Miércoles
15: Movida de importación
Éramos
pocos en casa y parió la movida. Los alcaldes de medio Aljarafe y
parte del otro medio están poniendo los llamados "autobuses
de la movida", para arrojar a paletadas sobre la capital a
cientos y cientos de jóvenes, por si no hubiera ya aquí
suficientes niñatos en el lamentable espectáculo nocturno y
finisemanal de las botellonas, las cervezonas y las vomitonas. Sin
tener que importar niñatos de los pueblos en autobuses, la
limpieza de los campos de batalla de la movida nos cuesta a los
sevillanos 39.546.938 pesetas al año, aquello que aquí
comentamos de los tristes Equipos de Puntos Negros, que se dedican
a limpiar los rincones de vómitos y orines. Un voto es un voto,
las elecciones están cerca y está bien que los alcaldes hagan la
demagogia de esos autobuses de la movida. Pero también deberían
los ayuntamientos de esos pueblos pagar la parte correspondiente
de los vidrios rotos y los rincones meados y vomitados que dejan
sus civilizadísimas criaturitas en la capital.
Martes
14: Tetuán, Milla de Oro
Decían
que la Milla de Oro de Sevilla estaba por Nervión. No. La Milla
de Oro se ha venido al centro y está en Tetuán, Vía Condotti,
Oxford Street, Madison Avenue de Sevilla. Milla de oro y mina de
oro. Quien sea algo comercialmente, tiene que estar en Tetuán y
el Studebaker de Orce del Sport lleva ahora directamente hacia el
prestigio económico. Sierpes languidece, se achabacana, se
convierte en una enorme tienda de recuerdos de Sevilla y de
recuerdos del esplendor perdido por la propia calle. Tetuán sube
como la espuma en el Ibex 35 de los agentes de la propiedad
inmobiliaria. Y si Sierpes languidece, Francos se apaga. Con lo
que fue aquella calle Francos de Los Caminos, de Macarro, de
Velasco, de Pareja, de Los Madrileños, de La Caucho, es ahora la
Milla del Cierre Metálico y de la Inseguridad Ciudadana. Si el
preguntar no es molestia: ¿no podría hacer algo el Ayuntamiento
por la recuperación de algo tan clásico como las calles
peatonales y comerciales de toda la vida, que eran Francos y
Sierpes?
Lunes
13: Contra el Kallejero Kofrade
No
hay hermandad que no haya pedido que pongan el nombre de su Virgen
o de su Cristo a una calle o a una plaza. Dicen que están
revisando el callejero, y se corre el riesgo de que, otra vez,
como tras el triunfo de los nacionales en la guerra civil, queden
borrados los hermosos nombres tradicionales, los rótulos
gremiales, líricos, de Pescadores y de Huerto. Por razones
históricas y como criterio básico, todo nombre que aparece en el
mapa de Olavide debería ser intocable, por muchos capillitas que
pidan que aquello se llame ahora Virgen de los Desagravios
Dolorosa Coronada. Donde sí debe emplearse el Ayuntamiento, y a
fondo y sin complejos, es en limpiar de una vez el callejero de
tristes recuerdos de la guerra civil y de la dictadura. Si al
Puente de los Remedios lo llamamos todos Puente de los Remedios,
¿por qué ha de ser aún oficialmente del Generalísimo? ¿Y qué
pinta en el callejero el nombre del golpista General Sanjurjo, que
fue un Pinochet que se paseó por la calle Sierpes para derribar
al régimen legalmente constituido en 1932?
Domingo
12: Braojos y las fuentes de la memoria
La
Hemeroteca Municipal, casi almacén de periódicos viejos, estuvo
años olvidada en el Pabellón Mudéjar, donde Márquez el
ordenanza puso muchos tesoros a salvo de goteras. Luego, en el
Pabellón de la Madrina, empezó a ser la aproximación a un fondo
documental en serio. En la calle Almirante Apodaca se consolidó
finalmente como el gran centro de investigación de la Historia
Contemporánea que es, con el enriquecimiento de la llegada de los
fondos de los grandes archivos gráficos periodísticos: Serrano,
Gelán, Sánchez del Pando, Arjona, Cubiles... Esta es, ni más ni
menos, la obra de Alfonso Braojos, que aprendió de su biografiado
Asistente Arjona el difícil menester de poner a Sevilla en hora
con los signos de los tiempos. Si Sevilla, hemerográficamente, es
hoy una ciudad con su memoria perfectamente rescatada, catalogada
y valorada, es gracias al historiador que se nos fue. La mayor
grandeza de su obra fue dejar las fuentes de la Historia
Contemporánea en condiciones de que en el futuro sea escrita.
