El PP se
va al centro como Mambrú se fue a la guerra, pero ojalá no
acabe, como la UCD, a lo Saturno, devorado por sus muy
liberales hijos. Hablo del complejo de la derecha, que puede
llegar a fases críticas con la mayoría absoluta. En los
últimos años he observado que en aquellas parcelas de poder
que ocupaba el PP, con tal de no hacer como los de antes,
terminaban haciendo exactamente igual que los de antes.
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¿Cómo es eso, que no lo entiendo?
Se lo
explico. El PSOE, por ejemplo, en el Ministerio de Cultura, en
TVE, daba todas las mamelas a los suyos. El PP, que en este
punto ha acabado con las existencias de todas las fábricas de
papel de fumar de Alcoy, no le dio mamela alguna a los suyos.
¿Y qué hizo, para que además se notara y que la gente viera
que los de ahora no eran como los de antes? Pues que con tal
de no conceder favor alguno a los suyos, se lo dio todo
durante los últimos cuatro años a los mismos que habían
sido beneficiados durante los doce anteriores. Con el gobierno
del PP han funcionado en estos años las listas negras, en
efecto. Pero unas listas negras tan particulares como el patio
de mi casa. En ellas han figurado todos los adictos a la causa
y partidarios de la cuestión, hombre, para que no vayan a
decir que nosotros también... Hicieron verdad la frase:
"¡Al suelo, que vienen los nuestros!" Y ahora que
los que vienen llegan refrendados por la mayoría absoluta, no
sé qué va a ser de quienes, por ejemplo, no han sido
abajofirmantes del PSOE en la última campaña electoral.
Crudo lo tienes, Sánchez Dragó, con tu programa en TVE. ¿A
quién se le ocurre pedir abiertamente el voto para el PP, y
en la COPE precisamente?
Yo iba a
dedicar este artículo a pedirle a Aznar como aficionado a los
toros, que, hombre, que a ver si ahora, que tienen la mayoría
absoluta, el gobierno liberal acaba con el intervencionismo
estatalista en la Fiesta Nacional, y libra de una vez a los
toros del yugo gubernativo de Ministerio del Interior, de las
corridas presididas por policías, de los delegados
gubernativos como dictadores de corrales y multas. Iba a pedir
a Aznar que a ver si pone la Fiesta Nacional
administrativamente donde le corresponde, en el Ministerio de
Cultura, como manifestación cultural que es. Iba a decir que
es absurdo que el fútbol, que no tiene ni a Picasso, ni a
Goya, ni a Lorca, esté en Cultura y que los toros estén en
Interior. Pero no digo nada, no vaya a ser que le apliquen a
los toros el complejo de derechas y lo pongan todavía peor.
Si el Reglamento Taurino lo hubiera hecho el PP, Ignacio
Aguirre mismo, anda que le iba a durar mucho al PSOE con
mayoría absoluta... Pero como el Reglamento lo hizo Corcuera,
las gracias hemos de dar al cielo los aficionados si logramos
que el PP, con tal de hacer lo contrario que los de la
anterior mayoría absoluta, no diga que los picadores han de
ser también funcionarios de Policía.