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Puntas del Diamante / Antonio Burgos Correo
El Mundo de Andalucía, sábado 22 de marzo del 2003 Ilustración de Idígoras y Pachi El último libro de Idígoras y Pachi
Andamios a la sevillana
A efectos de Andalucía y de los clichés de las imágenes castizas, todo se pega, especialmente lo de Sevilla en materia de fiestas religiosas y profanas. La Consejería de Cultura debería tener una Dirección General de Mantenimiento de las Identidades Locales, con poder coercitivo, con unos guardias como los forestales. ¿No se cuida el hábitat de los flamencos de Fuente de Piedra, no se preserva al lince en Doñana, no se protege el pinsapar en Grazalema y el camaleón en los albertianos pinares del Puerto? Pues del mismo modo se debería preservar la pureza del sentido local de muchas fiestas, ritos, tradiciones, arrasados por la universal popularidad de Sevilla, imitada en todas partes. Ya dije que Sevilla le ha quitado a Huelva las famosas "tres cositas". Tres cositas tiene Huelva que no las tiene Madrid... porque se las ha llevado Sevilla, que son El Rocío, Matalascañas y la Sierra de Aracena. Mas no siempre Sevilla se lleva las cosas. Hay muchas tradiciones locales que se entregan al centralismo estético sevillano sin que nadie se las apropie desde la capital. Las romerías de los santos patronos y Vírgenes, por ejemplo. Se están perdiendo los ritos locales, los cantos locales, los atuendos locales, para que toda romería sea como un Rocío. Un Rocío según Sevilla, además, esto es, un Rocío mediático según Triana. Hay romería de pueblo donde, olvidando todas las tradiciones locales, se imita al Rocío según Triana con los coros, con los atuendos, hasta en las medallas. Lo único que falta allí es Carmina Ordóñez.
Corren malos tiempos para las tradiciones cofradieras andaluzas. La Semana Santa de Sevilla y su modo de portar, de adornar y de construir los pasos ha arrasado con gran parte de las tradiciones cofradieras locales. Las imágenes se tallan en Sevilla, la orfebrería la hacen plateros de Sevilla, los mantos los bordan talleres sevillanos. Las cuadrillas de costaleros imitan a las de Sevilla. Y como quiera que este año Sevilla estrenará los tradicionales andamios de apuntalamiento ante la general ruina del caserío de su casco antiguo, quiere ello decir que corremos un grave riesgo. El teniente de alcalde de Urbanismo de la ciudad tradicional, Rafael Carmona, ha invitado ya a la incorporación del andamio a las tradiciones cofradieras: "Tenemos que ir acostumbrándonos a ver las cofradías con andamios al fondo". No, en Sevilla nos tendremos que acostumbrar. Lo malo va a ser en el resto de Andalucía, que con tal de imitar a Sevilla, las capillitas son capaces de llenar las calles de andamios, para que todo sea exactamente igual que en la capital. Me estoy viendo ese palio de un pueblo de Huelva, de Córdoba, o de Sevilla, pasando ante el "tradicional andamio" que han puesto, y a esos hermanos comentando llenos de gozo y de emoción de vivencias cofrades:
-- Mira, mira, igualito que en Sevilla...
Memoria de Andalucía La Andalucía de Idígoras y Pachi
Idígoras y Pachi en el archivo del humor de EL MUNDO
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Bailaoras y bailaores
En puesto testimonial, de no salir, de las listas municipales por Sevilla, cerrándolas, las últimas, dos bailaoras: Matilde Coral en la del Partido Andalucista y Cristina Hoyos en la del Partido Socialista. Por lo de copiar a Sevilla que pueden leer más en extenso en el texto central de aquí de la derecha, no me extrañaría pero absolutamente nada que Antonio Moreno llevara en las listas municipales de San Fernando a Sara Baras. Y en Granada pueden poner a elencos enteros del baile de la cachucha en las cuevas del Sacromonte. ¿Será por bailaoras? (No pasa con las bailaoras como con los bailaores. Por culpa de las bailaoras nos damos cuenta de que en las listas van muchísimos bailaores. No bailaores flamencos, sino algo mucho más típico y castizo: los fidelísimos, amaestrados y utilísimos bailadores del agua de las ejecutivas de los partidos, que saben que si no les bailan el agua al Zarrías o al Caballos de turno no van en lista ni locos...)
A media asta
En el Ayuntamiento de Sevilla, banderas a media asta por la guerra. Eso está muy bien. Y que le pongan un crespón negro a la Giralda, como en la copla de Juanita Reina, que quedaría mucho más redondo. Pero cuando acabe la guerra, deberían dejar las banderas ya siempre así. Banderas a media asta por los sevillanos que tienen el alcalde que se merecen. Sevilla está para una arriada. Para una arriada de bandera.
