Diario El Mundo Pinche para conectar con la mejor Guía de Sevilla

Sevilla con sevillanos

y Puntas del Diamante

 Antonio Burgos

El Mundo de Andalucía,  domingo 16 de mayo de 1999


Cristina Hoyos, última de la lista, primera de la fila

Cristina Hoyos, por Elke

La bailaora Cristina Hoyos va la última en la lista del PSOE para el Ayuntamiento de Sevilla

 

Cuando Elio Benhayer, que estaba allí, escriba sus memorias, quizá descubramos lo que de Cabo Kennedy de nuestras las artes andaluzas tuvo el Pabellón Español de la Feria Mundial de Nueva York. Desde Fernanda a Bernarda, desde Manuela Vargas a Enrique el Cojo, desde Nati Abascal a Ana María Abascal, descubiertas allí por Elio, aquel Pabellón en el Nueva York de 1964 fue el Descubrimiento de América al revés: el descubrimiento de Sevilla en América. Y aquel pabellón, en el elenco de Manuela Vargas, fue una niña del Corral del Trompero que quería ser artista. La hija de un albañil y una costurera. El padre había comprado una radio Marconi, a plazos, y cuando la radio sonaba, la niña se ponía a bailar y venga a bailar en el corral. La niña quería ser artista. Así que vamos a llevar a la niña a que aprenda bien en la academia de Adelita Domingo. Y la niña, al poco tiempo, zas, en el Teatro San Fernando, los domingos, en "Galas Juveniles" con Rivas y Gardey, y con Cipriano Lázaro, y con Angelita Granja, y con Luis Murillo. Y más tarde, la niña que llevaba ya todos los días un jornal a su casa desde que empezó a trabajar en el cuadro de "El Patio Andaluz", junto al Hotel Venecia, en una Plaza del Duque donde aún no habían derribado los Almacenes de Fernández y Compañía y la casa de Sánchez-Dalp para hacer El Corte Inglés.

En los Nueva Yores, ojú, qué frío, destacó aquella niña que bailaba con Manuela Vargas, bajita, así con carita como de japonesita, pero con mucho arte. Se llamaba Cristina Hoyos. Se acabaron las hambres del corral, aunque empezaron las fatigas de artista. De momento, Cristina Hoyos no volvió al Patio Andaluz a bailar para los turistas en el cuadro después del mariquita que salía haciendo "El Antequerano" y de los otros dos, Los Hermanos Salao, quizá, que salían de castellanos, eso que ella se hacía la tonta y el otro le daba en el culo vestido de cuadro de Zuloaga. De momento Cristina Hoyos vino de los Nueva Yores colocada en "El Duende" de Gitanillo de Triana, cuna del arte, donde llegaba por las noches Pastora, ¿qué Pastora va a ser?, Pastora Imperio, y donde iba Doña Concha, ¿qué Doña Concha va a ser?, Doña Concha Piquer. Y allí en El Duende, Antonio Gades, que estaba formando compañía, la vio bailar por soleares, mover la bata de cola. Y ya la carrera de aquella niña del Corral del Trompero, de la que había enseñado Adelita, entró por donde debía: por la puerta grande de la danza española. "Bodas de sangre", "Carmen", "El amor Brujo", la película con Carlos Saura. Giras y premios. Cristina ya no era la niña del corral. Por seguiriyas, era "Carmen", era la novia de "Bodas de sangre". Aquí y en Tokio. En las óperas del mundo, con Gades, con Cristina del Sol, con Paco de Lucía. Un nombre de Sevilla que como estaba tan lejos y tan alto, en Sevilla casi ni se acordaban ya de aquella niña de Adelita Domingo que había empezado en Galas Juveniles.

