as
madres que nos las habían cantado aún vivían y aún estaban
abiertas las casas donde sonaron en las radios de cretona de
nuestra infancia. Pero lo que hoy se entiende por copla, vamos,
los cuplés de la radio de nuestra infancia, estaban
absolutamente fuera de cacho cultural y artístico. En términos
actuales hubiéramos dicho que eran políticamente incorrectos.
Eramos cuatro gatos los que no solamente no nos avergonzábamos
del género como seña de identidad colectiva, sino que hasta
nos habíamos atrevido a publicar una biografía y antología de
un poeta al que nadie le concedía entonces valor de tal, un
estrictamente proscrito: Rafael de León.
Lo de Rafael de León era aún peor que lo de Agustín de Foxá.León
era gordo, rico, de derechas, monárquico, marqués, conde,
homosexual y, por si le faltara algo para ser arrojado de los
paraísos de la cultura, encima, coplero.
No hablo del Pleistoceno, sino de la Transición, el cambio,
el Pleistoceno en que comenzó la recuperación de la copla
andaluza.Y en aquel tiempo en que gozar de un pasodoble o de una
zambra estaba tan mal visto, Jaime García Añoveros me mandó
de regalo una joya: una cinta de casete con todas las canciones
grabadas por Imperio Argentina. Aún no se le había hecho
aquella primera reivindicación que fue el homenaje en el
extinto Festival de Cine de Sevilla. Malena descubrió un
azulejo con su nombre en un restaurante del parque, ante el
Teatro Lope de Vega, lápida que luego desapareció por ensalmo,
después de que Jesús Quintero se quedara con el local cuando
el radiofonista quiso pasar a la Historia de la Hostelería. Así
que yo ya había oído sus Coplas Completas cuando Malena subió
al escenario de su homenaje y Bibi Ardensen le entregó una
placa y le dijo en libertad: «Yo por esta señora era capaz de
hacerme lesbiana».
Eso fue para mí siempre Imperio Argentina, canción en
libertad, desde que descubrí las coplas que, como un material
clandestino, me había pasado Añoveros. Mucho se ha hablado de
que Hitler estaba enromado de ella. Mentira. Quien estaba
enamorado de la voz de Imperio Argentina era Jaime García Añoveros.
Desde su copla en libertad, Imperio Argentina se escapó del
estigma del anatema con que cargaron todas sus colegas. Juanita
Reina, Concha Piquer, Paquita Rico, Lolita Sevilla, Carmen
Sevilla, Gracia de Triana, Gracia
Montes, todas pasaban por
franquistas. Imperio Argentina, del mismo tiempo, de las mismas
claves estéticas e históricas, del mismo bando, nunca pasó
por franquista cuando, aparte de signo del Régimen con Carmen
la de Triana, era encima hitleriana.Se salvaba por los campos de
la libertad. O porque en realidad no era absoluto lo que se
entiende por una tonadillera ni una estrella de la canción. Era
una artista de cine, que cantaba en sus películas. Yo, ahora
que se ha ido, encuentro a aquélla, mi Imperio Argentina de
antes de esta moda de la copla, más cerca de María Dolores
Pradera que de doña Concha o doña Juana, con las que no tenía
absolutamente nada que ver, y a la prueba del nueve del final de
su vida que fue el Azabache de la Expo del 92 me remito.
Porque todas las otras venían de Quintero y León e Imperio
Argentina venía directamente de Florián Rey, esto es, un
expresionismo cinematográfico donde El acorazado Potemkin había
sido cambiado por el jamón de Miguel Ligero en Morena Clara. No
se entiende a Imperio Argentina sin el cine y sin Florián Rey,
pero tampoco sin los autores de la espléndida Serie B de la
copla, como Perelló y Mostazo, como Kola (Antonio García
Padilla, el padre de Carmen Sevilla) como Cantabrana. Imperio
estaba más cerca del tango que de la zambra: Rocío es Gardel
en un patio salpicado de flores con una fuente en medio con un
surtidor. Un éxito de los 40 Principales avant la letre. Lo decía
un anuncio de oferta de trabajo de la época: «Se busca criada
que no cante Rocío».
Imperio le echó guindas de delicadeza y de refinamiento de
Hollywood al pavo castizo del amanecer lírico de Los piconeros.
Ese «ya viene el día, ya viene, madre» quizá fuera un
anuncio de las libertades que estaban por llegar, en la que
contra todo pronóstico la copla fue rescatada de su estigma
franquista e Imperio Argentina quedó en su lugar de privilegio,
sobre el retablo barroco, en un rompimiento de gloria ajeno a
todo lo demás y a todas las demás. Paradójicamente, más
andaluza que muchas nacidas en Andalucía.Es la grandeza
insondable de mi tierra, que cuando se pone a cantar hay que ir
a escucharla a la Valencia donde ha nacido Concha Piquer o al
Buenos Aires donde ha nacido (y todavía vive) Imperio
Argentina.
Sobre
Flamenco y Copla en El RedCuadro