Una España de diseño

"Tenemos una Monarquía de Diseño con una Constitución de
Diseño que tienen éxito por ese carácter de invento afortunado"

Me he quedado perplejo. El Rey ha entregado los Premios Nacionales de Diseño cuando todos los Premios Nacionales de Diseño de este año, de los pasados y de los venideros, se los ha ganado a pulso Don Juan Carlos. De modo que solamente me explico que el Rey entregara las estatuillas a Amat 3, a Camper y al catalán Peret (no el de las rumbas, sino el escultor) en tanto en cuanto Su Majestad es estrictamente el Diseñador Mayor del Reino de España. El gran éxito de la Monarquía en España es que Don Juan Carlos hizo una Corona de Diseño. Horas antes de que se celebrara su solemne proclamación como Rey ante las Cortes Generales del franquismo, el olvidado Ezequiel Puig Maestro-Amado estaba en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo con otros gerifaltes de antaño de la Cámara orgánica y al contemplar que estaba allí en el estrado la Corona propiamente dicha, cogió y se la probó.

-Pues pesa más que la que yo llevaba de Rey Mago- comentó con sorna, sevillano y guasón, Puig Maestro-Amado.

Algo le tendrían que contar al Rey de la anécdota y del peso de la Corona, porque la Monarquía que diseñó a partir de entonces no tiene nada que ver con la histórica. Son tiempos light y Don Juan Carlos ha inventado el juancarlismo, que son los monárquicos bajos en calorías de la Historia y con cero de materia grasa de cuestiones dinásticas y morganáticas. Aunque a los que vamos por el plan antiguo no nos gusta nada, debemos reconocer que el mayor mérito popular de esta Monarquía es cuanto tiene de diseño de nueva planta. Por ejemplo, a Don Alfonso XIII le costó el Trono no haber comprendido a los socialistas a partir de la Huelga General de 1917 y su augusto nieto se ha consolidado en el Trono precisamente por reinar encantado en el país de las maravillas gobernado por los socialistas. Están muy contentos los juancarlistas porque el Rey no tiene Corte, cuando en verdad sí que la tiene: una Corte de diseño, no formada por Grandes de España, sino por aficionados a la vela, a la moto, a la escopeta, al esquí o al tenis.

Y del Rey abajo, todo es de diseño en España. Se ha celebrado el XX aniversario de la Constitución y los padres de la Carta Magna han sido paseados por las televisiones y por los periódicos como unos diseñadores de moda. Gabriel Cisneros hablaba de la concordia constitucional como Toni Benítez pudiera hablar del vestido de una novia, y Solé Tura hablaba de las dificultades del conseso como Adolfo Domínguez se podía referir a la belleza de la arruga. Tenemos una Monarquía de Diseño con una Constitución de Diseño que tienen este éxito justamente por ese carácter de invento afortunado. Tan bien ha salido el diseño de esta Constitución, que, pese a todos los intentos de acortarle la falda o echarle unos añadidos, está durando bastante más que otras que pasaron inmediatamente de moda, y mira que eran modernas: como la de 1812, que estaba cortada al puro estilo de los patrones franceses; o como la de 1931, que era tan avanzada que decía que España era "una República de trabajadores"... con lo poco que nos gusta aquí doblarla.

Todo político, sin saberlo, es un diseñador. Julio Anguita ha dejado diseñado el futuro de algo que suena tanto a pasado como Partido Comunista de España. Cuando en los figurines de la moda del este vino el modelo de caída del Muro de Berlín, el diseñador Anguita modeló Izquierda Unida. Como ahora ha diseñado a Francisco Frutos. Borrell es un candidato de diseño, goyesco si me apuran, por aquello de que el sueño de la razón de las primarias engendra monstruos. El éxito de Aznar es haber diseñado el PP con los retales de Alianza Popular, para ahora diseñar la bonanza económica con los números rojos que nos dejó el dispendio de la Cultura del Pelotazo.

Que el diseño es fundamental lo saben hasta esos que llaman violentos. Cuando vieron que Herri Batasuna había quedado anticuada, diseñaron eso que suena como Escalerita Rock, que es lo mismo, pero con un nombre más difícil todavía de pronunciar. Animados por el éxito de su nuevo diseño, diseñaron luego la tregua en los asesinatos, los secuestros y las extorsiones. Comprenderán ahora mucho mejor la cara de circunstancias que pone ante todo esto Jaime Mayor Oreja si les digo que el ministro del Interior contempla el espectáculo de los nuevos diseños de los antiguos asesinos con la incredulidad con que asistimos a un desfile de modelos de Agatha Ruiz de la Prada:

-¿Pero habrá quien se atreva a ponerse eso?

A Jaime Mayor le ocurre igual. Ve los modelitos de diseño de tregua que desfilan por la Pasarela Cibeles de la ETA, y, conociéndolos como los conoce, dice con incredulidad para sus adentros:

-¿Pero habrá algún asesino que se atreva a ponerse ese modelito de paz?

Modelito de piel. De piel de cordero, naturalmente. *

Volver a Página Principal Portada del último número de EpocaEpocaEl último número de la revista, en Internet