Antonio Burgos / El Recuadro

El Mundo, 11 de noviembre de 1996

Antonio Burgos

Los acentos del himno de Andalucía

 

Cuando empezaba la ola de coros rocieros que nos invade, Gualberto dejó su citar indio y se metió en esas movedizas arenas de las sevillanas y las rumbitas. Se puso a dirigir un coro en Triana. Tras afinarlo, la emprendió con los acentos bailados. Me dijo:

-- Me da un coraje tremendo oír que cantan "hermano máyo en Triana", con el acento bailado, como si fuera el mes de mayo, en vez de "hermano mayor en Triana"...

En nuestra tierra se bailan las sevillanas pero mayormente se bailan sus acentos. Cualquier sevillana corralera lleva sus acentos bailados, "blanca es la platá". El ejemplo antológico pueden ser las sevillanas que cuentan la historiá de Filigraná. Por andaluz por los cuatro costados, el Himno de Blas Infante, cuya armonización cobra el Maestro Albero en la Sociedad de Autores, está lleno de acentos bailados. Yo no sé si es defecto de la partitura original, que tenía Luisa Infante en un libro de Casés Carbó que había en Villa Alegría de La Puebla, o si es por causa de cómo tras la restauración de la democracia el himno comenzó a ser cantado, en aquella primera grabación con un coro de Heliópolis que organizó el PA, en un single que se grabó en el estudio que tenía Josele por la Puerta Carmona. El caso es que no he visto más acentos bailados que los que lleva nuestro Himno. Cántenlo por lo bajini y se darán cuenta. No hay preposición, pronombre o artículo que no lleve el peso del acento musical, desvirtuando el canto llano: "Vuelvetrás siglos de guerra". Lo más rechinante es lo de la segunda letra, tras el estribillo: "Los andá lucés queremos"... "Vólver a ser", "Hombresdé luz..." "almadé hombres les dimos", etc.

Así estaba el himno, con los acentos más bailados que Macarena, cuando llegó Rocío Jurado en La Lola se va a los Puertos y con el arreglo por tarantos que hizo Jesús Bola demostró que el Himno se puede cantar perfectamente sin los acentos picaditos, y que así lo entona cualquiera. Lo mejor de esa película de Rocío fue cuando, con Juan Valdés en el papel de Blas Infante, llegó y cantó no "los andá lucés queremos", sino eso tan llano de "los andaluces queremos". Ahora, el Parlamento Andaluz ( o sea el Parlá Men Andá Luz) ha aprobado hacer una versión oficial del himno, dicen que para acabar con adaptaciones pachangueras que causan sonrojo. Ocasión de oro para que se logre una versión realmente cantable por todos, que no haya que ser Plácido Domingo para interpretarla, y con todos los respetos me parecen que los tiros van por los tarantos de Jesús Bola, el hombre que piso los acentos en su sitio. Claro que también son ganas de meterse en libros de caballerías. Hay otros acentos cambiados en el Himno, mucho más importantes que los musicales, y nadie ha dicho nada de ellos. Por ejemplo, es curioso cómo un señor particular cogió la partitura, hizo una armonización y la inscribió a su nombre en la Sociedad de Autores, que es como si yo cojo el escudo de Hércules y los leones y lo apunto como mío en el Registro de la Propiedad Intelectual. Devolver la paternidad del himno y sus derechos de autor exclusivamente a Blas Infante y al maestro Castillo debería ser la primera labor del Parlamento. Claro que tampoco guardo muchas esperanzas en esta tierra de paz e ídem. Antes que en el Himno hay que creer en Andalucía. Mientras en la Olimpiada de Barcelona lo que sonaba era Els Segador, aquí en la Expo el Himno brilló por su ausencia. A efectos del nacionalismo, muchos de los que viven a costa de Andalucía en la Junta son de una cofradía de silencio. Su himno es: "Come y calla".


 

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