Dicen que en nuestra cultura la tradición oral está rota. Que
pocas historias pasan de viva voz de padres a hijos, de pueblo a pueblo, a lo largo de los
tiempos, porque la gente ya casi ni habla, porque sólo se ve la televisión. Y si se
habla, es sobre lo que se ha visto en la televisión, no sobre el arrastre de los siglos:-- ¿Has visto lo que ha hecho ahora Antonio David?
Igual que antes nos sabíamos el romance de Gerineldos o
del Conde Arnaldos, ahora nos sabemos el romance de Antonio David, el romance de Ernesto
Neyra. Son los nuevos héroes del romancero andaluz. Libros, estudios, obras completas,
bibliotecas enteras no llegan al público en esta sociedad que no lee, que no habla, que
sólo mira el ojo de Polifemo de la televisión. Aunque a veces una sola frase, ¡flash!,
enciende el fogonazo del acierto y difusión y se transmite rápidamente. Renace entonces
la tradición oral, aunque sea en dosis homeopáticas, como del doctor Bogas de Córdoba.
En todo tiempo hacen fortuna las frases que se transmiten inmediatamente por tradición
oral. Una frase de antes: "Los Remedios fue puesto en un congreso de arquitectura
como ejemplo de lo que no se debe hacer". Otra, de ahora: "Sevilla es una ciudad
muy difícil". O: "Entre la Junta y las pensiones, Chaves tiene a la mitad de
sus votantes en plantilla, por eso no hay quien le arrebate la mayoría".
Y otra frase, de ayer mismo, de Isidoro Moreno: "Los
centros comerciales son las nuevas ermitas donde la gente va de romería los días de
fiesta que abren". No sé dónde el profesor de Antropología la ha dicho o escrito,
pero ya me la han comentado en siete mil sitios. Bingo. Es así. Un día habrá que hacer
la sociología de estas ermitas. Ermitas que, como es rojo, Isidoro Moreno no ha dicho que
tienen un Vaticano, que es el Cortinglés. Las ermitas de los centros comerciales son para
las romerías de los días de fiesta, de los puentes que en el año relucen más que el
sol. Pero el culto diario al consumo se oficia en el Cortinglés. La mejor
comarcalización de Andalucía es la que ha hecho el Cortinglés. Lo que ocurrió el 28-F
se explica perfectamente con la sociología parda del Cortinglés. Ocurrió en aquel día
de febrero que la Andalucía que va a comprar en el Cortinglés de Murcia no quiso votar
la autonomía que planteaban los que compran en el de Sevilla. El proceso de afirmación
en la autonomía ha sido parejo a la expansión y profundización del Cortinglés en
nuestra tierra. Los Hipercor y las tiendas Cortty son como las delegaciones provinciales
de la Junta de Andalucía. Frente al centralismo de Sevilla, el centralismo de Málaga y
Marbella, donde los moros del Rey Fadh se dejan los petrodólares.
Todos los Cortingleses de Andalucía tienen algo de calle
mayor donde antiguamente iban a pasar las solteronas, son el parque a cubierto para el
ocio de los jubilados. Si Isidoro no fuera tan de la antigua observancia del Partido del
Trabajo, reconocería el hecho. Por eso se queda en las ermitas y las romerías, porque no
es vaticanista del otro Isidoro: Alvarez. Animo a Moreno a que profundice en su
descubrimiento . El niñato de pendiente en la oreja y botorras de Los Arcos no es lo
mismo que la niñita de mochila y ombligo fuera del Nervión Plaza. Hay un silencio de
calle Francos en el desierto Alcampo, mientras los otros centros comerciales, que son como
cofradías de capa, están llenos. Isidoro Moreno debería hacer el estudio de mitades de
Sevilla a través de los centros comerciales y de la verdadera vertebración de Andalucía
a través del Cortinglés.
Correo