Pero Cristina no podía quedarse siempre de primera bailarina con Gades en el Ballet Nacional de España y montó su propia compañía. Arsa y toma. Seguía en sus brazos, en sus pies, la misma frescura de la fuerza que tenía cuando de niña bailaba mientras sonaba la radio Marconi en el corral del hambre, mientras en el fogón freía el pescado Antoñita la de Ayamonte, la que limpiaba la comisaría de la plaza de Refinadores. Toda aquella Sevilla de verdad, no inventada, vivida, era la que Cristina sacó siempre al escenario y puso en primer plano en sus propias coreografías, como la que hizo para la película "Montoyas y Tarantos" de Vicente Escrivá, una de sus primeras obras en solitario. O en "Ritmos flamencos", o en "Sueños flamencos", los espectáculos con los que dio media vuelta al mundo y la vuelta entera al otro medio. Sin dejar nunca de ser tan Sevilla.

Así que lo siento por quienes esperaban un retrato al viotriolo de Cristina, la última de la lista del PSOE para el Ayuntamiento de Sevilla. Cristina tiene tanto arte y es tan señora que puede ir hasta en la lista de lotería si le da la gana, que será siempre la primera de la fila. Anda que no...

-----------Puntas del Diamante-------

DOS NIÑAS EN LA CALLE VÍRGENES.- En los años cincuenta, en la acera de los impares de la calle Vírgenes de Sevilla, vivían a pocos metros dos niñas que querían ser artistas, cada una en lo suyo. En la parte baja de la cuestecita de la calle, en el Corral del Trompero, Cristina Hoyos, escuchando sevillanas del "vele, vele" en la radio Marconi de su padre. Un poco más arriba, en la esquina de San Nicolás, en casa de don Manuel Laffón el médico, Carmen, una niña que se pasa las horas y las horas pintando. Andando los años, las dos serán las artistas que quisieron ser y llevarán el hombre de Sevilla por el mundo.

TÍA Y SOBRINA.- Pase usted una vida entera entregada al arte, Cristina, para que ahora sea conocida como la tía de una niña modelo, novia de no sé quién, carne de "Tómbola". Es la crueldad de la prensa del corazón. Cristina Hoyos, que aunque amó nunca pregonó los dictados de su corazón, acaba de ser descubierta ahora como la tía de una modelo.

LA TÉCNICA COMO LIBERTAD.- Cristina sabe que el mundo del flamenco está en ebullición. ¿Qué parecido hay entre la guitarra de comienzos de siglo y la de Paco de Lucía? Y ha llevado al baile esta evolución, genialmente. Mujer segura, en la técnica encuentra la seguridad para poder expresar todos sus sentimientos con la libertad de la creación: "De flamenco no se entiende; el flamenco se siente. El que está en la butaca tiene que sentir que lo que tú estás haciendo es algo fuera de lo normal". Y es que esta Cristina es una sevillana fuera de lo normal. Verán...

NUESTRA OLIVIA NEWTON-JOHN.- Cristina, mujer segura, ha tenido la terrible enfermedad de las mujeres, el cáncer de mama, y la ha vencido. Aviado iba el cáncer de mama, no sabía quién era Cristina Hoyos, pues no es nadie Cristina Hoyos... Su lucha ha sido y es la esperanza de muchas mujeres: "Siempre pensé que me podía curar. Estando con el tratamiento de quimioterapia me subí a un escenario a bailar, porque para mí era vital seguir viviendo". Viviendo y bailando. El baile es su vida y en el baile la encontró. Esta búsqueda es desde entonces un ejemplo y una esperanza para muchas mujeres.

Cristina Hoyos en Internet:

El Ballet de Cristina Hoyos: http://www.trajana.com/

Cristina Hoyos, por José Manuel Caballero Bonald: http://www.montpellierdanse.com/html/cv_hoyos.html

Mujeres Españolas contra el Cáncer de Mama: http://www.amama.org/

 

 

 

Volver al indice de la seccion "Sevilla con sevillanos"

ABEL INFANZON "LA ESE 30"

 

 

   


Volver al comienzo de esta página

Regresar a la pagina principal

El Mundo, edición íntegra en Internet

 

Enviar correoCorreo

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España.