¡Albricias, el virus telefónico!

"Por favor, díganme cómo hacerme con ese virus,
para inocularlo al móvil de todos los horteras de España"

Como en el sueño de Orwell, hemos humanizado las máquinas que nos rodean y nos hace más agradable la vida. La gente te habla de su coche como si fuera alguien de la familia, como las madres del niño que no le come. Cuando se habla del consumo de los coches, es como si todavía hubiese mecheros de gasolina y no fueran de gas, porque todo el mundo recurre a la metáfora Ronson:

-El mío gasta menos que un mechero. ¿Y el tuyo?

El ama de casa te dice de su lavadora:

-Creo que no está muy católica. Me está haciendo un ruido más raro. Verás tú como sea el tambor...

Claro que entonces vienen las que tienen la culpa de todas las desgracias del parque de maquinaria del hogar:

-Eso son las tatas, que se lo cargan todo. No dejan lavadora viva, claro, como le echan tanta lejía. Mira, la mía...

Hay radios que son como de la familia, y que incluso heredamos, como los tesoros queridos que son. Isabel mi mujer guarda como el tesoro que es el pequeño transistor que mi suegro usaba todas las noches para oír a José María García. A veces le pido su radio. Me dice:

-No, coge otra, que ésta es la de mi padre...

Y tiene razón. Es como si se profanara la memoria de la persona querida que se fue. Porque estoy convencido de que estos electrodomésticos vienen a ser los dioses hogareños, como los lares de los romanos. Ese televisor contemplado y venerado en familia, en el mejor sitio de la casa, ¿no es la estampa viva de la hornacina con la escultura de los dioses lares y penates en la casa romana? Lo digo, naturalmente, como una protesta de romanidad, uniendo mi voz a la Sociedad Española de Estudios Clásicos por la desaparición del Latín en los planes de estudio de Bachillerato (o como se llame ahora), querido profesor Rodríguez Adrados.

JUBILAMOS la vieja nevera como si la mandáramos al hogar del pensionista. Hablamos de los trastornos del aparato del aire acondicionado como de la bronquitis crónica del abuelo. Y hasta tal punto hemos humanizado las máquinas, que ya hasta tienen enfermedades humanas, como los virus de los ordenadores. Los chavales saben de virus de los ordenadores casi tanto como de las Spice Girls, y te hablan de ellos como microbiólogos en un congreso presidido por alguien al que están a punto de darle el premio Nobel:

-No, el Melissa es mucho más dañino que el Ebola...

Como los huracanes del Caribe, los virus informáticos tienen nombres de mujer. De suegra, diría yo más bien, porque no sé si se han fijado que ya los huracanes no tienen nombres de mujer, porque dicen las feministas que eso es machismo puro, ahora se llaman Hugo en vez de Inés o Elisabeth. Los chavales se saben todos los nombres de los virus informáticos, la perversidad de sus efectos. Los que dejan el disco duro como una patena y los que te mandan una imagen de fuegos artificiales cuando tratas de enviar un correo electrónico, como el Happy 99.

-Pues se conoce usted bien los virus informáticos, como cualquier chaval...

Es que en el correo electrónico tengo todos los días la Pasarela Cibeles de los virus. Los que están de moda y los que han dejado de estarlo. A mí la verdad, esto de los virus me parece como a una amiga muy pacata, que tiene su teoría:

-Mira, esto de los virus del ordenador es como el sida. ¿No se dedican a poner en Internet fotos guarras? Pues lo menos que le puede pasar al ordenador es que coja una enfermedad de ésas, claro, con tanta promiscuidad...

Lo que yo no sabía es que los teléfonos móviles, vulgo motorolas, también pueden tener virus. Me acabo de enterar por esa Cadena de San Antonio por lo moderno que son los correos electrónicos sobre virus. He recibido un mensaje que dice así: "Asunto: Virus en teléfonos móviles ¡URGENTE! Si recibes una llamada telefónica y tu teléfono móvil muestra la palabra UNAVAILABLE en pantalla NO RESPONDAS LA LLAMADA y cuelga inmediatamente porque si se contesta el teléfono quedará infectado por un virus, el cual borrara toda la información IMIE y IMSI de tu teléfono y de la tarjeta. El teléfono no podrá conectarse a la red y quedará inservible. Esta información ha sido confirmada por Telefónica Móviles, Nokia y Motorola. Por favor, pasa este mensaje a cuantas personas puedas".

¡Qu&Eeacute; maravilla! Naturalmente que mando desde ÉPOCA el mensaje a cuantas personas puedo. Por favor, díganme cómo hacerme con ese virus, para inocularlo al teléfono móvil de todos los horteras de España. ¿Dónde puede adquirirse bajo control ese virus telefónico, que me lo compro inmediatamente, cueste lo que cueste? Qué maravilla tiene que ser ir, por ejemplo, en el Ave, tener al lado al pesado hortera del teléfono móvil dándonos el coñazo, diciendo a su mujer que ya vamos por Puertollano y coger tu Amena, tu Airtel o tu Movistar, y, ¡zas!, largarle el virus "Unavailable" de marras y, adiós, pampa mía, fastidiarle el teléfono per secula secolorum.

¡Qué tranquilos y descansados vamos a llegar en el Ave a Puerta de Atocha gracias al virus telefónico! *


Volver a Página Principal

 

Pinche para leer el Epoca de esta semana en InternetEpocaEl último número de la revista, en Internet