Radio Nacional, con el síndrome UCD

Una Radio Pública no ha de ser una radio
del Gobierno, pero tampoco contra el Gobierno

Entre el entierro del padre de un amigo en Cádiz y un asunto familiar por la parte de Huelva, tuve que pasarme el otro día casi la jornada en carretera, que es cuando con mayor tranquilidad podemos empaparnos de la radio como compañera de viaje. No es lo mismo poner una emisora a salto de mata, en el cuarto de baño, mientras se hacen las tostadas del desayuno, con el reloj encima, que escucharla tranquilamente y casi por obligación, boletín horario tras boletín horario. Llegas a coger hasta una cierta confianza con los locutores de continuidad, y cuando los oyes, te dices:

- Hombre, éste es el mismo que leyó el boletín de las diez...

Y uno tras otro tuve que tragarme la apertura de todos los boletines, ¿a que no se imaginan ustedes con quién? Pues con González. Iba a ser proclamado campeón mundial de la concordia en Kosovo, y la emisora no hacía más que cantar sus glorias como heraldo de la paz en el orbe. Y no había terminado la noticia de González, boletín tras boletín en la apertura, cuando venía otra en la que los aceituneros altivos largaban contra la ministra Loyola de Palacio por cuestión del olivar. Noticia que encadenaba con una tercera, en la que con motivo del Congreso de la UGT, el partido del gobierno era puesto como no quieran dueñas. ¿Qué emisora era la que tenía sintonizada en los coches que me llevaban por las carreteras, que de tal forma alababan al felipismo y criticaban al gobierno? ¿La Cadena SER acaso? Frío, frío... ¿Onda Cero, quizá, que ya se sabe que la ONCE es muy adicta al gobierno... anterior? Frío, frío, como el agua del río...

- Como la COPE, no creo que fuera, salvo que ciertos obispos se hayan salido con la suya, déjese ya de rodeos y de circunloquios y díganos qué cadena era...

Pues era ni más ni menos que Radio Nacional de España. Hay veces en que oyes Radio Nacional de España y te parece que estás oyendo la SER. Como oyes la SER y te parece que estás oyendo Radio Nacional de España. No sé cómo dicen después que este gobierno manipula los medios públicos de comunicación. Será manipularlos en su contra, en todo caso... Por el que yo llamo el Síndrome UCD. El Síndrome UCD consiste en ser más papistas que el papa en cuestión de objetividad, independencia, y defensa plural de todas las opciones, para lo cual se entregan los medios a los adversarios, para que no digan y no vayan a decir... Pero una cosa es que la oposición tenga su voz y otra muy distinta es que parece que desde los medios públicos se defienden sus intereses hasta tal punto que se sienten en la obligación de arrear candela y estopa al gobierno en cada noticia. En Radio Nacional de España hay muchos grandes profesionales, independientes, objetivos, que no dependen ni del gobierno ni de la oposición, sino sólo de su buen oficio. Pero no sé lo que ocurre, que se oyen unos servicios informativos bastante pro-gubernamentales, entendiendo por pro-gubernamentales los intereses del anterior gobierno y no del actual. Catorce años son muchos años, lo sé, y la rutina es la rutina, pero hay veces en que oye uno Radio Nacional y parece que siguen en la Moncloa los mismos que estaban antes del triunfo del PP.

Cierto que una Radio Pública no ha de ser una radio del gobierno. Pero no menos cierto que no debe ser una radio contra el gobierno, como muchas veces ocurre en Radio Nacional. Yo me quedo de piedra cuando veo que felipistas muy cualificados y con carné siguen teniendo sus programas-estrella, donde llevan de artistas invitados a todos los relumbrones de la galaxia del polanquismo. ¿Hizo igual el PSOE? ¿Daba el PSOE en Radio Nacional programas estrellas a quien fuera, no ya militante del PP, sino siquiera medio conservador o un poquito liberal? Antes por la manipulación del gobierno y ahora por un mal entendido sentido de la pluralidad, la verdad es que los felipistas de Radio Nacional siguen estando en el machito, hijos, qué habilidad.

Por Andalucía, los sindicatos de Canal Sur han distribuido las consignas que dan los gerifaltes del felipismo en la televisión pública autonómica: "En las informaciones siempre debe terminar hablando alguien del PSOE; impedir dar una información si no hay una reacción de los socialistas; no buscar reacciones de otros partidos políticos si la información proviene del PSOE; no emitir una información si no habla en consejero de turno; relegar las cifras del paro si no son buenas para Andalucía..." ¿De verdad que son sólo de Canal Sur estas consignas? Oyendo la radio en carretera, en la que en cuantito hablaba la ministra de Agricultura salían cuatro tíos poniéndola verde, diciéndole que no tenía ni idea del olivar, y en la que los de la UGT largaban lo que querían contra el Gobierno sin que a nadie del Gobierno le dieran vela en aquel entierro, pensé en ese señor que hizo un informe sobre cómo el PP está haciendo el panoli con Radio Nacional. La mejor demostración de que es verdad cuanto decía es que lo pusieron de patitas en la calle. Por decir la mitad de la mitad de cuanto comprueba quien, metido en carretera, tiene que oírse cuatro boletines horarios uno detrás de otro. Hijos míos: ser plurales no significa ser gilipollas... * .

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