito era muy buena persona...
No sé qué ha encargado el PSOE sobre el alcalde de Sevilla,
si una encuesta o una necrológica en vida. Porque los
resultados de las encuesta son completamente de honras
fúnebres. Esos resultados son los que se obtienen en esa
encuesta de urgencia sobre una persona que es siempre su muerte.
Igual que los negros de Alabama maquillan a sus muertos en sus
ataúdes blancos y acolchados de capitonés de seda, aquí
también mejoramos mucho a los difuntos en el elogio fúnebre:
-- El pobrecito era muy buena persona...
-- Pero si ayer mismo estuvimos hablando de él y me dijiste
que era un sieso manío...
-- Es que ayer aún no le había dado el infarto y no se
había muerto...
Para mí que esa encuesta es un certificado de defunción, la
papela donde se hace constar la muerte civil del alcalde. Lo
malo de estos alcaldes con perfil plano es que no se sabe qué
hay escrito en su hoja de servicios. Este alcalde es honrado
como pocos, no se le conoce ni suegra, ni finca recalificada, ni
castelarinas empresas instrumentales, ni nada. Este alcalde es
serio, el más serio del mundo. Este alcalde es educado, el más
educado del mundo... -- Sí, todo eso está muy bien... ¿Pero
cómo es como alcalde?
-- Pues muy buena persona.
"Extraordinarias personas", que diría el plural
Beni de Cai. No ha matado a nadie, no ha dado un escándalo. Ya
digo que terrible. Porque ya estamos hartos de políticos buenas
personas. Llega un punto en que incluso prefieres los mangones
de antes, pero que hacían cosas, a estos honrados de ahora, que
no se llevan un duro, pero que dan recitales de incompetencia.
-- ¿Dice usted eso por el gobierno de Sevilla?
-- No, estoy diciéndolo por el Gobierno de Madrid, y por el
Gobierno de la Junta...
Yo prefiero un presidente que se haga un chalé donde puedan
correr caballos, pero que nos ilusiones con Andalucía, a un
presidente que parezca un chiste meteorológico de Lepe, cero
grados, ni frío ni calor. Igualmente, prefiero un alcalde con
el colmillo retorcido, que se coma a los niños crudos, que le
pegue a su mujer todas las noches, que tenga en el estómago
Cristalerías Erausquin y Luna Pulida Cristañola juntas, o
incluso cristales dobles para que los gatos de la barriga estén
completamente insonorizados. Y que más que buena persona, sea
gente. Aunque sea mala gente. Pero es que lo que dicen las
encuestas es que este alcalde ni siquiera es gente.
Por todo lo cual, señor alcalde, le acompaño en el
sentimiento por ese encuestazo que le han dado. ¿El remedio?
Facilísimo: estoy dispuesto a darle a vuecencia, y de balde,
clases particulares de mala leche...
Estrene
el Siglo XXI con la renovada edición digital de El Mundo del Siglo
XXI
Hemeroteca
de artículos en la web de El Mundo
Biografía de Antonio Burgos
|