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Carolina Herrera |
Como la
globalización supone la mezcla de caracoles con cabrillas, en
los lapidarios de las frases del día, junto a la bronca
cotidiana de Arzalluz o la utopía hodierna de Anguita suelen
venir las chorradas que dicen los famosos de toda laña y
calaña. Y allí me encuentro con una frase de Carolina
Herrera, creadora de moda, quien confiesa: "No he cosido
un botón en mi vida". Carolina ha cantado la gallina.
Sospechaba que en esa legión de autoproclamados diseñadores
la mayoría no saben lo que es una aguja ni un dedal. Y que
conste quien lo dice tiene a gala ser hijo de sastre y miembro
de honor del Real Gremio de Alfayates de Sevilla que fundó
nada menos que Fernando III.
Igual que
Carolina Herrera confiesa que no ha cosido un botón en su
vida, sospecho que la mitad de la partida de las pasarelas no
sabe lo que es un delantero ni una sisa. Van de artistas, no
de los artesanos que deben ser. Diseñadores hay en la
Pasarela Cibeles que pasan modelos que la modista de mi barrio
los cose mejor y los termina más dignamente. Su especialidad
no es el taller, el alfiletero de las pruebas, sino salir en
los papeles y aparecer muy lindos y lindas en las televisiones
del corazón. Hacerse un nombre, y después vender ese nombre
a una multinacional, a una casa de perfumes, a una marca de
relojes. Sin pegar, y nunca mejor dicho, una sola puntada.
Hay una
campaña del Gobierno a favor de la formación profesional, y
falta nos hace. Suele decirse que España es el país de la
chapuza. Ya, ni eso. Ya ni siquiera hay manitas chapuceros que
hagan milagros con un alambrito y unos alicates, porque los
diseñadores no han cosido un botón en su vida y los
ingenieros industriales no saben lo que es una llave inglesa.
España es el país donde todo suele estar manga por hombro
por falta de profesionalidad, por olvido y desprecio de los
oficios. Tenemos más arquitectos que albañiles. Tenemos que
traer albañiles de Marruecos mientras que los arquitectos
titulados a miles en las Escuelas se tienen que buscar trabajo
como vendedores de muebles de diseño... diseñados por
quienes no han clavado en su vida una puntilla. Nos ufanamos
de que todos los jóvenes pueden ir ya a la Universidad,
cuando en realidad se trata de enviarlos al paro perfectamente
titulados e inexpertos.
Termino este
artículo con una sensación importante de estar perdiendo el
tiempo. Mejor que a escribir, me debería dedicar al diseño
de moda, como todo el mundo. Aparte de ser hijo del cuerpo, me
cosía los botones en el cuartel y me los cosía en el colegio
mayor cuando estudiaba Periodismo. Así que sé del arte
sartorial bastante más que Carolina Herrera. Como que estoy
por llamar a Puig para firmarle una exclusiva...
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