"En Madrid, cuando las siete dan, o das una conferencia, o te la dan".
Y en Sevilla, en vísperas de feria, cuando las nueve dan, o das un cóctel o te lo dan. O
das un pregón de feria o te lo dan. O presentas un cartel de feria o te lo presentan. O
entregas un premio taurino de feria o te lo entregan. O inauguras una exposición de
pintura taurina o te la inauguran. Señores: la misma metástasis de la Semana Santa, que
ocupa ya todo el año y todos los espacios, empieza a ocurrir con la feria. La feria hasta
tiene verbalización, pictorialismo. Lo va llenando todo. Barroco horror vacui.
Hasta en la calle Rosario es feria. Se ha perdido el sentido intimista de las vísperas.
Antes la feria empezaba el martes. Ahora empieza, como muy tarde, el Domingo de
Resurrección. De aquí a nada tendremos "La Tienda del Feriante", en plan
"Tienda del Cofrade". Y coleccionables. Las fiestas están sobredimensionadas,
¿quién las redimensionará? Porque en cuantito que se apague el último farolillo, ya
saben ustedes lo que empieza: el Rocío. Qué horror. (Sin vacui.)
Viernes 16: Farolillos
contra la sequía
Ya ha pasado este veranillo de las acacias que hemos tenido. ¿No hay
verano del membrillo? ¿Por qué las acacias van a ser menos? Ha refrescado lo suyo. No
sé, pues, si cuando estas letras salgan impresas habrá llovido. Pero sí quiero
constatar un hecho. Ni rogativas ni nada: para que llueva, la mejor Virgen de la Cueva son
los farolillos de la feria. Todos los años se tienen que mojar. Es la tradición. A
farolillo mojado, abril puesto en jarras para empezar a bailar el riá, pitá. Luego ahí
está la solución contra la sequía. Si, pasada la feria, hiciéramos una cíclica
colocación de farolillos en Los Remedios, como hechiceros indios conjurando la lluvia, no
nos faltaría el agua, ni nos acordaríamos de Melonares cuando truenan grifos secos, ni
andaría Emasesa, como anda, diciendo que ojo al Cristo, que los pantanos están chungos.
Emasesa, por cierto, está tan en todo lo suyo del agua, que hasta tiene un gerente que se
llama Francisco Aguado. Farolillos, venga, para que Francisco Aguado no sea otra vez
Francisco Seco.
Jueves 15: La
invasión de abril
No es que don Manuel Grosso y servidor la tengamos tomada con el desaforado
desembarco de TVE-Vía Digital en la Normandía de la plaza de los toros para salvar al
soldado Cabanillas.. Es que esta ciudad tragona lo acepta todo, y nadie dice nunca nada, y
así nos va. ¿Se imaginan que en Barcelona consintieran que llenaran de camiones las
puertas del Liceo, porque Vía Digital va a dar la ópera... de paganini? Tenemos lo que
nos merecemos. Nos dejamos invadir cada abril por lo que Madrid quiera mandarnos. ¿Han
visto el jardín de la antigua esquina del Doctor Alemán, Paseo Colón con Antonia Díaz?
No contentos con los camiones, han ocupado aquello con un vivac en forma de carpa de boda
hortera, como una trastienda enorme, para entrevistar famosos (de Madrid). Prontito iban a
consentir en Barcelona que Madrid pusiera un adefesio así en las Ramblas... Sevilla lo
aguanta todo, y por eso tenemos lo que nos merecemos. Esto también es la destrucción de
la ciudad. Podemos decir a Sevilla lo que la voz del tendido a Javier Vázquez con
"Olivito": "Nos toca la primitiva y no sabemos cobrarla..."
