Me extrañó no verla el Miércoles Santo en San Martín, cuando, en
el Sicab de la Semana Santa, la cofradía de La Lanzada sacaba a la calle por primera vez
el caballo de Longinos que ha esculpido José Antonio Navarro Arteaga, nuevo campeón de
campeones de la Yeguada Cofradiera Sevillana. Hombre, para ver el Domingo de Ramos la
Borriquita y su rucha no iba a venir, pero el caballo de Longinos bien que merecía el
viaje, y más este año, que hay un AVE cada media hora. Pero como los de Madrid no saben
que el Miércoles Santo hay cofradías, me dije: "Bueno, vendrá el Jueves Santo, a
ver Los Caballos de Santa Catalina, que tienen doma de alta escuela histórica en el
picadero de su barco... " Tampoco. Me refiero a la Infanta Doña Elena. Como siempre
que hay cosas de caballos y sólo cuando hay cosas de caballos viene a Sevilla, los de La
Lanzada se han quedado esperándola... Prontito Doña Cristina ni iba a ir a la Semana
Santa de Barcelona, si en Barcelona hubiera cofradías... (Y las cofradías, presumiendo
del título de "Real"...)
Jueves 1: Kosovo en la
calle Parras
Desde hacía treinta años, todas las tardes del Jueves Santo, la
Centuria Macarena, triunfante de tambores, iba a casa de Enrique Pavón el derribista, al
que Joaquín Romero Murube le dio el título de Verdugo de Sevilla. Allí Enrique, el que
mejor corta el jamón del mundo, ponía a los armaos hasta la celada con su rumbo
macareno. La casa de Pavón en la calle Parras era luego centro del macarenismo militante
en la mañana gloriosa, cuando pasaba la Esperanza y en el balcón estaban Juanita Reina,
Manolo Mairena, los mejores saeteros. Pavón tuvo la imperdonable osadía de presentarse a
las elecciones de la Macarena, pero en la otra lista, en la contraria al lobby que detenta
la superestructura de poder macareno, tan ajena al barrio. Para qué lo hizo. El año
pasado, la Centuria le dejó plantados cien bocadillos y cien refrescos. Y, por la
mañana, ni le pararon a la Virgen para las saetas. Supongo que este año pasará igual. Y
luego dicen que la guerra está en Kosovo. Pues anda que en las cofradías hay cada
bombardeo humanitario en nombre de la caridad y de la Virgen...
Miércoles 31:
Fuerza de Intervención Inmediata
El corazón es una Fuerza de Intervención Inmediata. Al menos el corazón
de las cofradías de Sevilla. Por el trágico tam-tam de los tambores con los pellejos
destemplados, la noche acababa de traer la noticia de la muerte del costalero Juan Carlos
Montes. La radio la había puesto en al aire de los naranjos en flor. ¿Que es lo
contrario del ciriazo, para darlo ahora a El Llamador de Canal Sur Radio? E
inmediatamente, en el ritual no escrito de las cosas importantes de Sevilla, calló la
música, que es fácil, basta que lo diga un fiscal; pero calló entera la bulla de la
entrada de San Gonzalo, de la plaza del Museo, que es lo difícil, en el ceremonial de
multitudes que la ciudad se sabe de memoria. No hacía ni media hora que había muerto el
costalero y se vivía la noche de crespones negros, mientras amanecía el Martes Santo
como un varal de luto. ¿Quién le enseñó a Sevilla la delicadeza de estas cosas, el
sentido de la medida y la oportunidad? A veces tiene que llegar la muerte para que la
ciudad se encuentre con lo mejor de ella misma.
Martes 30: ¿De gala
o de mamarracho?
Sevilla es la única ciudad del mundo con guardias de gala despechugados,
sin camisa por debajo de la casaca. Esta tarde, cuando vayan acompañando a la
representación municipal en La Candelaria, no se pierdan, por favor, el desastrado
uniforme de los guardias municipales de gala. No van de gala. Van de mamarrachos. ¿De
Gala? Hombre, si por lo menos fueran como Antonio Gala... Los guardias de gala no van de
gala: van de telamares. Llevan un uniforme que es como esas camisetas de playa que tienen
pintado un esmoquin encima. ¿Dónde le han hecho las casacas, talmente de domador del
Circo Americano? Ni de domador: de porteros. El aparcacoches de La Dorada de Viapol es
Napoleón al lado de los guardias. Van Estilo Simago, símbolo de esta ciudad que descuida
las formas, aunque San Fernando sea el Patrón de los alfayates. En vez de la clámide
para esta tarde al Cristo de San Esteban, Los Luchinos deberían haber hecho los uniformes
de gala de la Guardia Municipal. De cuya marcialidad mejor no hablar. Es marcialidad de
Marciano el de los jamones.
Lunes 29: El Patíbulo
del lobby
¿Dónde hacen estación de penitencia las cofradías? ¿A la Santa Iglesia
Catedral o a la Santa Campana? ¿Es la Carrera Oficial de la Semana Santa o la Carrera del
Consejo de Cofradías? ¿Hacen muchos carrera a costa de la Carrera? El Domingo de Ramos,
el que no estrena no tiene manos. Y el Consejo estrenó Patíbulo en la reformada Campana.
¿Es para tocarle Los Campanilleros la nueva Campana? El sitio de Sevilla donde muchos
perdieron su silla, ay, campanera, ¿por qué será? La han fundido de nuevo como funden
las campanas. En el nuevo Patíbulo se ve la larga mano del Consejo en esta Sevilla donde
el ayatolah suavón de Villarrasa manda más que la alcaldesa y con unas elecciones más
cómodas. ¿Vieron el nuevo Patíbulo? Nada de madera, duro hierro, y el triple de grande
que antes. Que se note quien manda. El Patíbulo es el signo del poder cofradiero. Le
faltan dos leones de San Marcos a modo de leones de las Cortes. Ríase usted de los
judíos en la Banca, de los jeques en el petróleo. Para lobby, el Consejo.
Domingo 28: Último
Domingo de Ramos del siglo
Dicen que la Semana Santa es una metáfora de la vida. Por su
sobredimensionamiento, el primer nazareno es ya como una boda de penalti, sin candor y sin
ilusión. Nos estamos comiendo la tostá antes de tiempo. Aunque el que llaman primer
nazareno va de blanco, Sevilla está embarazada embarazosamente de Semana Santa desde hace
lo menos cinco meses. Se le nota la barriga, preñada de coleccionables, camafeos,
vídeos, itinerarios, casés, láminas. Estamos entre todos laminando la Semana Santa.
Hasta han hecho un disco sólo con voces de capataces y levantás. Sevilla está como una
cabra harta de papeles. De papeles de Semana Santa. Y llegamos al Domingo de Ramos con
hartazgo de verbalizaciones y con la ilusión perdida. Hay más primeros nazarenos que
cabalgatas de Reyes en los barrios. Llegamos a este último Domingo de Ramos del siglo con
el primer nazareno ya visto en Omnium Sanctorum, en Heliópolis, en el Parque Alcosa, en
Torreblanca. Las cosas en su tiempo y los nabos en Adviento. Pero la Cuaresma, ay, empieza
ya en agosto...