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Puntas del Diamante / Antonio Burgos
El Mundo de Andalucía, sábado 1 de diciembre del 2001 Ilustración de Idígoras y Pachi Entrevista con IDIGORAS Y PACHI
Zarrías, de los pies al Internet
-- Con esos precios, el portal tendrá de todo, ¿no? Se podrá hasta pedir una copita de manzanilla por Internet, ¿no?
Pues tampoco. No es la ventanilla virtual, en este tiempo de comercio electrónico y de Banca por Internet, donde los libros se compran por la red y por la red se hacen las transferencias de la cuenta corriente. El portal de la Junta ofrece, dicen, todos los impresos para el papeleo burocrático, que hay que seguir haciendo a pie de obra. Las empresas invierten en comercio electrónico para disminuir gastos generales y de personal. ¿Cuántos funcionarios se evitará la Junta con los millones de su portal? Ninguno. El portal, en el mejor de los casos, sustituye al mostrador donde entregan los impresos, pero los papeles siguen teniendo su vida física. Y lo más sorprendente es que todo esto, elemental y desfasado para la situación de estas tecnologías en el mundo, lo presentan como "el Gobierno virtual". Ahí sí que aciertan. Pero Andalucía tiene un Gobierno virtual sin necesidad de Internet. Es como si virtualmente hubiera un Gobierno, pero nadie quita este preocupante encefalograma plano que Andalucía da en tantas cosas.
Memoria de Andalucía La Andalucía de Idígoras y Pachi
Idígoras y Pachi en el archivo del humor de EL MUNDO
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Me admiro de esos jubilados suecos o ingleses que se vienen a vivir al buen tiempo de la Costa del Sol. ¿Qué pensiones cobran estos señores como para que puedan pasarse el resto de sus vidas en un continuo veraneo, con lo caro que es vivir fuera de casa? Los jubilados andaluces en cambio, si van a Marbella es porque los lleva el Imserso a precios de saldo, no porque se lo permitan sus pensiones. ¿Cómo se puede vivir con 40.000 o 60.000 pesetas? Pues con esa cantidad viven millones de españoles. Si les diera por retirarse fuera de España, como los nórdicos aquí, con ese dinero no podrían vivir ni el más subdesarrollado país subsahariano. Se anuncian que suben las pensiones, y tiran cohetes y sueltan palomas. ¿Que les van a dar a los jubilados cuarenta mil duros al mes? Ojalá... Les van a dar un punto más de lo que les mengüe la pensión con el subidón del IPC, que se anuncia terrible con el aumento fiscal de la gasolina y con el pitorreo del eurorredondeo. Menos mal que liberan a los jubilados de la medida discriminatoria del amor. Jubilada viuda que volvía a casarse era señora que perdía la pensión. Los amores surgidos en los bailes del Imserso en Benidorm podrán ahora terminar en boda sin que la Epístola de San Pablo o el Registro Civil se lleven la pensión de la novia y condenen a los jubilados a amor y cebolla. Bueno, a la poquita cebolla que se puede comprar con 40.000 pesetas. Ahora serán, 40 más 40, 80.000 pesetas para amor y cebolla, que tampoco es tanta para tanta demagogia con las pensiones.
Carlos Cano en los sellos
Está en los estancos. Valor facial, 40 pesetas, equivalentes a 24 céntimos de euro. Carlos Cano, en los sellos de Correos de España, para el franqueo de las cartas de amor, de los pliegos de la utopía en la que siempre vivió. Un sello para la luna de abril, para mandar cartas a María la Portuguesa al otro lado de la raya de Portugal, desde Ayamonte hasta Faro. Es el mejor recuerdo que Carlos Cano puede tener, ahora que el próximo día 19 se cumplirá un año de su muerte. La presentación del sello fue en Granada. En los juanramonianos olvidos de Granada. O nos equivocamos, a apenas ha tenido repercusión. Ya que se trata de sello, no hemos visto ni una carta al director en algún periódico andaluz alegrándose por la conmemoración postal del cantante granadino. ¿Por qué? Porque un sello, ay, no es un disco. Un sello no deja dinero alguno a las casas de discos, algunas de las cuales se lanzaron como cuervos sobre las viejas grabaciones de sus primeros años, las que no reeditaban y tenían descatalogadas cuando Carlos Cano vivía. En estas celebraciones mortuorias por el rito de Los 40 Principales y de las ventas de las discográficas, hemos visto hasta psicofonías extrañas: los cantantes vivos (y tan vivos) que han puesto su voz al acetato de vinilo de las viejas coplas, tan hermosas.
Aparte de las listas de espera, una de las aventuras más apasionantes es encontrar el teléfono de cualquier centro del SAS. En las guías telefónicas no vienen ni en los servicios de urgencia de las primeras páginas ni en la H de hospital o la A de ambulatorio. Todo lo más, en algunas guías, un anuncio a pie de página, con el mogollón de los números. Hay quien llama para que le den información de un centro de salud y le dicen que el teléfono no existe, que el abonado a cambiado de numero, es decir de compañía. Como Telefónica era compañía estatal, la Junta rompió con ella para fastidiar a la Moncloa y contrató todos sus servicios con Retevisión, que es la competencia. ¿Que en las guías es más difícil encontrar el número de teléfono un hospital que una aguja en un pajar? Eso no importa. Lo importante es que al enemigo, ni agua, y a Telefónica, como es tan amiga de Aznar, ni un durito...
El pueblo de Chamizo
El pueblo de José Chamizo está en el Campo de Gibraltar, lo sabemos. Pero no nos referimos a este pueblo, sino a lo que entiende por Pueblo Andaluz el animoso cura que será Defensor del mismo otros cinco años más. ¿Es Chamizo el Defensor del Pueblo Andaluz? Pues por lo visto en estos cinco años, hay que matizar que de cierto pueblo andaluz. Es mayormente el defensor de los sectores marginales y desectructurados del pueblo andaluz. Del pueblo normal y corriente, de las gentes de pueblo que al fin y al cabo son el pueblo soberano, la verdad es que Chamizo, si es defensor, lo disimula bastante bien. O será que todo lo relacionado con esta estética ONG que tiene la Oficina del Defensor vende más políticamente que lo que se refiere a agravios de la Administración contra sectores no marginales ni desestructurados. Con todo, nos alegramos por la reelección. No se nos quita de la mente cuando el Defensor del Pueblo andaluz era un gallego al que todo lo de aquí le importaba un pimiento y que tomó la Oficina como un pretexto para hartarse de canapés todas las tardes en los actos culturales y sociales de Sevilla. (Hasta que Chamizo lleve veinte años, como el PSOE en la Junta, verán ustedes si le queda tiempo...)
Premios Amigo
Han concedido los premios Amigo a una serie de artistas. Por la suprema razón de las ventas de discos (véase sello de Carlos Cano en la primera columna de esta página), se los han dado a Manu Chao, a Manolo García y a U2. Ahora, que para premios Amigo, lo que de verdad se dice premios Amigo, de amigos para amigos, todo entre amigos y amiguetes, los premios de Periodismo de la Junta de Andalucía o los premios de Cultura 20001 de la Consejería del ramo. Esos sí que son premios Amigo, amigo. Si no eres amigo de los que dan los premios, te quedas sin él.