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El Patrino de Rancaìno, con Rancapino |
Igual que una vez inventé la palabra Mienmano y otra el pellón como
unidad de medida de la mangoleta, acabo de acuñar una voz que describe a quienes han
tomado el poder a cualquier precio o pacto: el Progreserío. La palabra "progre"
y su resultante Mester de Progresía están anticuados. En el final de la dictadura, el
progre cumplió una importante misión civil a favor de la libertad. Había abogados
progres, arquitectos progres, profesores progres. Incluso colegios profesionales progres.
El progre tenía su uniforme de campaña para manifestaciones y recitales de Raimon:
trenca, pantalón de pana, botas Chiruca y "Triunfo" bajo el brazo. Sobrevenida
la democracia, no precisamente por su lucha, sino gracias a un bacilo de la gripe y a un
Borbón, el progre dejó el traje de pana y se puso el de Ermegildo Zegna, cambió el
chaleco a lo Marcelino Camacho por la corbata Gucci y se instaló en el poder. Sobre todo,
la parte del PCE que se pasó a los nacionales: del internacionalismo proletario, al PSOE.
Aun en el poder, tras renunciar a sus principios por un acta de diputado o una
concejalía, el progre siguió gozando de gran predicamento social. Por el axioma del
Principio de Almeida: todo lo progre es bueno por la sencilla razón de que cuanto no es
progre, es carca.
Ahora el antiguo progre se dedica
mayormente al Urbanismo, como beneficiario de los Pactos de Progreso. La progresía es una
profesión como otra cualquiera. Media España municipal y autonómica está en manos de
estos profesionales altamente cualificados para las contradicciones internas. Propongo,
pues, la voz "Progreserío" para designar a estos beneficiarios de los Pactos de
Progreso tan preocupados filantrópicamente por el Urbanismo. No vean lo contento que
está el Polanquerío con el Progreserío... Cuanto hace el Progreserío no solamente
está bien, sino que contribuye a la estabilidad y a la gobernabilidad de España. De
Europa no, porque ahora El Padrino de Rancapino no tiene interés alguno por Europa. Que, si no, también era muy bueno
para Europa.
Lo más progresista que ha hecho hasta
ahora el Progreserío ha sido mandar quitar los retratos de los Reyes en Mallorca, a la
orden de "se lo lleven". Grito de honda raíz democrática, como pueden
comprobar. Enlaza directamente con el "se sienten, coño" de los picoletos de
Tejero en el 23-F. En el asalto al Congreso, "se sienten, coño"; en el asalto
al reducto del PP en las Baleares, "se lo lleven". Sin coño, porque este
Eberhad Grosse del Progreserío es muy respetuoso con la Monarquía y cuando habla de los
Reyes no dice tacos. Y quita los cuadros con las profundas convicciones del Progreserío:
al día siguiente los vuelve a poner. Sabía que los alemanes habían tomado Mallorca,
pero no hasta el punto de que en IU mandara ya Eberhad Grosse, que tiene nombre de
candidato a la presidencia de Baviera, pero no de quitarle el sitio a los amiguetes de
Matutes. Ay, lo que estará sufriendo El Padrino de Rancapino después de decir que romper
la unidad de España pactando con los nacionalistas le repatea las tripas. Los sacrificios
que hacen por el Progreserío.
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