Miércoles 14:
Al centro, para picar
Vísperas de ferias, como ellos dicen, AVE hasta la corcha, días de
restaurantes llenos. Qué raro, la reventa no ha descubierto aún los restaurantes. Si tal
fuera, por una mesa en Oriza la noche del alumbrado de la feria darían como por un
tendido para la corrida del viernes de farolillos. Restaurantes donde se ha impuesto el
plato único, como después de la guerra. Fíjense. Siempre dice alguien, el que convida,
por ejemplo: "Si os parece, que nos pongan unas cosas al centro para picar y después
pedimos un plato..." El revuelto de no sé qué con no sé cuántos ha desbancado en
Sevilla al clásico gazpacho de primer plato. Nada digo de las malagueñas puntillitas,
que han dado la puntilla a los clásicos chocos fritos y al adobo de pescadería. Ya dos
platos sólo se toman en las bodas y en los banquetes. Lo demás, todo al centro, para
picar... ¿y de banderillear nada? El caso es que algunos que convidan son tan agarrados,
que en lo de picar cambian el tercio antes de que tomemos los dos puyazos de jamón y el
reglamentario tercer puyazo de langostinos.
Martes 13: La
calle de Vía Digital
Si les cabe alguna duda de que estamos en una sociedad mediática,
que todos somos siervos de la gleba de esa señora de hora y cuchillo que es la
televisión, no tienen más que ir a la calle Antonia Díaz, antigua del bellísimo nombre
de Ancora. El mejor cahiz de tierra del Arenal ha sido invadido por la OTAN de la TVE, con
sus unidades de intervención rápida. En la calle donde Antonio Ordóñez tenía su
casamorada (y oro), los tráileres, los gruposlectrónicos. Junto a Iris, por donde entran
los toreros, los estudios rodantes y porculeantes. ¿No había sitio en la calle Adriano,
en los bajos del paseo del río? No, allí, rimpiendo toda belleza, que se note que quien
manda aquí es la tele, que quien tiene la tele tiene el mando. Y demos gracias a Dios
todavía, que en los días grandes de corrida colocarán delante de la Puerta del Principe
el monstruo de la grúa de la pluma. Señora Becerril: aunque TVE es de los suyos, ¿por
qué autoriza vuecencia este disparatón?
Lunes 12: Triana es
para el verano
Nunca ha hecho en Sevilla tanta calor como ahora. No sólo en esta
primavera que nos dice que ya es verano en el Cortinglés. "Curro ya vendrá el
verano", no: el verano ya está aquí. Nunca ha hecho tanta calor en Sevilla, ni
tanto frío, porque nunca ha habido por las calles tantos relojes-termómetro como ahora.
Lo que más calor da no es un traje de pana en agosto, sino un reloj-termómetro en la
Pasarela diciendo en abril: 34 grados a la sombra de las acacias en flor. Eso, por el
día. Por la noche, basta acercarse a Triana. ¿Han estado allí estas noches abrileñas?
Vayan, que toda Triana es como un pregón de las calores de la Velá. La gente sentada en
los veladores, el bullicio nocturno de la calle, casi con avellanas verdes y cucaña.
Triana tiene ya los sonidos del verano. Por la calle Castilla, por San Jorge, Triana ha
proclamado el cantón independiente del verano. San Bartolomé es para el invierno; el
Parque es para el otoño; el Arenal es para la primavera. Triana, como las bicicletas de
Fernando Fernán Gómez, es para el verano.
Domingo 11: El
arzobispo y la copla
Vas al funeral de un torero y el cura habla de Lázaro y no del toro de San
Lucas. Vas al funeral de un bodeguero de Umbrete y el cura habla del Resucitado, y no de
la viña del Señor. Fuimos al funeral de Juanita Reina en la Catedral y el arzobispo,
Roma pura, ole los cardenales de la curia vaticana, no solamente habló de la fe macarena
y de la esperanza en la Esperanza y de la caridad de la calle Parras de Juanita Reina,
sino que hizo una exaltaciòn de la copla por derecho y sentida, sin que se le cayeran los
pastorales anillos. Las malas lenguas decían a las claritas del dìa que no era un
funeral por Juanita Reina, sino un funeral con crespones negros contra la Junta de la
Macarena. La oración fùnebre de aquí el Amigo no fue de crespones negros, fue de
pañuelos blancos, llenos de Sevilla, de penas y alegrías del amor de Juanita por la
Esperanza. Fue mucho màs que si el órgano se hubiera puesto a tocar "Capote de
Grana y Oro". Habló Carlos Amigo y en la Catedral se encendieron de pronto cinco
farolas por Juanita. De los de mitra y anillo, qué pocos vamos quedando...