Sábado
11: De Carrara a Macael
Parafraseando
a San Agustín habría que decir: "Macael de Macaeles y todo
Macael". Macael es la nueva Carrara de Sevilla, la nueva
Génova. En el Renacimiento y el Barroco, Sevilla se llenó de
fustes clásicos de columnas con capiteles de la moña. Aquella
Sevilla de los soportales, en la que se podía ir andando y bajo
techo desde la Catedral a la calle Sierpes estaba llena de estas
hermosas columnas clásicas, como hijas de las del Padre Hércules
Fundador y de Julio César (no confundir con el colegio de este
nombre) que la cercó de muros y torres altas. En la calle
Alemanes, con todas las bendiciones de Bellas Artes, de
Patrimonio, de Urbanismo y del Sursum Corda, las columnas de
Carrara ha sido sustituidas por las columnas de mármol de Macael,
estilo Marbella, estilo Gil, estilo Porcelanosa, estilo
Merkamueble. Es el símbolo de los tiempos, de la pérdida del
buen gusto. De una Sevilla clásica de Carrara estamos pasando a
una Sevilla hortera de Macael. No se olvide que la ciudad está
rematada por un Giraldillo Macael.
Viernes
10: Más sobre la Muy Nupcial
En
la FIBES acaba el salón "Sevilla de boda" y para
demostrar su éxito, en el nupcial Salón Colón del Ayuntamiento
hay una lista de espera de tal calibre que hay que pedir número,
como en el ambulatorio, y no dan citan previa para celebrar allí
por todo lo alto los matrimonios civiles hasta julio del año
2000. La sala de bodas de los Juzgados de Viapol, hasta la corcha.
Y nada digo de las listas de espera en las iglesias casamenteras
por excelencia: Macarena, Gran Poder, Salvador, capilla de la
Virgen de los Reyes. Punto catedralicio en el cual hemos de romper
una lanza en favor del Cabildo. La gente cree que casarse en la
Capilla Real de la Catedral cuesta un congo y un perú. Incierto
totalmente. No hay arancel ni tarifa puesta por los canónigos.
Dan un sobre a los novios, para que depositan allí la limosna que
quieran, libremente, para atenciones del templo. Y aunque hacemos
justicia a los canónigos, menuda la que les aguarda cuando la
gente sepa esto, con la lista de espera de bodas en la Capilla
Real que hay ya...
Jueves
9: Sociedad de mercado...provisional
Estaremos
en la que llaman la sociedad de mercado, pero Sevilla es la ciudad
sin mercados. Sin plazas, vamos, que es como siempre se ha llamado
aquí al mercado de abastos: "la plaza". El mercado de
Triana es una nueva Itálica arqueológica. El Mercado de la
Encarnación proclama y perpetua la tradición sevillana de las
arquitecturas efímeras. La Encarnita (como llamaban los
sevillanos viejos a esa plaza) está en las instalaciones
provisionales de Alcázares-Regina desde 1973... y lo que le
echen. Ahora, el Mercado de la Puertalacarne se traslada a la
antigua Estación de San Bernardo. Provisionalmente, como marca la
tabla. Una provisionalidad que oficialmente va a durar 18 meses,
pero que ya verán ustedes lo que dura. Quevedesca Sevilla donde
"solamente lo fugitivo permanece y dura". Igual que
existe la Plaza de los Alféreces Provisionales, están estas
Plazas Provisionales, que no me negarán que es ya una tradición
como otra cualquiera en esta ciudad tan ritual.
Miércoles
8: La Pura y Limpia
Como
cada 8 de diciembre, en lo más alto de la Giralda, la bandera
concepcionista. Y en la memoria de la ciudad, el hermoso poemilla
de la devoción popular. En la primera parte lleva la guasa de
Sevilla y en la segunda, la gracia. En muy pocos versos, las dos
caras de nuestro Jano: "Aunque no quiera Molina,/ ni los
frailes de Regina,/ ni su padre provincial,/ todo el mundo en
general/ a voces, Reina escogida/ diga que sois concebida/ sin
pecado original". Sevilla alzó siempre pendones por el Dogma
de la Pura y Limpia. Los sigue alzando. Sevilla es como un cuadro
murillesco de la Purísima. Arriba, como la bandera de la Giralda,
como el monumento de la plaza del Triunfo, la Pura y Limpia, por
encima del bien y del mal. Abajo, la pisoteada cabeza de la
serpiente. Traduzcan: serpiente, Sierpes, lagarto de la Catedral,
Siete Revueltas de lo complicados que somos. Sevilla, que se sabe
como la serpiente pisoteada por el pie de la Inmaculada que Grosso
pintó de Macarena, siempre quiso ser como la Pura y Limpia.
