Antonio Burgos / El Recuadro

El Mundo, martes 26 de agosto de 1977

Antonio Burgos

"Lo que es" la moda del verano

 

No sé cómo a La Susi, con lo larga que es, menuda es ella, no es nadie La Susi, se le ha ido viva esta moda. Ha sido la verdadera moda del verano que ya da las boqueadas en plan vámonos que nos vamos. No sé cómo la moda se le ha escapado a Carmen Rigalt, que está en todo, ya en Marbella, ya en Mallorca, ya en Sotogrande o no ande, y no se le va una. Porque la verdadera moda del verano no han sido las mangas de los trajes sin mangas de Ana Botella, que siempre está manga por hombro hasta cuando va a Marivent; nada, esta mujer le tiene declarada la guerra al camisero y al traje de chaqueta. La verdadera moda del verano no ha sido llegar a fardar a la discoteca arabizante de Olivia Valere, con un pedazo de coche (probablemente alquilado), para que el de la puerta que está al liquindoi de famosos de fin de temporada, con el sonotone-gualquitalqui en la oreja como los escoltas del Rey, le diga a la relaciones públicas de dentro que llega uno que sale mucho en las revistas por la única razón de que sale mucho en las revistas, motivo por el cual está ganando unos jornales muy curiosos en las tómbolas y otras plantas televisivas de aprovechamiento de basuras.

La verdadera moda del verano ha sido "lo que es". Y me temo que sea la moda del otoño. Y, si Dios no lo remedia, la del invierno. Lo dicen los locutores de los informativos, lo repiten los señores a los que hacen una entrevista por la radio. Las marías y los pepes lo han hecho suyo con tal ardor que aquello de "a nivel" del comienzo de la transición era Lázaro Carreter puro de oliva comparado con esto. Aquel grito de guerra famoso de las marías al borde de la playa ha sido modificado. Las madres ya no dicen:

-- Vanesa, sarte del lagua, que te vá a dá argo...

No, ahora dicen:

-- Vanesa, sarte de lo que es el agua, que te vá a dá lo que es argo...

El "lo que es" entró como entraron Tarik y Muza en la península tras la batalla de la Janda: arrasando. Con la diferencia de que ahora no sabemos por dónde ha venido. Pero ha invadido España. Ya no vamos a la discoteca a tomar un cubata. Si quieren estar a la moda, deben decir: -- Vamos a lo que es la discoteca a tomarnos lo que es un cubata...

No vas por la Nacional 340. Circulas por lo que es la Nacional 340. No vas en un Opel. Vas en lo que es un Opel. Y no te paras a echar gasolina. Te paras a echar lo que es gasolina. No en la gasolinera. En lo que es la gasolinera. Como nada es ya lo que parece, todo es lo que es, afirmación innecesaria y (lo que es) imbécil en el ser de las cosas. El español perdió el "cuyo", que ya no lo dice nadie. Si Cervantes escribiera ahora El Quijote, empezaría: "En un lugar de La Mancha del que no quiero acordarme de su nombre". Claro que, en viendo la moda del verano, inmediatamente corregiría las galeradas del impresor Cuesta: "En lo que es un lugar de lo que es La Mancha..." Ni oprobio de mochilas con piedras, ni afrenta de carteles, ni nada. Envidio el fervor de los vascongados en la defensa de su lengua, ante este español cada vez más empobrecido y degradado, ora por los embates del inglés en todos los archiperres nuevos que te hacen cómoda la vida, ora por encanallamiento del habla cotidiana. Dos piedras, dos piedras de Zeanuri sin mochila cogía yo cuando escuchara a alguien perpetrando esta modita del "lo que es", pero para pegarle con ellas en toda la cabeza a quien lo dice: ---En lo que es la cabeza, querrá usted decir...

En cuanto al cartel, yo le ponía un cartel de Ondarroa a todo al que pillara diciendo "lo que es"... Un cartel que dijera: "He aquí lo que es un imbécil..." El español, que se quedó sin el pronombre "cuyo", se va a quedar ahora sin preposiciones. "Dentro del armario" es ya "en lo que es el armario". "A Córdoba" es ya "a lo que es Córdoba". Se va quedar también sin el adjetivo "mismo". "Déjalo en su mismo sitio" es "déjalo en lo que es su sitio". "Darle en la misma boca" es "darle en lo que es la boca". Bueno, pues ahí, en la misma boca (vamos, en lo que es la boca) habría que empezar a dar sopapos a todos los que repiten como loritos este verdadero sida que le ha entrado la lengua española sin que nadie tome medidas contra la espantosa epidemia. Yo creo que es algo...


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