Tony Blair desoye al Foreign Office

¿Tan pito de un sereno es el Foreign Office que
ni el premier británico lo tiene en cuenta,
y se viene a España de vacaciones?

Resumen de lo publicado. Patricia, una española que trabaja en un banco de Londres, viajera frecuente de British Airways, tiene una morterada de puntos acumulados y decide aplicarlos para sacar en plan gratis total un billete a Madrid. Días después de hecha la reserva, recibe una carta del programa de como se diga en inglés lo de Iberia Plus alertándole de los peligros de viajar a España, por la alta inseguridad ciudadana de Madrid, cosa que cómo será, que hasta la ha alertado el Foreign Office, de modo que, mire usted, señorita, viene a decirle la carta, mejor que desista y que se busque otro destino más tranquilito que España, nosotros le cambiamos el billete sin ningún recargo, le sirven los mismos puntos de viajera frecuente y le recomendamos que, si no se fía de nosotros, llame a un teléfono que le vamos a dar del Departamento de Asuntos Exteriores del Gobierno de Su Graciosa Majestad, que verá cómo no nos dejan por embusteros. Y Patricia, que es muy española y es muy suya, tira la carta directamente a la papelera, recibe después una llamada de la compañía aérea, donde vienen a decirle que si está loca, que a quien se le ocurre ir a España con la que está cayendo de atracos, de violencia, de robos y de and so on, que es como se dice etcétera en inglés.

Segundo capítulo. Antonio Burgos escribe en ÉPOCA un artículo sobre lo ocurrido a Patricia y muestra su sorpresa ante esta tradicional campaña antiespañola de los ingleses. Más sorprendido se muestra todavía de que Abel Matutes, nuestro ministro de Exteriores, no haya dicho ni pío de protesta contra los ingleses, con lo que sabe del sector turístico, ni la Embajada del Reino de España en Londres haya tomado cartas en el asunto, vamos, ni cartas de Heraclio Fournier ni Carta Blanca de la casa Agustín Blázquez...

Tercer capítulo. No se sabe cuál es mayor, si la zozobra de Patricia, que escribe a Antonio Burgos dándole las gracias por el artículo y deseándose que se arregle la cuestión, o la perplejidad del propio Burgos, que estando viendo las cofradías en su pueblo, en la madrugada del Viernes Santo, ve aparecer a la mujer de Tony Blair (o sea, a la hija de la suegra de Tony Blair), en el balcón del capiller de la basílica de la Macarena, para contemplar la salida de la Nuestra Señora de la Esperanza, venerada imagen de la que tanto el primer ministro británico como su señora esposa deben de saber bastante, pues aunque no creen en la autoridad del Papa de Roma, sí profesan, en cambio, la universal fe de Los del Río que mundial hicieron el nombre de la peregrina Virgen sevillana, ay, Macarena.

Cuarto capítulo. La perplejidad de quien escribió aquello de las recomendaciones del Foreign Office a los viajeros ingleses nada románticos aumenta cuando ve que el propio Tony Blair aparece en Sanlúcar de Barrameda en unión de don José María Aznar. Y comprueba el tal y repetidamente citado Burgos cómo, desoyendo las recomendaciones de su propio Foreign Office, y, so pretexto de la paz en eso que según Arzallus es igualito al País Vasco, pero sin boina, o sea el Ulster, el tal Blair no solamente viene a España, sino que, además, se pone hasta la corcha de manzanilla de Sanlúcar por cuestión del brindis.

Capítulo de otrosí. Otrosí, que este Blair está que no para. No bien acaba su estancia en el Coto de Doñana (Botella), cuando coge el camino y se va a Córdoba la llana, a Córdoba lejana y sola, que ni está lejana ni está sola, porque está cerquísima de todos los telediarios de la BBC y está llena de reporteros que le hacen fotos y retratos, ora con la guitarra de su amigo Paco Peña, ora llevando la silla de ruedas de su señora suegra cabe la musulmana Mezquita, ay, que se me saltan las lágrimas ante tan conmovedora y enternecedora escena familiar (hay que trabajarse el voto de todas las suegras británicas, que son muy defensoras del gremio al que pertenecen...) ¿ Pero en qué quedamos? ¿No era España tan peligrosa? ¿Qué es lo que pasa aquí? ¿Tan pito de un sereno es el Foreign Office que ni el premier británico lo tiene en cuenta, y se viene a España desoyendo sus recomendaciones y los miedos que mete en el cuerpo a los que quieren venirse aquí de vacaciones?

Capítulo de ahora caigo. Ah, sí, ahora caigo. No es nada de lo que pensábamos. Lo que pasa es que la del Foreign Office no es una campaña antiespañola, sino antimadrileña. De la inseguridad del Córdoba o de los tirones a los turistas junto a la Mezquita no han dicho nada, como tampoco de los atracos en Sevilla en los alrededores de la Macarena. Meten miedo con la inseguridad de Madrid, pero de la manzanilla de Sanlúcar ni de las calles de Córdoba y las clases de guitarra dicen ni media palabra. Por eso Tony Blair no ha puesto un pie en Madrid, claro, para no desautorizar a los suyos, que le han lavado el coco, como a tantos de sus paisanos, contra la capital del Reino de España. Como que estoy por pensar que esta inquina del Foreign Office contra la ciudad de Madrid es porque allí hay un señor que se llama Mister Arsa You... *

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