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El Recuadro

 Antonio Burgos

El Mundo de Andalucía, martes 29 de febrero  del 2000


Los vertidos del Falla

Una chirigota de Sevilla que canta por Cádiz ha ganado el concurso del Carnaval de Huelva. La chirigota de Sevilla es la de Carmona, la de Antonio Serrano. Antonio Serrano, manque es de Carmona, será en Carmona, porque en el mundo del Carnaval es de todas, todas, "El Canijo de Cai". Porque sabido es, según tengo ya puesto en mármol de Carrara en la Cuna de la Libertad, que la gente de Cai nacemos donde nos sale de... La Viña y el Mentidero. Como poseedor de la brújula loca de la partida de nacimiento de los gaditanos de corazón, me alegro por "Los cabezones", como me alegré cuando "Los pibitos de la litrona" pusieron el Falla boca abajo y cuando revalidaron su éxito como los pijos del año pasado. Pero me preocupa como andaluz lo que me alegra como sevillano que tiene dividido el mundo en las dos partes que dijo Villalón, y sobre las que Manolo Santander, el peperoni de Los de Capuchinos, tuvo el otro día un buen golpe:

-- ¿No vas a mantener lo mismo que Villalón, Burgos, joé? Si los dos tenéis nombre de queso...

Me preocupa como andaluz, decía, que en Huelva gane el concurso del Carnaval una chirigota de Sevilla que canta por Cádiz. Para los Carnavales andaluces no sé qué habrá sido peor, si el decreto de 1937 con el que Franco prohibió las fiestas populares de Carnestolendas o si, con la bendita democracia, la imposición mediática del modelo gaditano de Carnaval como única fórmula posible. Este resurgir de los Carnavales a la gaditana por toda Andalucía representa un peligroso proceso de aculturación o de transculturación, Isidoros Morenos tiene la Antropología que lo sabrán diagnosticar. Me refiero a que el éxito del Carnaval a la gaditana, con su enorme altavoz de la televisión, ha suplantado, cuando no arrasado, las formas autóctonas de los Carnavales. En los pueblos andaluces no salen ya goyescas y solanescas murgas de Carnaval, sino comparsas a lo Martín o a lo Martínez. Cuando Alfonso Jiménez y Francisco Díaz Velázquez hicieron aquella obra de "La murga", estaba aún vivo, a pesar del prohibicionismo franquista, el Carnaval de las murgas de Morón, como estaban las murgas de Carmona, las de Dos Hermanas. El abuelo de Antonio Romero el de Los del Río, hoy en día, no sería El Pollito el de las murgas, sino el de las comparsas.

Se ha dejado de hacer carnaval a la malagueña, a la granadina y todo es según Cádiz. Las agrupaciones hasta suplantan paisajes y personajes. En el teatro del Carnaval de Córdoba se cantan pasodobles de La Uchi de la Viña o de cuplés con el golpe final de Carlos el Legionario. Y todo, promovido por la Junta y sin que se entera la Consejería de Cultura. Cuando los vertidos tóxicos arrasaron la cuenca del Guadiamar, la Junta se gastó millonadas en contenerlos y en repoblar las especies autóctonas. En Carnaval, Andalucía entera está arrasada por los vertidos tóxicos del Falla (el mejor del mundo, por supuesto, pero de allí y allí). Y la Junta, lejos de preservar en su riqueza las variedades locales del Carnaval, se gasta millonadas en fomentar la contaminación cultural, al presentarla desde Canal Sur TV como el modelo único. Lo de "una sola Andalucía" está siendo entendido como una sola Semana Santa (la de Sevilla), una sola romería (la del Rocío) y un solo Carnaval (el de Cádiz). Cuando el Carnaval, si es de Cádiz, Cádiz, es tan grande y tan verdadero que cuando lo hace El Libi en La Isla ya no lo entienden...

 

 


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