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El Recuadro

 Antonio Burgos

El Mundo, lunes 8 de noviembre  de 1999


Soberanistas

 

Oyente de esa radio sentimental y antigua de los domingos por la tarde, carrusel de partidos de la jornada, de milagrosos empates en La Romereda, donde los minutos no pasan, sino que van transcurridos, yo sabía que las bodegas del brandy de Jerez tenían muy buena comercialización y mejores equipos de publicidad. En las radios del regreso desde la España Adosada, la tarde del domingo huele a brandy de Jerez en esta nación a la que de pronto le ha entrado la fiebre prohibicionista del tabaco, pero que de momento no le ha tocado al alcohol más que en los obligados solos del aparato de medir que los conductores han de soplar, como Woody Allen su clarinete, en las redadas de la fiebre de cubatas del sábado noche.

Sabedor por las radios del domingo del poder del brandy, con el que por ejemplo, no se ha puesto el sol del Imperio español en México, pues la casa Domecq sigue nombrando al Presidente de la Nueva España, cuando empecé oír en la radio del lunes y del martes lo de los soberanistas, me dije:

-- Qué tíos los del departamento de márquetin de González Byass... Cuánto brandy tienen que estar vendiendo por el Norte, que casi todos se han hecho allí soberanistas.

Como vivo en un pueblo, la verdad, yo me creía que los soberanistas eran los que bebían Soberano en las tardes de domingo. Que los había fundadoristas, del Fundador de Domecq; veteranistas, del Veterano de Osborne; centenaristas, del Centenario de Terry y estos soberanistas del Soberano de González Byass. Soberano para mí, la verdad, era o bien un brandy de Jerez o un Rey de la Casa de Borbón. Estaba más despistado que un partidario de Gómez de Liaño en el Supremo, queriéndole pagar la multa. Resulta que soberanista es lo políticamente correcto para no nombrar la bicha. Me refiero, naturalmente, a la bicha que se enrosca en el hacha en el escudo de la ETA. Digo como Martínez de León comentaba sobre el escudo del Partido Comunista: "¿Qué puede esperarse de un partido que en lugar de una butaca y un langostino tiene por escudo una hoz para segar y un martillo para clavar puntillas?" Igual digo: ¿qué puede esperarse de una banda armada que tiene en su escudo una bicha, lagarto, lagarto?

Nadie quiere que se le llame por su nombre. Los barrenderos son funcionarios de la recogida de residuos sólidos urbanos y así sucesivamente. Los partidarios de la independencia son, por las mismas, soberanistas. Miro en el viejo diccionario del DRAE, el que cuantos más cientos de miles de ejemplares se venden menos se lee, y no encuentro por parte ninguna la palabra soberanista. Acabáramos: a ésos toda la vida de Dios les hemos dicho separatistas.

P.S. para Jiménez Losantos.- Federico: cuando Noé leyó la crónica del diluvio debió de sentir lo mismo que yo ayer cuando vi lo de tus columnas censuradas en Las Tres Letras.

 


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