Martes
7: El centralismo del Real Madrid
El
Real Madrid está para los leones, no precisamente de San Mamés,
y de su situación se hace poco menos que una cuestión de Estado.
En el puente de la Purísima no se habla del fin de la tregua, ni
de los hoteles llenos, sino que sólo se comenta que el Real
Madrid puede bajar a Segunda, lo cual es por lo visto una
desgracia nacional. Y está el Sevilla Fobaclú hasta las mismas
trancas desde hace muchas semanas y, por no haber, ni hay siquiera
alegría de béticos ante la desgracia ajena. Todavía hay clases.
Hoy es el Día de la Constitución que consagró el Estado de las
Autonomías y que dicen que acabó con el centralismo. Será a
otros efectos, no a los de la pelota. En materia futbolera aún
estamos en el Estado centralista, que tiene su Kilómetro 0 en el
Bernabeu. Cuando el Real Madrid se constipa, España estornuda. El
Ave es el tren que une el centralismo de la desgracia del Madrid a
pique de un repique con la tragedia del Sevilla F.C., Santa
Bárbara de la que sólo se acuerdan cuando tiene que tronar el
Jugador Número 12 para España.
Lunes
6: Un Seminario de la secreta
Pasaba
un sevillano por el nuevo seminario, cabe el muelle, donde un día
el campofútbol del C. D. Puerto, y se percató de un detalle que
le hizo pensar en Infanzón, a quien mandó los mimbres con los
que se teje este cesto: el flamante edificio no tiene en su
exterior ningún símbolo religioso. Sólo un pequeño letrero,
"Seminario Diocesano", en cuerpo bien pequeñito, junto
a la entrada. Ni una Cruz, ni un logotipo, ni un símbolo de una
religión llena de símbolos, sentida mayoritariamente en una
ciudad que por la primavera llena las calles de hermosas y
artísticas lecciones de fe. Podría pasar por una oficina de la
Junta o una sede corporativa de Siemens o Amena, si no fuera
porque las empresas sí ponen sus logotipos bien grandes. Quizá
sea la perpetuación del espíritu de San Telmo. Tampoco San Telmo
tenía signos externos de Seminario, sólo lises de Montpensier y
sevillanos ilustres de Susillo. Más contradicciones sevillanas
que añadir a los seises que son diez. La Presidencia de la Junta
parece el seminario y el seminario parece la Presidencia de la
Junta.
Domingo
5: Los silencios del Rey sobre el Alcázar
Se
ha escrito mucho de los silencios del Rey, tan tópicos casi como
los de la plaza de los toros. Ninguno como el silencio del Rey
sobre el Alcázar. Se llaman Reales Alcázares no en plan Real
Betis o Real e Ilustre Hermandad. El Alcázar es Real en cuanto
una propiedad del Real Patrimonio hasta la II República, que se
lo expropió y lo cedió a Sevilla. Es como si el Palacio Real de
la Plaza de Oriente hubiera sido entregado entonces al
Ayuntamiento de Madrid. Restaurada felizmente la Monarquía en
1975, a nadie se le pasó por la cabeza que el Alcázar volviera a
ser Palacio Real con todas sus consecuencias. El Palacio Real, por
cierto, más antiguo de Occidente. A efectos del Alcázar, no han
terminado ni la República ni el franquismo. El alcalde quiere ir
de franquista Fernando Fuertes de Villavicencio, disponiendo de
las casas del Patiobanderas, quizá para darlas a la Carmencita de
turno. Y todo gracias a los silencios del Rey, que nunca reclamó
el Palacio que quitaron a la Augusta Familia por el procedimiento
republicano del tirón.
