Por
lo que veo que se ha puesto de moda en la generación de los
Davises, de David Bisbal y de David Bustamante, habr� que buscar
urgentemente unos equipos itinerantes de estilistas para que, al
modo de las Misiones Pedagógicas de la Institución Libre de
Enseñanza o del teatro de La Barraca de Federico García Lorca,
recorran los caminos de los pueblos de España dando cursillos a
las madres sobre el modo correcto con que sus hijos pueden llevar
la camisa. Cada vez que veo a Bisbal o a Bustamante en actuaciones
o en entrevistas, llegando a un aeropuerto o saliendo de un hotel
rodeados de admiradoras quinceañeras que les piden autógrafos,
pienso en las madres de estos dos artistas. Deben de ser las
señoras más liberales y a la moda de España, con el reloj mejor
sincronizado con la hora exacta de las tendencias mundiales. De
otra manera no me explico que tanto Bisbal como Bustamante vayan
con sus trajes o sus chaquetas y lleven por debajo la blanca
camisa, pero con los faldones generosamente extendidos por fuera
de los pantalones. Habrán advertido por qu� pienso en las madres
de estos dos cantantes. Porque las madres de Bisbal y de
Bustamante seguramente no son como las otras, las madres
españolas de toda la vida, las que cuando ven que sus hijos se
van a la calle de tal guisa, con los faldones de la camisa por
fuera de los pantalones y por debajo de la chaqueta, les pegan la
bronca del siglo:
-- Hijo, ¿as� vas a salir a la
calle? ¿T� no ves que con la camisa de esa forma vas hecho un
adefesio? Anda, haz el favor de ponerte la camisa como Dios manda,
por dentro de los pantalones...
Sin embargo, cuando he leído que
David Bisbal ha abandonado la casa de sus padres y se ha ido a
vivir a un apartamento con Chenoa-mi-amor, he dudado seriamente en
la igualdad de liberalismo de faldones de las señoras madres de
ambos artistas. Seguramente la madre de Bisbal va más por el plan
antiguo de la bronca al niño que no se quiere remeter los
faldones de la camisa. Es que la est� usted viendo:
-- David, hijo, ven que te remeta
esos faldones de la camisa, ¿as� vas a salir con Chenoa?
Chenoa, que es más liberal que
la madre de David en materia de moda, no le da al chiquillo bronca
alguna, se ponga los faldones de la camisa como se los pongas.
Brindo mi descubrimiento a los cronistas de la materia, para que
sepan las profundas razones de ese nido de amor de Chenoa y Bisbal.
No es solamente el amor. Es que el muchacho estaba ya harto de que
su madre se siguiera creyendo que aún es un niño y le pegara
esos broncazos por el modo de llevar los faldones de la camisa.
Con Chenoa, David Bisbal no solamente ha encontrado la estabilidad
del amor, sino lo que buscan ansiosamente, sin conseguirlo,
cientos de miles de muchachos españoles de su generación: que
puedan salir de copas con los faldones de la camisa como tengan
por conveniente, sin recibir la absorbente reprensión materna. O
sin tener que hacer el parip� del "s�, mam�". El
parip� del "s�, mam�" consiste en que el muchacho,
tras recibir la maternal advertencia, cuando est� arreglado de
chaqueta para ir a una cena con unos amigos o a una fiesta, dice a
su madre con toda la falsedad del mundo:
-- S�, mam�, tienes razón.
Mira cómo ahora mismo me pongo la camisa como t� dices.
Y se remete los faldones, y
recibe un complacido beso de amor y despedida de la madre. Y coge
el ascensor. Pero no ha llegado al portal cuando, zas, ¡faldones
fuera! Y all� que sale de casa con la camisa como los nuevos
tiempos mandan.
De todo lo cual se infiere lo
muchísimo que ha influido Operación Triunfo en los gustos de los
españoles. No me refiero ya a las canciones que ha puesto de
moda, ni a la igualitaria posibilidad de que un muchacho
cualquiera llegue a la fama y a la riqueza directamente desde el
andamio. La gran revolución de Operación Triunfo es el cambio en
el modo de llevar los faldones de las camisas, por fuera de los
pantalones. Modo que debemos adoptar todos los españoles,
especialmente los mayorcetes. Miren cómo los padres no riñen a
los hijos por esto. Los padres sabemos que si se universaliza esta
moda en todas las generaciones, con los faldones de la camisa por
fuera disimularemos mejor este barrigón espantoso, por el que la
mam� del niño también nos da la bronca.

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