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Me
acuso, padre, de que he hablado del voto cautivo...
-- ¿Cuántas veces, hijo?
-- Muchas, cada vez que ha habido elecciones en Andalucía...
Sí, en cada elección en Andalucía hemos puesto todos en
marcha la romería del voto cautivo, con sus carretas de
peonadas firmadas quizá en falso, sus alcaldadas, sus virtuosos
del PER, sus ancianetes a los que hacían creer que la pensión
no se la daba el Estado, sino González en persona, que era muy
caritativo. Gota a gota, columna a columna, la idea fue calando
como tópico electoral español, que si el cortijo meridional
del PSOE, que si el granero de votos para conseguir las
mayorías absolutas. Nadie se ha tomado el trabajo de poner al
día ese tópico. En las últimas elecciones generales, Aznar
demostró que se puede obtener la mayoría absoluta a pesar del
presunto voto cautivo andaluz. Con las alcaldías del PP se ha
demostrado que se puede ser la lista más votada a pesar del
voto cautivo.
Puedo, pues, asegurar, y aseguro, que el voto cautivo ya no
está en Andalucía. El voto cautivo está ahora en el País
Vasco. Lo que aquí abajo consiguió el felipismo lo ha
corregido y aumentado el arzalluzismo,
con la ayuda de sus amigos del triquitraque. Si lo de González,
como decíamos, no era un Gobierno, sino un Régimen, lo de
Arzalluz y sus bajezas es El Régimen, que es el mote que
España le pusimos a la última dictadura que tuvimos antes de
ésta que tienen ahora por allí arriba.
Puedo hablar con la exactitud con que Noé lo haría del
diluvio acerca del voto cautivo y digo que allí arriba sí que
lo tienen atado y bien atado. Aquí abajo lo ataba el hambre,
que es muy mala; allí, el miedo. Ante el hambre caben
desplantes: "En mi hambre mando yo". Ante el miedo no
cabe más que agachar la cabecita y decir que lo blanco es
negro. Y puedo hablar con conocimiento de cercanía del
felipismo, para decir que el arzalluzismo es peor aún. Fuera
del PNV sí que hace frío, el frío de las pistolas en la nuca.
El que se mueve en el PNV sí que no sale en la foto. Chaves
repartiendo subvenciones es un juego de chocolatinas, bombones y
caramelos al lado de la tela de araña de los dineros públicos
que manejan el cura y sus monaguillos. Si por no perder los
contratos, las subvenciones, las mangoletas varias del poder
había en Andalucía empresarios que se tapaban las narices y
votaban al PSOE en sus mejores-peores tiempos del felipismo,
¿qué no habrá de ser allí arriba con el arzalluzismo?
Los que cometimos el pecado de adjudicar a Andalucía la
exclusiva del voto cautivo del felipismo debemos denunciar ahora
el PER del miedo que ha montado el arzalluzismo en una sociedad
subsidiada.
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