Sábado
4: Estos secretos gozos de diciembre
Ahora
sí que sí, como se dice en andaluz clásico. Ahora sí que sí
que está, espléndido, el otoño aquí, sin un viento del Norte
de más, sin un Levante de menos, con sus lluvias justas, con sus
fríos antiguos de las viejas esquinas de Matacanónigos, sus
humedades de zócalos de las casas de patio. Caen las hojas y la
verde Sevilla se hace de oro, madura de belleza. Nadie pregona las
delicias de huerto cerrado de estos días finales del otoño, poco
antes de que, en lo alto de la Giralda, la bandera celeste y
blanca de la Inmaculada, espejo del cielo velazqueño, proclame la
inminencia de unas Pascuas de corcho y panderetas por La Venera,
y, con ellas, el final de estos secretos gozos de diciembre,
síntesis de la ciudad amada, de la ciudad soñada, donde el olor
a alhucema alfombra como dorado romero de las acacias la blanca
zapatilla de los seises de la Pura y Limpia. En la pura y limpia
Sevilla vencedora del tiempo como la Fe de la veleta de su torre
mayor.
Viernes
3: Todos nos conocemos
Dicen
que nadie conoce a nadie. Y es verdad. Hasta los que creemos medio
conocerla desconocemos bastante de Sevilla, incógnita por
despejar eternamente, número primo de sí misma:
333,333333333333333333, hasta el infinito. ¿Han cambiado los
tiempos? ¿Tolerancia o indiferencia? ¿Ya capacidad de aceptar
las críticas o aún el desprecio más absoluto como respuesta?
"No se ponga usted así, hombre, ¿para qué se va usted a
tomar ese sofocón?" Bastantes cosas están cambiando. En
otro tiempo, los periódicos estarían en estos días echando
humo. Considerado por otro lado, no ha cambiado nada. Las voces
capillitas, por lo bajini, sin dar la cara, tras el antifaz,
siguen siendo las mismas: "Hombre, a ver si dice usted algo,
que no hay derecho..." Que lo digan otros. Siempre queremos
que lo digan otros. Me apunto a la cofradía del que lo digan
otros. Como aquí todos conocemos a todos, no seré yo quien diga
una palabra. Simplemente anoto sociológicamente el hecho en esta
ciudad donde nadie conoce a nadie. Pero donde nos conocemos todos.
Jueves
2: La candidatura de Román
Dijeron
que González se presentaba a las elecciones por Sevilla y sí, se
comentó, pero no mucho. Dijeron que Arenas se presentaba a las
elecciones por Sevilla, y mucho menos todavía, sospecho que
muchos lectores se estarán desayunando con la noticia ahora que
lo comento. Porque no mandan nada ni van a decidir nada
fundamental, ningún asunto de Estado de esta Ciudad-Estado
llamada Sevilla. Razones todas que explican cómo se ha comentado
en cambio la candidatura de Román. Manuel Román Silva ha
decidido presentarse a las elecciones. Ayer las lenguas echaban
humo. Es normal. Sus decisiones nos afectarán más que toda las
leyes que promulguen el Congreso de los Diputados y el Parlamento
Andaluz juntos. Sus acuerdos serán mucho más decisivos que todos
los acuerdos del Consejo de Ministros. Tendrá firman en un
Boletín que es, a efectos de Sevilla, mucho más importante que
el Beletín Oficial del Estado. No sé si sabrán que Román se
presenta a presidente del Consejo de Cofradías. Ese sí que manda
tela en Sevilla...
Miércoles
1: Cronista oficial, cronista real
Los
pueblos que no conocen su Historia están condenados a repetir sus
errores, como se ha dicho tantas veces. Un mínimo conocimiento de
la historia de la Exposición del 29 hubiera evitado muchos
errores de la Expo del 92. Conociendo la Historia se aprende de
las grandezas y servidumbres de los que Chueca Goitia llamó
"los invariantes castizos". Es un milagro cómo Sevilla
se considera tan tradicional, cuando tanto ignora de su pasado,
que conoce de oídas, algo muy distinto a la tradición oral. Por
eso es más que digna de elogio la tarea de Nicolás Salas,
hormiguita frente a las chicharras de los tópicos. Es de hecho el
cronista oficial del siglo XX sevillano, con todas sus luces y
sombras. Salas hace en nuestros días lo que Ortiz de Zúñiga,
Matute o Velázquez y Sánchez en su tiempo: los Anales. Sevilla
es una ciudad sin cronista oficial, como si no quisiéramos dejar
rastro. Nicolás Salas rastrea las hemerotecas, libro a libro. Ya
que no cronista oficial, es algo más importante: cronista real de
Sevilla.
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