|
Me
subyugan los saberes universales del sobrado humanista José
Antonio Gómez Marín. Si los términos no fueran tan
cursis, tan ESO y tan LOGSE, diría que son saberes curriculares
multidisciplinares. Lo mismo te cita de memoria una definición
del Covarrubias que te dice sin mirar un libro la historia
completa de todos y cada uno de los edificios de la calle
Concepción de Huelva. Lo que el libro "Las calles de
Sevilla" de Santiago Montoto fue para la capital de
Andalucía lo está haciendo semana a semana Gómez Marín con
Huelva. Es una de esas series aparentemente ocasionales de
artículos de las que luego salen los libros fundamentales sobre
las ciudades. Gómez Marín se sabe a Hegel y a Pemán, a
Unamuno y a Rafael de León, a Queipo y a Alcalá-Zamora, la
Primera República y la Corte de los Montpensier, la Rusia de
los Zares y el Moscú de los soviets. Y explica con mucho
sentido didáctico cuanto sabe por tierra, mar y aire; esto es,
en los artículos del periódico, en las tertulias de la radio y
en las mesas de opinión de la televisión.
De todos los saberes de Gómez,
el que más me sorprende, es su rara especialización en Junta
de Andalucía y en BOJA. Con rigor de escriturista. lee, maneja
y corteja como nadie, con plena autoridad, leyes y decretos de
la Junta. Sabe aranzadas de Aranzadi juntero. Pregúntenle lo
que quieran de Manaute, de Arboleya, del SAS, de política
agropecuaria o de fondos europeos. Todo se lo sabe acerca de la
Junta. Y en esos saberes, he encontrado ahora documentado por
Gómez mi pálpito sobre el lince. Andalucía sufre una
preocupante hipertrofia de cuidados del lince. Ya quisieran los
humanos recibir la atención y dotaciones presupuestarias del
lince. Ya quisiéramos que pusieran semáforos para los
escolares como construyen carísimos pasos para el lince, en
singular. Hay un Plan de Acción del Lince Ibérico, y un Taller
de Viabilidad de Poblaciones del Lince, y una Estrategia para la
Conservación del Lince. Parece cachondeo, es verdad; Gómez lo
ha encontrado en el BOE y en el BOJA. Sostiene
Gómez que los linces nos cuestan 5.500 millones de pesetas al
año, que son 20 millones de pesetas por lince y año. Por
ese dinero, a cada lince se le podría comprar perfectamente un
apartamento en Matalascañas hasta con aire acondicionado, para
que vivieran sin el menor problema.
Pero hay muchos que viven del
lince. Según me dicen viejos almonteños, hijos de guardas del
Coto, viven del lince los que menos idea tienen del lince. Me
explican que los linces mueren porque tienen que salir a buscar
comida fuera del Coto. No es que haya pocos linces: es que hay
poquísimos conejos. Los biólogos han arqueologizado y
declarado intocable el monte bajo, que no se roza ni se
entresaca. Cuando el Coto estaba vivo y no fosilizado por los
biólogos, había carboneo, roza del monte. Vida. Pastos. Ahora
no crecen pastos nuevos. Y como no hay pastos, no hay conejos. Y
como no hay conejos, no hay comida para los linces, que tienen
que salir fuera a buscarse la vida, jugándosela. La cadena de
la vida, que los viejos guardas del Coto la tienen clarísima,
ha sido rota por la burocracia del preservacionismo a ultranza y
del conservacionismo de libro que desprecia los saberes camperos
tradicionales.
Cuando el Coto estaba vivo, los
linces no nos costaban una peseta y había miles. Claro que
entonces el lince no salía en el BOJA, no estaba en los
presupuestos, ni nadie vivía de a su costa. Al viejo almonteño
que me comunicaba su saber tradicional, le pregunté:
-- Entonces, ¿cuántos linces
quedan en el Coto?
Y me dijo, con sabiduría
tartésica del Lago Ligustino:
-- Muchos menos que
biólogos... En el Coto hay ya más biólogos que linces...
- Sobre el lince ibérico, en El RedCuadro:
- Lances y linces
- Los gatos alhambreños
- Jaume Matas, guardabosques
- El agravio del koala
- Todo por el lince, nada por el toro bravo
- Defensa de la
mosca ibérica
- Mineros y patos
Hemeroteca de
artículos en la web
Biografía de Antonio Burgos
Libros
de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés
Libros
de Antonio Burgos publicados por Editorial Planeta -
Correo
|