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A
Ana Botella la han cogido los micrófonos en un mal momento.
Ella no quería dar esa conferencia, pero el compromiso era muy
grande, y hay veces en que no se puede decir que no. Y le
ocurrió que se le calentó la boca. Como los logómetros o
aparatos medidores de palabras aún no han sido inventados, es
muy difícil mensurar a veces el alcalde de lo que se dice. Por
eso dijo Ana lo que dijo, que los micrófonos la cogieron a
traición, ¿dónde estarían esos micrófonos? No solamente las
escopetas. Los micrófonos también los carga el diablo.
Y ya conocen lo que recogieron esos micrófonos, grabaron
esos magnetofones y repitieron esas radios. Que dijo Ana Botella
que no sabe a qué viene este lío de los inmigrantes, que
vienen a España como podrían ir a cualquier lugar. Vamos, que
ni saben qué es España, ni saben tararear la Marcha Real
cuando empieza un partido internacional de fútbol, ni
distinguen la bandera constitucional de la del pájaro ni nada.
¿Qué nos traen los inmigrantes? ¿Fuerza de trabajo, ganas de
coger los empleos que nadie quiere, recoger la aceituna o
meterse bajo los plásticos en los cultivos de Almería a
sesenta grados? No, no traen nada de eso. Nada más que traen
hijos, suegras, cuñados y risitas. Claro, como pertenecen a
otra cultura y no han tenido en sus países Matilde Fernández
alguna que se lo pusiera o se lo dejara de poner... Y además,
es que no hablan ni papa de castellano. Solamente saben decir
"buenos días", "buenas noches" y "dame
de comer", pero ni siquiera en castellano, lo dicen medio
en catalán y medio en la lengua de su país.
No terminó de decir estas cosas Ana Botella en su
conferencia cuando ya han visto la que le han liado a Aznar.
Estamos en la sociedad de liberación de la mujer y de su
emancipación hasta a efectos del Código Civil, pero hasta
cierto punto. El argumento que esgrimen los que piden con toda
razón su dimisión inmediata es de oro: si dos que duermen en
el mismo colchón de vuelven de la misma condición y Ana
Botella dice estas cosas, ergo Aznar piensa tres cuartos de lo
propio sobre la inmigración. ¡La que han liado las ONG, los
colectivos de asistencia a los inmigrantes, las comisiones de
derechos humanos! Y es normal.
Es normal que así fuera, y aquí desciendo de la anterior
ucronía a la realidad. Es normal que tras el repentino ataque
de xenofobia aguda sufrido por doña Marta Ferrusola, a su
señor esposo le hubieran dado con la patera en toda la boca.
Pero no ha sido así. Una vez más, el honorable se ha ido de
rositas. Cataluña es territorio exento a todos los efectos,
donde lo normal es lo anormal. Madre mía, la que le hubieran
liado a Aznar si la del ataque agudo de xenofobia llega a ser
Ana Botella...
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Biografía de Antonio Burgos
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