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Dicen
que ahora hay tres veces más de votos por correo que la vez
pasada, en estas elecciones vascas que lo son de España entera.
Pero una vez más, por desidia, no podrán votar por correo los
muchachos vascos que están en el extranjero estudiando inglés,
haciendo un master, y que como sólo están allí un curso, no
son residentes ni figuran en el censo electoral de los
consulados. O vuelven a su casa el día 13 a votar o se quedan
sin ejercer su derecho a derribar la dictadura del miedo. En
las últimas generales conté la historia que se repetirá ahora.
Entre estos españolitos que estudian en el extranjero habrá
muchos votos perdidos absurdamente. Muchos padres habrán
corrido la aventura burocrática de la frustración. Les habrán
dicho: "Hijo, te voy a mandar los papeles para que votes
por correo..." Fueron a Correos, recogieron la solicitud de
voto, la rellenaron. Volvieron para pedir las papeletas. Y un
funcionario les dijo: "Tiene que ser el interesado, con su
DNI". "Está en Bruselas", respondieron. Y la
burocracia, terca: "Pues tiene que mandar un poder
notarial, autorizándolo a usted a presentar su documentación.
Si no, no puede votar por correo". ¿Cuántos padres
llamaron a Bruselas? "Hija, a ver si puedes votar en el
consulado". A la noche, respuesta: "No, mamá, no
puedo: hay que estar en el censo de residentes, y yo estoy aquí
de paso..." "O sea, hija --responde la madre--, que
tú, a efectos de votar, no estás en ningún lado, ni aquí ni
ahí... "
El PP y el PSOE sufrieron esta situación en las últimas
generales y no han tomado la precaución de evitarla ahora. A
ver si lo apuntan para reformar urgentemente la Ley Electoral a
estos efectos de que en un mundo que cada día es más un
pañuelo cada vez es más difícil cumplir con el derecho al
voto si se es joven y se quiere ser europeo con todas sus
consecuencias. Hoy por hoy, nada, muchacho vasco. Si quieres
vivir el sueño americano o graduarte en el futuro europeo, de
momento no puedes votar por correo. Tienes que conformarte como
nosotros, los que no estamos censados en el País Vasco pero
animamos a los constitucionalistas como cuando en la grada del
estadio empujamos como si el gol lo tuviéramos que marcar
nosotros y no Figo. Contra la dictadura del miedo y contra las
alambradas del Gulag no hay nada mejor que la libertad de votar
por correo. Derecho que no pueden ejercer los chavales del
master en Bruselas o del curso en Londres.
Sobre el voto de los residentes en
el extranjero, en El RedCuadro: Master en abstención obligatoria
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