| Aparte
                del DRAE, la Real Academia tendría que publicar un
                "Telva" de la lengua española. Una revista donde se
                recogieran las últimas tendencias de las modas de la lengua.
                Que existen. Y la mayoría de las veces, tan espantosas como los
                modelos que vemos pasar por las pasarelas Cibeles y nos hacen
                exclamar: -- ¿Pero qué mujer se gastará setecientas mil pesetas en
                este mamarracho de vestido absolutamente imponible y con un
                pecho fuera? La lengua se nos llena cíclicamente de muletillas y
                remoquetes absolutamente espantosos, pero es la moda. Cada vez
                hablamos peor, pero con muletillas más generalmente aceptadas.
                Las muletillas disimulan los vulgarismos, los solecismos.
                Primero fue lo de "a nivel de", que no se le caía de
                la boca a los dirigentes vecinales cuando salían por la tele: -- A nivel de barrio vamos a hacer una protesta a nivel de
                necesidades de equipamiento urbano... Luego vino, peor aún, el absolutamente prescindible "lo que es".
                Ese mismo dirigente vecinal salía en el telediario local
                diciendo: -- Vamos a hacer lo que es
                una protesta en lo que es el barrio, para protestar de lo que es
                el equipamiento urbano... Estamos hablando de tonterías superfluas de la lengua. Y
                escribo este "estamos hablando" porque en mi
                particular Departamento de Español Urgente Tomado al Oído
                observo que es el último timito de la expresión políticamente
                correcta, en las tendencias de la moda de la lengua. No hay
                quien hable sin que diga el inevitable "estamos
                hablando". El "estamos hablando" ha sustituido a
                aquel "del orden de" que invadió la lengua en los
                tiempos del desarrollismo y de los López del franquismo. El
                hablante, para subrayar la importancia de lo que dice, pone la
                albarda sobre albarda del "estamos hablando". En la radio y las televisiones de la noche electoral gallega,
                el superfluo "estamos hablando" fue una absoluta
                pesadilla. Con decir que se escuchaba más veces el
                "estamos hablando" que la famosa horquilla
                electoral... Salía descorchando champán sin causa justificada
                el del PSOE: -- Estamos hablando de una tendencia a la baja que se
                detiene. Salía el del PP, soliviantando a los del champán: -- Estamos hablando de la cuarta mayoría absoluta
                consecutiva. Salía el sociólogo de guardia de las encuestas: -- Estamos hablando de 41 escaños a falta del voto de los
                emigrantes... Nada, no tienen forma de hablar sin que digan el
                "estamos hablando". Por no romper la tendencia,
                señalemos que "estamos hablando" de la cantidad de
                soplapolleces que hay que oír en la maltratada lengua
                española. Sobre este tema, en El Redcuadro: 
                    "Lo que es" la moda del verano  "Lo que es la climatología" Más
        daños colaterales a la lengua española  Ben
        Laden ha ganado la guerra al español    |