Ayala y Alberti
Es una maravilla lo que ha ocurrido con el maestro de narradores andaluces, con don Francisco Ayala: que a sus 98 años haya podido presentar los actos que van a celebrarse en el 2006 con motivo de los 100 años de su nacimiento. Nos ha recordado a don Ramón Carande, que por poco llega a cumplirlos. Y nos ha recordado el deseo de Rafael Alberti, que también hubiera querido contemplar su propio centenario. El respeto por la obra del novelista granadino debería traducirse, por ejemplo, en la general lectura de "La cabeza del cordero".
Paulino Plata, el consejero de Agricultura, anunció en el Parlamento Andaluz que le van a quitar los 149.814 euros de subvención de fondos de la Unión Europea que le dieron a un empresario de Santa Bárbara de Casas, el cual, en vez de poner algo de cultivos tempranos y de exportaciones agrarias, montó un puticlú. No hay derecho. ¿No hablamos de empresarios emprendedores y de innovaciones tecnológicas? ¿Pues qué más innovación quieren que dedicar los fondos de cohesión al fomento del oficio más viejo del mundo? En toda Europa no hay gente con tan poca vergüenza como aquí. Se debería aprovechar esa construcción de Santa Bárbara de Casas para montar allí una reserva de sinvergonzones torpes, como la del lince en Doñana. Porque los sinvergonzones listos no necesitan ninguna preservación, cuentan ya con toda la protección oficial.
Aquí a la izquierda dejamos la consideración de lo que el resto de Andalucía copia a Sevilla. Y aquí empieza otra consideración, con resultado no menos triste: lo que imita Andalucía a Catalina y a las Vascongadas. (Que así debemos llamar a la Comunidad Autónoma Vasca. El día que ellos le llamen Güerva a Güerva y Cai a Cai le llamaremos nosotros Euskadi a las Vascongadas. Como el día que digamos que los ingleses hablan english escribiremos que en las Vascongadas . Se habla euskera y no vascuence.) Lo que imita Andalucía de las Vascongadas y de Cataluña no es ese topicazo de que la feria de Sevilla la inventaron un vasco y un catalán. Es que la Junta de Andalucía copia a las Vascongadas en sus pujos de una política exterior propia, como si esto fuera un Estado. Seis viajes oficiales lleva ya hechos Chaves a Marruecos, como si fuera el jefe del Estado Andaluz que soñaba Blas Infante y para el que pedía la exclusiva de las relaciones diplomáticas con los países árabes. Como Chaves ve que Ibarreche va por ahí de jefe de Estado, no quiere ser menos soberanista (pero de Soberano de González Byass), y se va a Rabat. Seis viajes ha hecho, ¿no? Bueno, pues creo que regalan un fin de semana para dos personas en un hotel de ensueño de Marraquech con todos los gastos pagados a quien sepa decir en qué han mejorado con esos seis viajes, seis, las condiciones del cierre de los caladeros marroquíes a los barcos andaluces, o de qué modo ha disminuido el trágico envío de pateras con inmigrantes ilegales hasta las costas de Tarifa o de Almería.
Toros ensogados
Eso que dicho queda antes de este titulillo, por lo que respecta a las Vascongadas. Y por lo que respecta a Cataluña, en vez de copiarles la productividad o todo aquello que Pujol viene a admirar en Lepe y en Cartaya, les copiamos la demagogia de la política ecologista del buen trato a los animales. Y no a unos animales cualesquiera, sino al animal totémico de la cultura andaluza: al toro. ¿De qué vale declarar bienes de interés cultural los toros de madera de Osborne en las carreteras, si luego se prohiben las fiestas tradicionales de toros de los pueblos? Que los catalanes prohiban los toros ensogados y de fuego, derribando como están las plazas y persiguiendo a la Fiesta como españolista, puede tener alguna explicación. Donde no la tiene en molado alguno es en una tierra tan taurina como Andalucía. Ojo, que se empieza prohibiendo las fiestas populares de toros ensogados y se acaba atacando las raíces de la Fiesta. Así empezaron en Cataluña y han derribado ya no sé cuántas plazas de toros...
El indio y la ministra
Estreno de la película de Dominique Abel sobre el arte flamenco de Las Tres Mil, en el Teatro de la Maestranza de Sevilla. Abucheo previsible (guerra aparte) a quien encima llega media hora tarde. Estaba allí la ministra Pilar del Castillo y estaba el indio de Las Tres. ¿Quién estaba en verdad haciendo el indio? ¿El indio o la ministra?