 |
El mono que es capaz de hablar 3.000 palabras a
través del ordenador |
Como hay ropa de verano y ropa de invierno, también hay articulismo de
verano y articulismo de invierno. Los articulistas del Madrid del XIX, en invierno,
escribían obligatoriamente el artículo de las castañeras. Los articulistas de la
Andalucía del XX, por el verano, hacían de rúbrica el artículo del jazmín o el del
búcaro de La Rambla. Ahora lo que más se lleva en la cocina de temporada del articulismo
es la elegía por el cine de verano. A ver si un día de éstos escribo una, que aún no
lo he hecho.
Como tampoco he escrito el artículo del
chimpancé. Todo el mundo escribiendo el artículo del chimpancé y este Burgos está
acarajotado, joé, que aún no ha escrito el suyo. Pues aquí está. Es marca de la casa:
artículo andaluz del chimpancé. Tengo que traer al joío chimpancé por aquí abajo,
como si viniera a visitar a sus primos del Peñón. Idígoras y Pachi, que sí han escrito
su dibujo del chimpancé, y de premio extraordinario, dicen que si el chimpancé tiene un
lenguaje de 3.000 palabras, ya habla mejor que muchos presidentes de fútbol. Lo de que me
sugiere que quien puede arreglar el problema de Alfonso el del Betis es el chimpancé.
Todo es cuestión de poner al mono al teclado del ordenata (como dicen los modernos) y
preguntarle:
--- Mono: ¿qué hacemos con Alfonso?
Y el mono va y dice:
-- De momento, que se quede aquí y vaya
pidiendo café y zumo de naranja.
Se ve que el chimpancé no ha venido por
Andalucía, y si es tan listo como dicen, debería hacerlo. Se pierde el pobrecito mío el
desayuno de mollete de Antequera con manteca colorá de Benaoján, o de pan de Alcalá con
aceite de primera presión de Baena. Es tan saborío que no pide una copita de su
coleguita el del Anís del Mono para matar el gusanillo. El chimpancé es un chimpancé
americano, berrendo en sargento de Marines de la base de Rota. Que tengan cuidado con él,
que a lo mejor quiere sustituir al general Clark y coge el teclado, se mete en el
ordenador del Pentágono y empieza a bombardear Kosovo otra vez.
Lo que no sé es a qué viene tanto lío y
tanto cuento con el chimpancé. ¿Qué es un chimpancé? Pues un señor cortito con agua
en capacidad de expresión y de comprensión, que llega por la mañana, se sienta en su
mesa de despacho y pide café. ¿Cuántos concejales-chimpancé hay en Andalucía, que lo
único que saben hacer es llegar al despacho y pedir café? Los que investigan el
chimpancé, ¿han estudiado bien la Junta de Andalucía? ¿Cuántos
funcionarios-chimpancé hay en la Junta, que sólo saben pedir café? ¿Y cuántos
consejeros-chimpancé? Sí, estoy reinando en ese mismo en el que está usted pensando,
que tiene, además, toda la cara de un chimpancé. Frío, frío, como el agua del río
Guadiamar... Y en los partidos, nada digo. ¿No ha dejado acaso Javier Arenas el PP de
Andalucía en manos de chimpancés-secretarios-provinciales? Porque el secretario general
de los andalucistas por descontado que es chimpancé total. Ese no sólo pide café, sino
que le va a por café a Chaves. (Desmiento contundentemente que Chaves sea un chimpancé
que puso aquí González.)
¿Ustedes no ven por lo que yo tenía que
escribir mi artículo del chimpancé? Si salió malamente, no tengo la culpa. Me lo ha
escrito mi chimpancé. Que como tiene paladar, hasta me pide el tío calentitos del
Postigo todas las mañanas.
|