Sábado 24: Agresiones al Parque

Junto a la Plaza de España, por la parte que da a la avenida de la Borbolla (sin premio), en tiempos del alcalde Hernández Díaz, que era catedrático de Historia del Arte, le dieron un bocado importante a ese jardín histórico de máxima protección que se llama Parque de María Luisa. Hicieron allí un parque infantil de tráfico y una albarquita a la que llamaron piscina. Le pusieron a todo de nombre Blancanieves. Bueno, pues ahora siguen creciendo allí los enanitos invasores de la belleza del bosque histórico del Parque de María Luisa. Porque van a construir, en las alturas de reglamento, una piscina a lo bestia, con cubierta móvil y todos sus avíos. No lejos de allí, en los jardines de San Telmo, la nueva Biblioteca Publica de Los Monchis es otra diablura de los enanitos. Nada digo del mármol de Macael que sustituyó a los talados arboles de la Casa Sundheim. De todo lo cual se colige que el actual desafuero urbanístico no se para ni en el Parque. ¿A que el proyecto de Moneo lo hacen en la Plaza América?  

Viernes 23:  En corto y por derecho

Jueves 22: El tinglado del muelle

Cuando el PP privatiza una empresa pública, sale el otro PP (el Progreserío Profesional) diciendo que eso es como vender las joyas de la abuela. Cuando el PSOE privatiza algo, no vende las joyas de la abuela: avanzamos todos por la senda de la modernidad y del progreso. ¿Se imaginan la que habrían liado el PSOE, la UGT, Comisiones Obreras e Izquierda Unida si la perdida y hallada Soledad Becerril dice que va a vender 400 hectáreas de suelo del muelle a una y otra orilla del río, porque ese dinero hace falta para dragar el Guadalquivir y para poner el puerto por lo menos como lo quería poner Franco con el Canal Sevilla-Bonanza? Bueno, pues esto es exactamente lo que ha hecho el Práctico Mayor del Puerto, que no crean que es el que guía los barcos por la esclusa, sino un tío con carné que tiene Chaves puesto allí. Es tan práctico que va a vender los muelles para hacer pisos y para convertirlos en la Playa Omaha para la primera ola del desembarco en Normandía de la especulación de Tablada. Eso sí que es el Tinglado del Muelle.

Miércoles 21: Dos kilos de progreso

Según el DRAE, "progreso" es "acción de ir hacia adelante" o "avance, adelanto, perfeccionamiento". No dice el DRAE cómo se mide el progreso. Pero en Sevilla han inventado el progresómetro. El progreso, señores, no se mide en felicidad de la gente, en rebaja de impuestos, en creación de puestos de trabajo, en seguridad ciudadana, en viviendas dignas, en ambulatorios sin colas, en transportes públicos puntuales y rápidos. Se mide en millones de sueldo. Sánchez, por aquello de que el progreso (como la caridad bien entendida) empieza por uno mismo, ya ha progresado dos millones de pesetas con respecto a Becerril. Dos kilos de progreso. ¿Tendremos que inventarnos el "monteseirín", nombre de Física del Bachillerato, como unidad de medida del progreso? Un "monteseirín" equivale a dos kilos más al año. Y de ahí para abajo, proporcionalmente: a cada según sus fidelidades y de cada uno según su incapacidad. Los hay de kilo y cuarto de progreso, de un kilito de progreso. Y así sucesivamente...

Martes 20:  Já, já, poleá...

Dice el titular: "Teófila le disputará a Chaves la Junta". Já, já, poléa... Teófila a Chaves no le va a disputar nada. Chaves volverá a ganar las elecciones. Que me contaron ayer las lenguas de doble filo que serán en octubre. Chaves se queda tan tranquilo, le pongan frente lo que le pongan. Vamos, no Chaves: el partido de Chaves, su truco del almendruco del tópico del progreso, la red de intereses de Chaves, el billón setecientos mil millones de pesetas de presupuesto de la Junta que reparte Chaves en chocolatinas, bombones y caramelos. Chaves tiene a los votantes en plantilla. Le pasa al contrario que al PP, que tiene a los enemigos en nómina, especialmente en RTVE (verbigracia, Sotillos; verbigracia, Herrera) y en su propia ejecutiva regional. Lo único de bueno que tiene lo de Teófila es que no podremos acusar al PP de machismo ni de centralismo sevillano. Otra cosa es el mosqueo en Cádiz: "Que se la llevan". Tranquilos, gaditanos: tenéis Teófila ahí para otros 3.000 años. Eso durará aproximadamente la trama de intereses del PSOE.

Lunes 19: Perder y perderse

Dicen que la última vez que la vieron estaba recitando versos de Calderón. Todo se ha perdido, menos el honor, como dijo el otro después de la derrota de Pavía. (El mío, que sea de bacalao). Pero ahora que evocamos a quien derrochó en el Ayuntamiento bienes tan escasos como la dignidad y la vergüenza, recordamos también el final del famoso soneto de Cervantes a un valentón en la Catedral de Sevilla: "Fuese y no hubo nada". Lo decimos por la ex alcaldesa. ¿Qué ha sido de Soledad Becerril? ¿Se acuerdan que aquí había una alcaldesa que se llamaba Soledad Becerril y era del PP? Por cierto, ¿dónde estará también el Grupo Popular? Madre, qué de candidatos para la letra del Probe Miguel, ahora que Triana (Pura y Pureza) está de Velá. ¿Qué le estará pasando a la jefa de la oposición? ¿Y a la oposición? ¿Ah, es que existe oposición en el Ayuntamiento? ¿Pero no se ha acabado la oposición? Diz que la oposición es Carmen Diz... Puede ser. Pero una cosa es saber perder y otra darlo todo por perdido y perderse.

Domingo 18: "Cuidado con los rateros"

Vallejo, pero Vallejo el de la Junta, que en la Junta hay un tío que se llama Vallejo, como Vallejo el de los toldos y Vallejo el cantaor... Vallejo --decía-- ha hecho con el proyecto del Metro como Valentín con Ecovol: dárselo a los franceses. A unos especialistas en tranvías. Nostalgia se llama la figura. O conocimiento del percal. En una ciudad tan tradicional como Sevilla, el Metro del XXI tiene que engarzar con el tranvía del XX. Las nuevas líneas, con el tranvía de la Puerta Real. ¿Pero cuántos proyectos del Metro hay ya? Y si el Metro era tan bueno para Sevilla, ¿por qué el PSOE lo enterró con Manolito y lo paralizó con Soledad? El Metro en manos de la Junta será otra cosa. Me pongo lo que sea a que crean el Instituto Andaluz del Metro, para colocar a un chaparrón de paniaguados. Pero lo de darle el Metro a unos tranviarios está muy bien. De momento, dirán que en todo lo relacionado con el Metro hay que poner aquel cartel que había en los viejos tranvías de Sevilla: "Cuidado con los rateros".

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